21/06/2016

Información enterrada: la corrupción en los medios masivos (Parte 1)

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Las detenciones espectaculares de funcionarios corruptos de gobiernos anteriores siguen a la vanguardia de los titulares en los medios masivos, con nuevos casos. De un lado quienes son fieles a la obsecuencia defendiendo lo indefendible o intentado despegarse, del otro quienes solo ponen el foco en lo ocurrido en un gobierno anterior mientras niegan las denuncias de corrupción actuales. Todo en sintonía con un «cuarto poder” que no parece diferir de los otros, ejerciendo una independencia ficticia. ¿Cuál es la influencia de un auspiciante en la agenda de noticias? ¿Podemos diferenciar a la efedrina del glifosato, o al cianuro de las drogas de diseño? Por Ramiro Giganti, para ANRed.


Los allanamientos irrumpen el prime time televisivo. Las fotos, reales o de noticias ajenas de hace años, ornamentan los artículos publicados en los medios masivos. La toma del detenido, quien hace no mucho tiempo era el «exitoso funcionario” que aparecía sonriente en medios complacientes o en campañas políticas, se repite una y otra vez. Ya no se los ve tan felices, al menos a quienes ya no forman parte del gobierno. «El poder cambió de mando”, es el mensaje que nos llega. ¿Cambia algo para la mayoría trabajadora? El otro mensaje de un «cambio” que intentan mostrar en las pantallas de TV pero que cada trabajador no percibe (al menos para bien) es el de una supuesta «lucha contra la corrupción”. Todo mientras se avanza en una ley de blanqueo de capitales enviada al congreso poco tiempo después de la publicación de los «Panamá Papers”, que salpican a numerosos funcionarios del actual gobierno, incluido el presidente.

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Pero volviendo al ex funcionario detenido: muchos de sus «ex compañeros” declaran en su contra, nadie lo conocía, aunque las fotos los muestren sonrientes a su lado. Nadie fue parte, nadie sabía lo que pasaba: «¿yo? Argentino”. Pero mientras la noticia de un caso de corrupción con la espectacularidad del dinero enterrado se repite una y otra vez, la impunidad de lo ocurrido, por ejemplo, en la tragedia durante el festival «Time Warp” en Costa Salguero, desaparece de los medios masivos (si es que la investigación en torno a la corrupción y las responsabilidades institucionales estuvo presente alguna vez). Muchos de los funcionarios que desfilan por los medios como «gladiadores de la transparencia” son los mismos que boicotean las investigaciones, interpelaciones, o indagatorias, sobre lo ocurrido en aquel evento donde murieron cinco jóvenes. ¿Cuánto dinero que debería ser del estado y destinarse a la población se llevan mediante los precios irrisorios que se pagan para utilizar los terrenos de Costa Salguero? ¿Cuántos jardines hacen falta para enterrar esa suma en efectivo?

La información bajo tierra

Toneladas de glifosato caen sobre las tierras argentinas. Espantan malezas, aumentan ganancias»¦ Y extinguen especies. También generan malformaciones e intoxicaciones en los seres humanos que lo inhalan. No está enterrado, está sobre la tierra, extinguiendo depredadores de mosquitos, permitiendo, además, la propagación del dengue y otras enfermedades transmitidas por insectos, que este año generaron cientos de casos con muy poca presencia en los medios masivos. Pero volviendo al glifosato y los agrotóxicos, esos que patrocinan a varios de los programas de «periodismo político”, ¿alguien ha visto informes al respecto en esos programas que cuentan con el patrocinio de Monsanto, u otras empresas?

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¿Alguien ha visto informes sobre la desaparición de Daniel Solano en programas que cuentan con el auspicio de la UATRE, dirigida por Gerónimo «momo” Venegas?

A principios del año 2012 numerosas asambleas y organizaciones vinculadas al medioambiente se movilizaron en contra de la minería a cielo abierto, que ha generado más contaminación que prosperidad en gran parte de la cordillera. Desde Esquel hasta el cerro Famatina, el reclamo de sus vecinos se hizo oír, en algunos casos apoyados por referendos donde la oposición fue mayoritaria. El gobierno (en ese entonces kirchnerista) respondió con represión y criminalización, llegando incluso a aplicar la inefable Ley Antiterrorista. Durante un tiempo breve los medios masivos que en ese entonces eran opositores cubrieron las movilizaciones, incluso desde esos medios se denunciaron «bloqueos” donde la gendarmería no permitía que periodistas puedan llegar a la zona de conflicto para hacer la cobertura pertinente. Sin embargo, de un día para el otro el conflicto «desapareció” de los medios masivos, como si hubiera terminado.

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El conflicto no terminó, de hecho actualmente sigue, sigue la contaminación, siguen las denuncias y siguen las movilizaciones. Lo llamativo es que justo cuando el conflicto «desapareció” de los medios masivos, una nueva publicidad de la cámara minera comenzó a repetirse una y otra vez en las tandas publicitarias de canales de televisión de ambos lados de «la grieta”. El conflicto no había desaparecido, lo que había desaparecido era la información al respecto en los medios masivos. El «nuevo gobierno” no solo no hizo nada por controlar la contaminación generada por esas empresas, sino que además premió a las mineras con exenciones impositivas: millones en impuestos que el estado deja de cobrar, millones que podrían estar enterrados, millones que faltan en hospitales y escuelas públicas: «dinero nuestro” como se suele decir desde el sentido común.

Esto es solo una pequeña parte de la información enterrada, como probablemente lo sean los 8 millones encontrados en un convento, o el efectivo de los Báez, o los millones que Macri declaró tener en una cuenta en Bahamas. Cerca de cumplirse 100 días de conflicto en Tierra del Fuego, la información al respecto parece estar enterrada en redacciones y estudios televisivos que poca importancia parecen darle a la feroz represión que los trabajadores fueguinos sufre en esa provincia, con gobernadora kirchnerista. Mientras, en el otro extremo del país, el gobernador salteño Urtubey hace buenas migas con el gobierno nacional e inunda el espacio publicitario invitando a conocer Salta en vacaciones de invierno.

¿Habrá justicia por Juana, la niña wichí de 12 años abusada en esa provincia? ¿Tendremos la información de un tema tan importante a pocos semanas de otra masiva movilización bajo la consigna «Ni Una Menos”?

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Todo esto ocurre mientras «el gran diario argentino” en una nota con fecha 20 de junio y titulada «corrupción aborto y pobreza” difunde declaraciones del presidente en contra del aborto realizadas en Tucumán, la misma provincia donde Belén, una joven de 27 años, está en prisión y condenada a 8 años por haberse realizado un aborto. Es la misma provincia donde permanece impune el crimen de Paulina Lebbos, que salpica al gobierno de Alperovich. Es la provincia de Marita Verón, desaparecida, secuestrada por redes de trata, cuyos acusados también gozaron de impunidad por parte de la «justicia” tucumana. Allí, desde esa provincia el presidente reunido con un enviado del Vaticano, se declaró en defensa de la vida, «desde la concepción hasta la muerte”.

Sin embargo, el gobierno no parece haber defendido la vida de Juan Pablo Ramos, un joven de 25 años que murió de frío 10 días antes, por solo mencionar un caso entre muchos otros.

Quedará para una futura nota, la implementación o remoción del artículo 85 de la ley de blanqueo de capitales, que propone condenar con prisión a periodistas que informen sobre las personas que, con el beneficio de la nueva ley, puedan blanquear su patrimonio de procedencia desconocida. El presidente declaró, con la difusión de medios masivos, que removería el artículo, luego del masivo rechazo. Pero el artículo 85 fue escrito, fue presentado, removido o no, quedan claras las intenciones.

Quedará también pendiente «desenterrar” otra noticia vinculada al fallo judicial de la corte suprema de justicia que restringe el derecho a huelga a sindicatos, es decir a conducciones sindicales, que en muchos casos están en manos de burocracias que no representan a sus trabajadores. O como el INDEC sigue «enterrando” datos estadísticos, sin la presencia en los medios masivos que supo tener los últimos años. Quedará también la causa de la efedrina y su supuesto financiamiento a la campaña presidencial de Cristina Kirchner, y la campaña de Julio Cobos (ex «UCR-K”, hoy” UCR-Cambiemos”) para la vicepresidencia.


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