02/11/2006

Urgente: Cayó Balmaceda, el último de los asesinos de la Masacre de Budge

balmaceda.jpg El 19 de septiembre pasado había sido apresado el ex cabo Jorge Miño. Luego de una lucha de 19 años, los familiares de los jóvenes asesinados Oscar, Roberto y Agustín lograron que se haga justicia en el caso más oscuro del gatillo fácil.


Tras 19 años de la Masacre de Budge -en la que efectivos policiales asesinaron a tres jóvenes- fue apresado el último de los responsables, el suboficial Mayor Juan Ramón BALMACEDA. Llevaba ocho años prófugo y, según las primeras informaciones, habría sido detenido en el conurbano bonaerense: «lo que demuestra que la policía no lo buscaba», señaló Sergio Smietniansky (Correpi-SUR), quien a su vez afirmó que «hay que dejar en claro que éste es un logro de la lucha popular».

El martes 19 de septiembre, por la madrugada, fue apresado el segundo responsable de la masacre, el ex cabo primero Jorge Alberto Miño, y llevado a la Unidad 9 de La Plata, donde deberá cumplir una condena de 11 años de prisión. Prófugo para el poder judicial, Miño fue detenido en su domicilio, en la localidad de Parque Barón, Lomas de Zamora. Según señaló en esa oportunidad Sergio Smietniansky de la Correpi-SUR, «estaba en su propia casa; lo que demuestra que la policía no lo buscaba».

El hoy detenido Balmaceda, era el último de los asesinos de la Masacre de Burge que aún estaba prófugo. «La larga lucha de los familiares, con sus 19 años de exigir justicia, y las campañas de búsqueda de los prófugos que año a año laburamos desde la Coordinadora Antirrepresiva Carlos Petete Almirón y desde la Correpi en zona sur», afirmó Sergio Smietniansky. «Hay que dejar en claro que éste es un logro de la lucha popular y que el gatillo fácil sigue tan vigente hoy como en 1987, ya que la policía sigue asesinando a un chico cada día y medio».

La lucha de los familiares

El 8 de mayo pasado se cumplieron 19 años de la Masacre de Budge, cuando el Suboficial Mayor Juan Ramón BALMACEDA, el Cabo Primero Jorge Alberto MIÑO y el Cabo Isidro Rito ROMERO de la policía bonaerense fusilaron a los jóvenes Oscar Humberto AREDES (19), Roberto Antonio ARGAÑARAZ (24) y Agustín Antonio OLIVERA (20).

El 28 de Mayo de 1998, después de agotar todos los recursos para dilatar el cumplimiento de la sentencia a 11 años de prisión para los homicidas, la Sala II de la Cámara Criminal de Lomas de Zamora ordenó la detención de Balmaceda, Miño y Romero. Como no se tomó desde el Estado ninguna medida activa para evitarlo, los tres se profugaron de inmediato.

Desde entonces, familiares y organizaciones de Derechos Humanos, sociales y políticas, no dejaron de buscar a los efectivos y cada año -en el mes del aniversario- se lanzaban campañas de afiches con las fotos de los asesinos para pedir la colaboración de la ciudadanía y encontrarlos. Los familiares de los chicos asesinados le habían anunciado al ministro de Seguridad bonaerense, León Arslanián, que si no se capturaba a los dos efectivos que continuaban libres antes del 20º aniversario de la Masacre se encadenarían a las puertas del Ministerio.

En mayo pasado, León «Toto» Zimerman, militante de CORREPI-SUR y abogado de esta causa, declaró: «Seguiremos peleando e iniciamos una campaña con la idea de que llegaremos a ver presos a los culpables al cumplirse los 20 años de la Masacre, marcando que la responsabilidad mayor está en el gobernador de la provincia y en el ministro de Seguridad. Ellos tienen que responder ante nosotros por no hacer la captura. Tenemos derecho a exigir. No peticionamos nada, es una orden del pueblo de Budge para que salga a buscar a quienes debe. Si no lo hace es porque no quiere y, en última instancia, es cómplice de ellos».

Para más información:

 Dr. León «Toto» Zimerman (CORREPI-SUR): 15-5-666-9012 / 4-245-3719

 Sergio M. Smietniansky (CORREPI-SUR): 15-5-706-7707


¿Qué fue la Masacre de Budge?

El caso ocurrió el 8 de mayo de 1987, cuando Argañaraz y Olivera estaban tomando cerveza en Guaminí y Figueredo. Alrededor de las 18.30 se sumó Aredes -compañero de trabajo de Argañaraz, que ese día se tomó franco- y a los pocos minutos apareció una camioneta con cuatro policías. Según se comprobó luego, tres de ellos -Balmaceda, Miño y Romero- comenzaron a dispararles.

Olivera recibió doce disparos y Aredes siete, mientras que Argañaraz, según testigos, fue subido a la camioneta, presentando un tiro en una pierna, pero luego lo llevaron al hospital donde apareció con un impacto en la cabeza.

Según se indicó, a los jóvenes les «plantaron» armas para simular un enfrentamiento, pero se comprobó que no servían.

Hubo dos juicios: el primero tuvo sentencia el 24 de mayo de 1990, cuando se condenó a Balmaceda y a Miño a 5 años de prisión por homicidio en riña y a Romero a 12 por homicidio simple. Pero el juicio fue anulado por la Suprema Corte de Justicia bonaerense por errores procesales.

En un nuevo juicio, el 24 de junio de 1994 los policías fueron condenados a 11 años de cárcel por homicidio simple, pero los acusados -quienes estaban en libertad- se fugaron tras el fallo.

Las órdenes de detención se dictaron en 1998 y un año después fue encontrado Romero en base a la campaña de afiches iniciada por la Correpi y los familiares de las víctimas, con apoyo de vecinos de Budge. El caso está en manos de la sala 2 de la Cámara de Garantías de Lomas de Zamora.

La masacre de Ingeniero Budge no fue el primer caso de gatillo fácil, sino el primero en el que todo un barrio se organizó para pelear contra esta política represiva. De allí surgió la expresión «gatillo fácil» cuando uno de los abogados de las familias de las víctimas – el Dr. León ZIMERMAN- tomó una expresión del periodista Rodolfo Walsh (asesinado por la última dictadura militar el 25 de marzo de 1977) que hacía referencia al «gatillo alegre» y lo reformuló como «gatillo fácil», una frase que con los años se popularizó para identificar un asesinato cometido por personal de las fuerzas de seguridad en la Argentina.



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba