28/10/2006

«Todo personaje teatral se apoya en la carencia»

foto_2_Petit_Hotel_Chernobyl.jpgAntes que una nueva función de «Petit Hotel Chernobyl» comience, ANRed charló con el dramaturgo y director de la pieza, Andrés Binetti, quien manifestó que las mujeres de su obra se encuentran enfrentadas con la realidad y que ese enfrentamiento las obliga a construir otra realidad de sueños. Además, aseguró que «lo más interesante que le puede pasar al teatro es que empiece a abrir en lugar de cerrar o de cuestionar en vez de explicar».


El nombre de la pensión resulta extraño: «Petit Hotel Chernobyl», pero al ingresar más extraño resultan ser los personajes que habitan en uno de esos cuartos; una veterana aspirante a tenista, una dudosa entrenadora, una maestra que hace años dejo de serlo y una joven que jamás abandona su cama mientras contempla el accionar ajeno de sus compañeras. Cuatro mujeres que deciden enfrentar la realidad desde otro costado, el de la irrealidad. Una irrealidad que las va envolviendo hasta protegerlas de ese afuera devastador que no tiene contemplación con aquellos que van quedando en la más absoluta carencia.

«Lo que sucede está solo en la cabeza de las actrices y la idea es que eso también pase por la cabeza del espectador. Es una obra que tiene mucho silencio y poca acción dramática. Es más importante lo que no se dice que lo que se dice», manifiesta Andrés Binetti, dramaturgo y co-director de la pieza junto a Paula López, al referirse al universo habitado por estas almas que son espiadas por un público que las curiosea como lo puede hacer con sus vecinos, sin entender del todo cuál es la relación que las une ni el por qué de sus acciones.

Acciones y formas arbitrarias de comportarse que no provienen de un texto terminado sino que se fueron creando mediante las charlas y las improvisaciones que mantuvieron las actrices con los directores en donde arriba del escenario iban probando el material y armando la obra. «Hubo que construir paralelamente al texto, a la dramaturgia y a las acciones que hacen estas mujeres en escena, el mundo. Ese mundo de pieza de pensión en donde conviven las protagonistas», cuenta el autor.

Todo conforma un trabajo colectivo, del cual sus responsables están habituados porque tanto López como su compañero integran desde 1999 el grupo «De Los Calderos», que bajo esta dinámica de equipo lleva varias obras realizadas como «Leve Contraste Por Saturación», «Opera Anoréxica» y «Llanto de Perro», entre otros destacados títulos.

 ANRed: Durante el transcurso de la obra en ningún momento se explicita la relación que une a estas cuatro mujeres, ni el por qué se encuentran juntas en ese cuarto de pensión. ¿Cómo se explica eso desde lo verosímil?

 Andrés Binetti: Nosotros lo justificamos, básicamente, desde el lugar de la supervivencia. Una cuestión muy básica de que son cuatro perdedoras. Y entre ellas, más o menos, van subsistiendo. Es difícil para el trabajo actoral justificar eso. Y las chicas han logrado un gran trabajo. A la vez es difícil y atractivo porque no se acerca a ninguna obviedad la obra. Entonces, está bueno que suceda eso, que sea como un recorte en el mundo y que no haya nada que explicar.

 ANRed: ¿La realidad opera de anclaje o estas mujeres se encuentran totalmente fuera de ella?

 A.B: Más que afuera de la realidad, creo que están enfrentadas con ella y que a la vez ese enfrentamiento las obliga a construirse su propio fragmento o retazo de otra realidad de sueños. Un poco jugábamos con esa idea de estructura de película norteamericana donde hay un entrenador y un discípulo que llega al triunfo, que generalmente funciona como un arquetipo de muchas películas de deportes de Hollywood en donde mediante un aprendizaje sucede eso. Y que el pibe, el discípulo, termina siendo el campeón del mundo y se va en un convertible colorado con la chica rubia. Este género, que es bastante reaccionario, nosotros lo tomamos y lo tradujimos acá a la Argentina en el 2006. Por eso lo planteamos como un antigénero, aunque aquello era cine y esto es teatro, pero esto del final feliz también tiene que ver con cierto teatro que anda dando vueltas, que tiene la necesidad permanente de cerrar y en realidad lo más interesante que le puede pasar al teatro es que empiece a abrir en lugar de cerrar o de cuestionar en vez de explicar.

 ANRed: ¿Qué carencias te parece que tienen estos personajes?

 A.B: Todo personaje teatral está apoyado en alguna carencia de alguna manera. En el caso concreto de esta obra, creo que ellas se sostienen a través de la carencia y a través de construir esta especie de realidad paralela que tampoco es tan paralela, sino que a ellas no les tocó y que perciben que en el fondo nunca van a llegar. El personaje de la tenista, sabe que nunca va a ganar un partido. La actriz que la interpreta, Clarisa Korovsky, es una mujer de treinta y pico de años y está pasada para el deporte. Pero necesitan sostenerse en eso para subsistir.

 ANRed: De hecho ni la tenista ni su entrenadora parecen saber mucho de tenis.

Foto_3_Petit_Hotel_Chernobyl.jpg-A.B: Es que justamente el chiste, lo que produce humor en la obra, es que tanto la tenista como la entrenadora no saben jugar al tenis y ni siquiera manejan bien el dialecto, la jerga deportiva. Sueñan con eso, pero están lejos del deporte. Y juegan en un club de barrio contra chicos de 13 años a los que no les pueden ganar. Solamente alguien que no tiene demasiada conciencia llega a ese extremo. Lo mismo que la maestra que intenta darles clases a sus compañeras porque hace años que la echaron. Un poco jugamos con esa imagen de que le pasaba a la gente que no le tocaba ganar y que termina así.

 ANRed: Como cuatro marginales…

 A.B: Sí, son marginales, pero a la vez realistas, tienen un cierto toque de grotesco pero en una estructura realista. Tranquilamente pueden ser vecinas de cualquiera de nosotros. De hecho, yo tengo una vecina que es como esa maestra de la obra, que opera como un arquetipo de la maestra argentina. Mal hablada y homofóbica. Muy de derecha.

 ANRed: Tanto ese personaje de la maestra como el de la «encamada» parecen estar por fuera de la acción.

 A.B: El relato como yo lo pensé dramaturgicamente es con la tenista y la entrenadora contando su historia, llevando el relato, mientras que la maestra y la «encamada» operan estructuralmente como intervenciones, van mechándose en esa historia que lleva la temporalidad y, a su vez, en el caso de la maestra, va jugando con el recuerdo de su profesión. En cuanto a la «encamada» es la que más conciencia tiene y que funciona como la síntesis de los otros personajes. Y, además, es la que cierra la obra. Con ella jugábamos con la idea de que era la protagonista del relato, a pesar de es que es la que menos acción tiene al estar todo el tiempo en la cama y casi sin hablar.

 ANRed: ¿En algún momento de la creación de la obra o durante los ensayos tuvieron en cuenta a la figura del espectador como el receptor final de esa producción?

 A.B: Nosotros trabajamos para el espectador. Somos de una generación que empezó a hacer teatro en el 2000 y que tiene en cuenta al espectador, a diferencia de la generación de los 90 en donde todo tenía que ver más con cierto hermetismo y con una cuestión de reflexión sobre el teatro con la puesta en escena y con el mismo teatro. En nuestro caso, tratamos de hacer productos interesantes, con un cierto vínculo con la realidad y con un cierto cuestionamiento político en algunos casos o, por lo menos, reflexivo. Con los códigos del teatro independiente tratamos que al espectador le resulte interesante y que la pase bien.

 ANRed: «Petit Hotel Chernobyl» no es una producción «De Los Calderos» pero, sin embargo, su realización mantiene la misma esencia con la que trabajas con tu grupo.

 A.B: Es que tiene que ver con una dinámica de laburo. En el caso concreto de esta pieza son las actrices las que nos vienen a buscar a Paula y a mí. Y a partir de la convocatoria surge la obra. Son textos de escena que yo voy escribiendo pero en función de los actores y de lo que queremos contar. No sé si son textos muy interesantes para leer, no sé si tienen un peso real dramaturgico o como pieza literaria. Son textos de escena y funcionan absolutamente en el aquí y en ahora. Se completa ahí. No tienen una intencionalidad literaria sino de escena. Y eso nos permite no tener límites. Podemos hacer lo que queremos, lo que sentimos y deseamos en ese momento. Y ese es un poco el camino, siempre considerando que acá va a venir gente, que el espectador se va a sentar y lo va a mirar.

Y en el caso concreto de «Petit Hotel Chernobyl» el público se irá metiendo en ese cuarto que abre sus puertas y en esa carencia que padecen sus cuatro protagonistas, quienes intentaran esquivar su destino dejándose llevar por la ilusión. Hasta que la realidad burlada vuelva a cobrar forma en su totalidad y sorprenda tanto a los personajes de la obra como a los espectadores. Ambos, por distintas razones, deberán abandonar ese mundo de ficción.

Mariano Minasso


Petit Hotel Chernobyl

Dramaturgia: Andrés Binetti

Elenco:

 Maestra: Natalia Cappa

 Encamada: Lucila Eliascher

 Tenista: Clarisa Korovsky

 Entrenadora: Jorgelina Uslenghi

Dirección: Paula López/ Andrés Binetti

Funciones: sábados a las 23hs en el Teatro Del Pueblo

Av. Roque Sáenz Peña 943 Reservas 4326-3606

Localidades $15



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