29/07/2016

¿Quién es Peña Nieto?

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Hoy fue recibido en la Casa Rosada, el Presidente de México, Enrique Peña Nieto. El polémico mandatario mexicano llegó al país en medio de una crisis política, atravesada por las graves represiones a los maestros y la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Las escandalosas cifras de incremento en la violación a los Derechos Humanos han caracterizado su gobierno. Por Luis Rangel* para ANRed


Su perfil

Enrique Peña Nieto (EPN), su gobierno y persona retratan de cuerpo entero a la así llamada clase política mexicana de corte neoliberal. Un político de pobre formación intelectual, de escenarios preparados y a modo, más personaje televisivo que estadista; hizo carrera siempre desde las altas esferas de poder. Hijo predilecto del «Grupo Atlacomulco” del Estado de México, estado en donde, en su ascenso a la presidencia, fue diputado local y gobernador (2005-2011). Durante su gubernatura, el Estado de México se convirtió en la peor entidad para ser mujer en México. Los feminicidios y la violencia contra la mujer se dispararon a niveles superiores a en otras zonas del país con más cobertura internacional como Ciudad Juárez (2,663 mujeres fueron asesinadas entre 2000 y 2009). En mayo de 2006, su gobierno fue uno de los principales responsables de la represión al pueblo de San Salvador Atenco, donde Javier Cortés (14 años) y Alexis Benhumea (estudiante de Economía de la UNAM) fueron asesinados; además de las decenas de presos políticos (quienes estuvieron en muchos casos por más de cinco años en la cárcel), se documentó el abuso sexual sistemático por parte de la policía, bajo las órdenes de Peña Nieto.

Su ascenso a la presidencia

Su llegada al poder fue la conclusión de una estrategia diseñada por la principal empresa televisiva del país, Televisa, y su propio partido el Revolucionario Institucional (PRI). Después de la revolución mexicana y hasta el año 2000, el país fue gobernado por el PRI (con algunos cambios de nombre en el partido) bajo una «dictadura perfecta” en palabras de Vargas Llosa, donde no el dictador era un partido-gobierno con un soberano que por espacio de seis años tenía el poder absoluto del país; pero solo por seis años. Décadas de lucha por libertades democráticas, y las propias contradicciones del PRI (su paso de ser un partido nacionalista a neoliberal) derivaron que en 2000 saliera del gobierno central y por dos periodos México fuera gobernado por el Partido Acción Nacional, tradicional de derechas. El retorno del PRI al poder tuvo en EPN su figura mercadotécnica principal. Antes de su campaña presidencial, se matrimonia por segunda vez con Angélica Rivera (conocida actriz de telenovelas de Televisa), los medios saturan la imagen de la nueva pareja pre-presidencial; al tiempo que la maquinaria clientelar del PRI compra votos a cambio de prácticamente cualquier cosa (dinero en efectivo, lavadoras, despensas alimentarias, animales de crianza, material de construcción, entre muchas más). A pesar de que durante su campaña electoral tuvo que afrontar al movimiento juvenil #yosoy132 que con masivas protestas denunció la «compra de la presidencia” por parte del PRI, terminó asumiendo la presidencia en diciembre de 2012.

El significado de su gobierno

Más allá del simbolismo por el regreso del PRI al gobierno, paradójicamente, su gobierno ha significado la ruptura del pacto social de la constitución de 1917, donde la revolución alcanzó a plasmar algunas de sus principales demandas. Durante la primera mitad del gobierno de EPN se realizaron, con un Congreso a modo, más de 30 «reformas estructurales”, que en un mediano plazo terminarán por rediseñar la estructura misma del país y del Estado mexicano mismo. De entre todas estas destacan las reformas energética y educativa. La primera, finalmente, le permite a la iniciativa privada invertir en el sector energético nacional, abriendo la puerta a concesionar pozos petroleros, plataformas, ductos, instalaciones de procesamiento e incluso la distribución comercial final de energéticos de todo tipo. Vale la pena destacar que para la economía mexicana el ingreso de divisas que significa una industria estatalizada significa, aproximadamente una cuarta parte del total de recursos con los que se hace el Estado mexicano. La otra gran reforma del gobierno de EPN, que su imposición se ha convertido prácticamente en razón de estado, es la educativa. Una reforma que, antes que educativa es administrativa, le quita a los casi dos millones de docentes mexicanos derechos laborales básicos como la estabilidad en el empleo o la posibilidad de crecimiento laboral. También elimina tácitamente la gratuidad en la educación poniendo sobre los bolsillos de padres de familia los gastos básicos del funcionamiento del sistema educativo. Y sin embargo, a pesar de contar con toda una maquinaria mediática y policíaca a su servicio estas dos principales políticas de EPN están chocando con pared. La primera por la magra inversión atraída, a pesar de todas las facilidades, a causa de los bajos precios de los hidrocarburos. La segunda por la férrea resistencia magisterial y popular.

Inestabilidad, escándalos y represión.

Además de sus políticas gubernamentales, el gobierno de EPN se ha visto marcado por la severa crisis de derechos humanos y la violencia creciente en todo el país. La llamada «guerra contra el narco” decretada unilateralmente por su antecesor Felipe Calderón, que militarizó el país y a la fecha ha cobrado la vida de más de cien mil personas y decenas de miles de desaparecidos y desplazados no cesó con el arribo de EPN al poder. Si bien el ruido mediático ha cesado, las tasas de homicidios dolosos siguen incrementándose. Por supuesto, uno de los casos emblemáticos de la responsabilidad del Estado en la violencia y represión generalizada es la desaparición de los 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa en Guerrero. Y el movimiento social que desde 2014 exige la presentación con vida de los estudiantes, al generar no sólo movilizaciones masivas en todo el país, sino una red de solidaridad internacional más amplia que, por ejemplo, la que se construyó en apoyo al levantamiento zapatista en 1994 abrieron una crisis política que a la fecha no se ha cerrado. En su momento cumbre, el movimiento por Ayotzinapa enfocó la culpabilidad en el Estado y más concretamente en el ejército. A la fecha, las explicaciones oficiales sobre lo acontecido son vagas y no dan respuesta sobre el paradero de los estudiantes como tampoco exculpan al Estado en todos sus niveles de su involucramiento en el crimen. Paralelamente, la administración de Peña Nieto se ha visto marcada también por escándalos de corrupción de todo tipo; el más conocido la llamada «casa blanca”, mansión millonaria «˜regalada»™ por la firma Higa a Angélica Rivera. Esta firma, Higa, ha sido la principal contratista del gobierno de EPN en un típico caso de conflicto de intereses que derivó en una «˜disculpa pública»™ del presidente por haber «˜ofendido a los mexicanos»™.

Crisis de régimen

En últimas fechas, la crisis del gobierno de Peña Nieto se ha visto agravada por su imposibilidad de contener la creciente lucha magisterial contra la reforma educativa. No sólo en Oaxaca y Chiapas, sino en todo el país, miles de docentes junto con padres de familia y movimientos sociales de todo tipo se alinean contra la reforma educativa. Sobre todo después del pasado 19 de junio, de la represión a la comunidad de Nochixtlán, Oaxaca, donde de nuevo la policía a cargo de Peña Nieto (en este caso la Federal) en un desalojo al cierre carretero del magisterio y la comunidad atacó con armas de fuego a la población y cobró la vida de más de una decena de personas, las protestas y las críticas tanto a las reformas de EPN como a su propia legitimidad como jefe de estado se extiende cada vez con más fuerza a lo largo y ancho del país. La presión social, e internacional, ha sido tan amplia que el gobierno se está viendo obligado a dar algunos pasos atrás, al día de hoy poco claros en su dimensión y mecanismos concretos, en la reforma educativa. Este ligero recule, eventualmente, podría abrir una reacción en cadena que llevaría la crisis más allá de la gris figura de Peña Nieto, una crisis política de gran calado, incierta, donde lo único seguro es la lucha.

*Miembro del Colectivo Siniestra de la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México), integrante Partido Revolucionario de los Trabajadores.



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