01/08/2016

Belén si tiene quien le escriba

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La entrega de 120 mil firmas al gobierno provincial exigiendo la libertad para la joven tucumana presa desde hace dos años y condenada a cumplir ocho años de prisión en un juicio que se desarrolló de manera veloz, sin pruebas y sobrevalorando la voz de los profesionales de la salud contra su testimonio, demostró que se ha desplegado una campaña a nivel nacional que está logrando desarticular el linchamiento mediático y judicial a la que fue sometida. Por APA Prensa/Imágen: Anmistía Internacional Argentina


Belén tenía 25 años cuando llegó al Hospital Avellaneda. Una joven trabajadora, sumida en la pobreza de quién intenta salir adelante sabiendo que no sólo depende de su propio esfuerzo. Porque existe en una sociedad, que le retribuye poco y mal aunque todo el día labure. La meritocracia solo existe en los spot publicitarios. La realidad es distinta para los de abajo, esa gran mayoría abrumadora.

Ante tanta injusticia a la que estaba siendo sometida, ella eligió el silencio. Optó porque pensaba que era su mejor oportunidad. Porque nadie le preguntó de verdad que había pasado, qué necesitaba. En medio del ping pong burocrático, Belén era un nombre más en uno de los infinitos expedientes y casos que desfilan por los pasillos judiciales.

Los invisibilizados no tienen quién los escuche pero tampoco tienen quienes les escriban. Hasta que una abogada comprometida con los derechos de las mujeres se cruzó por causalidad en su camino y tomó su caso, que luego fue publicado por APA! en una crónica que llegó a los diarios nacionales antes que a los locales.

La paralización de los medios locales fue patente. Algunos replicaron la nota de APA! aunque dudaron cuando La Gaceta y La Nación (a partir de su corresponsalía local) lanzaron un embate contra Belén, acusando la «˜ignorancia de las redes (sociales)»™, negando que había sufrido un aborto espontáneo y reforzando la versión judicial de que «la bebé tenía 8 meses y nació viva. Murió por golpes en la cabeza y la tiraron al inodoro”.

Sin embargo, omitieron aclarar que no se hizo ADN para comprobar que el feto perteneciera a Belén, que en el expediente judicial aparecen contradicciones sobre el tiempo de embarazo de la joven -22 semanas según el médico que la atendió- y del feto encontrado -32 semanas según la autopsia-, y tampoco se hicieron los estudios correspondientes para demostrar que haya sido un aborto provocado y no espontáneo como declaró Belén. Tampoco explicó los tratos inhumanos a los que fue sometida Belén ni incorporó en sus categóricas respuestas la violencia obstétrica a la que fue sometida, violando tratados internacionales de derechos humanos. Ni, por supuesto, cuestionó la defensa oficial que, paradójicamente, no defendió a Belén del acoso judicial y médico.

Junto al movimiento de mujeres, a organizaciones sociales y políticas del más amplio espectro, APA! se sumó desde el primer momento al pedido de Libertad Para Belén. No sólo nos sumamos a la mesa que se conformó, sino que establecimos una postura clara y periodística de defensa a la joven. No tergiversamos la información para tomar posición, sino que tomamos posición a partir de conocer cabalmente el expediente judicial, de analizar el contexto social en el que se dio su causa y de tener claridad en cuáles son las luchas que defendemos.

La calidad informativa no debe verse menoscabada por los posicionamientos políticos. Es desde ese lugar que se debe partir. A diferencia de los medios hegemónicos, que como dijimos anteriormente, «a partir de una ideología escondida bajo la premisa de la objetividad, la información seleccionada e incluso distorsionada, busca que los lectores partan de una base parcial, sesgada y falsa para formar su juicio sobre el caso de Belén. En síntesis, apuestan a desinformar para deslegitimar el pedido de libertad para Belén y desmovilizar a quienes se quieren sumar a la lucha contra esta causa injusta”, APA! asume «valores como la justicia social, la denuncia de las violaciones de los derechos humanos, la defensa de los más desfavorecidos”.

Ahora que organizaciones con prestigio internacional como Amnistía Internacional, Project Innocent,Asociación Pensamiento Penal (APP), el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), el Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem), entre otras, han presentado Amicus Curiae y han alzado su voz, esos mismos medios y algunos periodistas que formaban parte del linchamiento contra Belén han bajado la cabeza.

Partiendo de comprender que la información tiene que basarse en los hechos objetivos -creer que todo es subjetivo, ha llevado a la prensa a transformarse en difusora de «˜versiones»™ sin poder indagar en lo que realmente sucedió-, asumimos nuestro compromiso con la causa para la libertad para Belén, que hoy nos devuelve la gentileza brindando la primera entrevista periodística a una cronista de nuestro medio. Porque ella, su abogada, miles de mujeres, entendieron que Belén sí tiene quién le escriba, pero también que ahora es momento de ser ella la que hable. Aprovechando el silencio de los canallas, retumba la voz de los oprimidos.



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