07/06/2016

Colombia y el Paro General: La piel insumisa de los pueblos

img_6386.jpgLos pueblos de Colombia, en paro general desde el 30 de mayo pasado, ofrecen resistencia pacífica creciente. La llamada Minga Nacional, Étnica y Popular, a velocidad lumínica, dejó de limitarse a los sujetos y territorios rurales y, como espuma y humanidad en lucha, se extiende por las principales capitales y ciudades Por Andrés Figueroa Cornejo.


«Y el pueblo llene las calles vacías
con sus frescas y firmes dimensiones”

Pablo Neruda

En medio de una de las más brutales ofensivas del imperialismo norteamericano en contra, tanto de los gobiernos progresistas de Nuestramérica (Venezuela) como de las democracias representativas no sujetas al cordón pentagonista del Pacífico latinoamericano (Brasil), los pueblos de Colombia en paro general desde el 30 de mayo pasado, ofrecen resistencia pacífica creciente. La llamada Minga Nacional, Étnica y Popular, a velocidad lumínica, dejó de limitarse a los sujetos y territorios rurales y como espuma y humanidad en lucha, se extiende por las principales capitales y ciudades de ese país nuestro. El mal gobierno liderado por Juan Manuel Santos apostó a la muerte y al crimen mediante el Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) y al Ejército, restando la vida de, hasta ahora, tres indígenas, contando a cientos de detenidos/as ilegalmente y heridos de gravedad, como a personas desaparecidas, y haciendo uso hasta de municiones de fragmentación no convencionales, prohibidas internacionalmente. Sin embargo, los de abajo no se intimidaron. La piel azul y plural de las y los oprimidos de Colombia se resuelve en superioridad numérica y cualitativa. Las y los negros del Puerto de Buenaventura, los trabajadores del petróleo y del transporte de carga, los estudiantes y ambientalistas, se agregaron en los últimos días a los más de cien puntos estratégicos movilizados por la sociedad civil organizada y desarmada, que ya cubren la totalidad de la geografía colombiana.

La inmensa mayoría de América Latina y el mundo desconoce que la actual Colombia alzada tras la conquista de sus derechos sociales elementales no tiene ninguna relación orgánica con las guerrillas (Fuerzas Armadas Revolucionarias, FARC, y el Ejército de Liberación Nacional, ELN), las cuales, de manera diferenciada, sostienen mesas de diálogo por la paz con la administración gubernativa de turno desde hace tiempo.

Con fines represivos y tendientes a confundir a la opinión pública de dentro y de fuera del país, ha sido el oficialismo desde el Estado corporativo, oligarca y rentista de Colombia quien ha usado los medios de comunicación dominantes (que les pertenecen) para castigar y maldecir a la sociedad de personas comunes en resistencia. Lo que persigue la Minga en acción es la fundación de un espacio complementario y distinto al de las mesas del gobierno con las insurgencias político-militares. En consecuencia, nunca el paro general en curso ha sido el resultado de la «reconversión mágica y por sustitución” de las fuerzas guerrilleras transformadas en pueblo protagonista e inerme. La gente común y corriente, y organizada en agrupaciones independientes de las insurgencias es la que hoy llena e interrumpe con su movimiento las carreteras, calles, ciudades, oficinas, fábricas, caseríos, universidades y puertos.

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Colombia funciona como un todo en cuyo vientre se desenvuelven las clásicas contradicciones del capitalismo de los siglos XX y XXI, propias de los territorios periféricos y dependientes respecto de las economías centrales del capital. Por eso la demanda capilar de la Minga es la paz con justicia social y ambiental. Los pueblos colombianos no viven en un mundo paralelo, distinto al de quienes han optado por el camino de la lucha político-militar y en la actualidad, complejamente, llevan conversaciones con el gobierno para la paz. Esto es, la sociedad civil, las y los comunes, auto-valentes y conciente de sus intereses históricos, se moviliza ampliamente porque las causas estructurales (económicas, políticas, sociales, étnicas, culturales, medioambientales, etc.) que originaron las insurgencias, son las mismas que sufren las mayorías.

Haciendo eco de la declaración emitida por la solidaridad internacionalista de las organizaciones populares de Chile con los pueblos de Colombia, «La sociedad civil y organizada de Colombia hoy lucha por sus derechos sociales básicos: tierra, agua, trabajo seguro y decente, inclusión social, participación política, autodeterminación de los pueblos, infancia digna, soberanía alimentaria y soberanía nacional, pluri-cultura y pluri-etnicidad, educación y salud de excelencia, vivienda, seguridad social, resguardo del medioambiente y de los recursos naturales”. No hay misterio detrás de la Minga. Su batalla pacífica tiene la finalidad meridiana de una Colombia en paz y con un proyecto de desarrollo que en síntesis arribe a una democracia radical, participativa e inclusiva multidimensionalmente. ¿Será larga esa batalla? Tan larga y proporcional a la fuerza social que logren acumular los pueblos para derrotar la versión más endemoniada del capitalismo financiero y extractivista que azota al país, sin olvidar nunca el desmontaje necesario de la industria transnacional del narcotráfico y del paramilitarismo asesino.

Asimismo, el Congreso de los Pueblos de Colombia, una de las fuerzas-eje de la Minga Nacional, señala que una eventual Mesa Social para la Paz con el gobierno debe contemplar los cambios en materia de «la doctrina militar, el tratamiento a la protesta social, la política de seguridad, una agenda humanitaria para atenuar los impactos de la guerra, la situación de las víctimas del conflicto armado y de las legislaciones de despojo, garantías para ejercer el derecho a la oposición, las problemáticas alrededor de la tierra y los territorios, el derecho a una ciudad digna, los bienes comunes, los derechos de la madre tierra, el empleo y los derechos del pueblo”. El horizonte político y su programa concreto no provienen ni de la academia ni de vanguardias auto-proclamas: emergen volcánicamente del movimiento real de la lucha de clases ampliada y de alta densidad, y es original y originaria en forma y contenido. Como fruto de un árbol maduro que no ceja de resistir una y otra vez condicionado por un lugar y un tiempo determinado. Por lo demás, los pueblos de Colombia no son satélite de ninguna potencia mundial. Ellos deciden y actúan por sí mismos, aleccionando a cierta «˜izquierda»™ que teme a la libertad y a la incertidumbre, categorías constituyentes de la vida real, y conservadoramente se acuartelan en los convenientes y confortables relatos y conductas políticas del posibilismo, el acomodo y la corrupción legalizada.

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A la hora en que finaliza la redacción del presente artículo, la vocería unida férreamente de la Cumbre Nacional Agraria, Étnica y Popular, en el marco de la protesta general indefinida y pacífica, se reunió en la ciudad de Cali con los ministros del Interior y de Agricultura del gobierno. En este primer contacto entre las partes se acordaron oficialmente las garantías en Derechos Humanos y la legitimidad de la protesta en términos de no más agresiones de la fuerza pública a las personas movilizadas en todo el territorio nacional; la reactivación de la Comisión de Derechos Humanos conjunta con el Ministerio del Interior en acompañamiento de la Defensoría del Pueblo y las Naciones Unidas (ONU); y el intercambio de propuestas para la instalación y metodología de negociación para la Mesa Única.

No obstante, de manera paralela e incumpliendo los acuerdos recién convenidos, continúan los «fuertes hostigamientos, represión y abusos de autoridad por parte de la fuerza pública (ESMAD, Ejército y Policía) con armas convencionales y no convencionales en contra de las comunidades concentradas en los diferentes puntos del país, entre los más críticos: Cauca; Quinamayó-Santander de Quilichao; El Túnel-Cajibío, Los Robles-Timbío, en Cesar; San Martín, Besotes, Agua Chica, La Mata, La Gloria, en Santander; La Lisama, Barrancabermeja, en el Norte de Santander; Berlín, en Valle; La Delfina, Buenaventura, en Nariño; Pedregal-Ipiales, en Huila; Bruselas-Pitalito, El Hobo, Uraba Antioqueño; escenarios donde aún no ha llegado la defensoría del pueblo y las entidades de derechos humanos internacionales como se acordó con Gobierno Nacional en el primer punto («¦) haciéndose evidente el incumplimiento del gobierno y agudizándose así la afectación y violación de los derechos humanos y el derecho legítimo de los pueblos a la movilización social, ahora víctima de la fuerza pública colombiana, la cual ha venido dándole un tratamiento de guerra a las y los manifestantes”.

Pero no existe por parte del poder y la opresión la violación de los compromisos sin el uso y abuso de los medios de comunicación hegemónicos y de su propiedad. La vocería unida de la Cumbre Agraria en lucha denunció que «nos encontramos con diferentes posturas y declaraciones del gobierno nacional que buscan dividir y desinformar a la opinión pública, afirmando que tienen toda la disposición, pero que es la Cumbre Agraria la que está dividida y que no está lista para iniciar el diálogo. (Al respecto) rechazamos y desmentimos categóricamente esas afirmaciones y declaramos nuestra disposición al diálogo con presencia de garantes de la Cumbre, ONU, Defensoría del Pueblo, Congresistas y la Iglesia, así como las condiciones acordadas en términos de garantías humanitarias y logísticas para la movilización, acentuando nuestra posición de unidad, cohesión y trabajo conjunto de cara a un escenario único de negociación”.

Del mismo modo, la Cumbre Agraria termina saludando «las manifestaciones de apoyo y de movilización que vienen realizando estudiantes, camioneros, sindicatos, pobladores en diferentes momentos y regiones, y hacemos un llamado a toda la población colombiana a lo largo y ancho del país a tener conciencia colectiva, a entender y solidarizarse con esta justa lucha del campo colombiano que busca reivindicar los derechos de todos y todas a tener una vida digna, justa, respetuosa de los territorios y el ambiente, que garantice la soberanía alimentaria con frutos sanos de la tierra y economías justas para nuestros productores agrarios”.

Ahora mismo en América Latina, la piel profunda e insumisa de las y los comunes se concentra en la resistencia y movilización de los pueblos de Colombia. Miren su estatura. Ocurre aquí y ahora, no en otra época, no en otra plaza. Que esta humanidad encendida alumbre ejemplarmente cada corazón nuestroamericano y mundial, indígena y mestizo, negro y amarillo y blanco, citadino y campesino. La lucha por la supervivencia y porvenir justiciero del género humano es una sola. Y en el instante mismo en que acaban estas palabras, se condensa paradigmática y amorosamente en todos los territorios de Colombia insumisa.


Chile: Agrupaciones populares solidarizan en la acción con Paro General de los Pueblos de Colombia

«No habrá noche que nos detenga”

Por Andrés Figueroa Cornejo, Prensa Internacional-Congreso de los Pueblos de Colombia

Con la participación de representantes de diversas organizaciones sociales y políticas chilenas, se realizó a las 13.00 hrs. del 3 de junio de 2016 la primera manifestación solidaria con la Minga Nacional o Protesta General de los Pueblos de Colombia que comenzó el pasado 30 de mayo.

Bajo la lluvia y el frío del otoño chileno y a metros del río Mapocho, única arteria fluvial de la capital del país andino, las y los solidarios con la causa de la Paz con Justicia Social y Ambiental de la Cumbre Agraria, Étnica y Popular colombiana, se apostaron en las puertas del Consulado de Colombia, ubicado en la comuna de Providencia de la Región Metropolitana. Acusando recibo de la acción internacionalista, las autoridades consulares resolvieron cerrar al público sus oficinas de manera «˜excepcional»™ y lograron que los medios de comunicación dominantes no acudieran al evento. Mientras tanto, la policía chilena montó guardia visible en las inmediaciones del Consulado.

Las y los voceros de las distintas agrupaciones que se dieron cita en la actividad de solidaridad con la Minga Nacional colombiana, la primera de una agenda que considera varias manifestaciones y foros-debate, señalaron que «La sociedad civil y organizada de Colombia hoy lucha por sus derechos sociales básicos: tierra, agua, trabajo seguro y decente, inclusión social, participación política, autodeterminación de los pueblos, infancia digna, soberanía alimentaria y soberanía nacional, pluri-cultura y pluri-etnicidad, educación y salud de excelencia, vivienda, seguridad social, resguardo del medioambiente y de los recursos naturales”, y agregaron que «Reunido en la Cumbre Nacional Agraria, Étnica y Popular, el pueblo de Colombia, con presencia movilizada en el 85% de su país y en 100 puntos estratégicos a lo largo y ancho toda su geografía, desde los más pequeños poblados, hasta las principales capitales y ciudades, no tiene ninguna relación orgánica con las insurgencias político-militares de Colombia, como las Fuerzas Armadas Revolucionarias, FARC, y el Ejército de Liberación Nacional, ELN, como lo han señalado irresponsable y malintencionadamente autoridades oficialistas. Emitir semejante mentira y estigmatización por los medios de comunicación sólo tiene la finalidad de justificar la más cruenta represión en contra de un pueblo desarmado que lucha a mano limpia por sus derechos negados históricamente”.

Asimismo, informaron que, de acuerdo a la Organización Nacional de Indígenas Colombianos, «ya van tres asesinados, 135 heridos de gravedad, 5 retenidos ilegalmente y un desaparecido, principalmente del sur-occidente de Colombia, a 600 kilómetros de Bogotá. La represión proviene de las fuerzas policiales y militares del Estado colombiano, comandadas por el gobierno del Presidente Juan Manuel Santos. En especial del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) y del Ejército Nacional, que han acometido en contra de las movilizaciones pacíficas de la población con gas lacrimógeno y «˜recalzadas»™ o municiones de fragmentación no convencionales”.

Las y los manifestantes chilenos denunciaron que «La actuación del Estado de Colombia frente a las garantías comprometidas para el curso legal de la movilización social y pacífica, niega en los hechos concretos sus propios dichos públicos. El paro de la sociedad colombiana tiene como objetivo el diálogo y el fin del conflicto, pero con inclusión y justicia social; esto es, con el término de las causas estructurales, sociales, económicas y políticas que originaron el propio conflicto desde hace más de medio siglo. En resumen, la protesta general sólo persigue por vías estrictamente pacíficas, la participación protagónica de la sociedad civil colombiana en la ruta de convertir a ese país en una casa justa y digna, democrática e inclusiva, para vivir muy lejos de la violencia y muy cerca de una sociedad de derechos. En este sentido, los derechos a la libertad de expresión, asociación, reunión y manifestación pacífica están reconocidos en la Constitución Política de Colombia, como en distintos instrumentos internacionales de derechos humanos, los cuales el Estado de Colombia ha suscrito y en consecuencia está obligado a cumplir”.

Finalmente, la solidaridad chilena exigió al gobierno de Colombia «Las garantías legítimas y legales para la movilización, y que cesen los ataques y la represión indiscriminada en contra de las comunidades indígenas, campesinas y urbanas en la Minga o protesta general; la instalación de la mesa de negociación nacional encabezada por el Presidente de la República y sus ministros con el fin de cumplir con todos los acuerdos pactados con los diferentes sectores sociales movilizados; y la inmediata liberación de las y los indígenas retenidos durante el paro general, y la investigación y persecución acuciosas de los responsables de las personas muertas, heridas de gravedad y desaparecidas durante el desarrollo de la protesta pacífica”.

Con la bandera colombiana sobre el Consulado y debajo de la lluvia inclemente, en la manifestación participaron organizaciones como la Confederación Nacional de Pequeños Productores Chilenos-Vía Campesina, Leonel Retamal (HispanTV y El Ciudadano), Partido de los Trabajadores, Museo a Cielo Abierto de La Pincoya, Inquietando desde el Margen, Ukamau, Casa Bolívar, Colectivo Andamios, Izquierda Libertaria y el Congreso de los Pueblos de Colombia-Capítulo Chile.


https://www.facebook.com/Congreso-de-los-Pueblos-126207587546603/
https://www.youtube.com/user/CongresodelosPueblos
http://congresodelospueblos.org/



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