02/06/2016

#NiUnaMenos. Vivxs nos queremos: el grito colectivo que se hizo tinta

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El pasado 31 de mayo tuvo lugar en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA la presentación del libro colectivo #NiUnaMenos. Vivxs nos queremos, editado por Milena Caserola hacia fines del 2015. En el marco de la próxima marcha #NiUnaMenos del próximo viernes 3 de junio, la presentación de esta recopilación de voces cobra especial relevancia. En un contrapunto a 9 voces, se habló de una serie de cuestiones que hacen al fondo de la marcha del próximo viernes y se abordan de forma breve en el presente artículo, que busca sobrevolar un debate que está lejos de encontrar su final. Por Yamila Belén Martínez Pandiani para ANRed.


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#NiUnaMenos. Vivxs nos queremos es un libro colectivo que nació como grito desde las profundidades de entrañas femeninas que padecieron en carne propia -o sufrieron como propio el dolor de la carne ajena- la violencia machista que fue denunciada de forma categórica y multitudinaria en la marcha del #NiUnaMenos del 3 de junio pasado. En la presentación de este libro, las oradoras, Mabel Belucci, María Elisa Gutiérrez, Ianina Lois, Lucila Truffo, Mirta Mestre, Verónica Budich, Marianela Galli, María Laura Vázquez y Ana González analizaron los presupuestos e implicancias de esa multitud de cuerpos que reunidos en el espacio público impugnaron fervientemente todos los tipos de violencias, de cara a la próxima marcha de igual consigna que se espera este viernes 3 de junio de 2015 a las 17:00 hs. en la plaza del Congreso.

El libro está formado por una serie fotográfica, un diario colectivo con relatos y vivencias de la marcha del 3 de junio de 2015, una sección con entrevistas y otra con reflexiones personales con el objeto de mostrar -desde distintas disciplinas y perspectivas- una problemática que excede a la trascendencia del fenómeno #NiUnaMenos. El 3 de junio pasado ya es historia, hito histórico nacional, momento representativo de la emergencia de las voces soslayadas de cientos de personas que reunidas en una misma voz desgarrada, en un mismo grito insurgente, dijeron basta, que enunciaron que es lo que querían y lo que no querían y exigieron que no haya ni una víctima más, que proclamaron que lo que quieren es estar vivxs, íntegrxs, autónomxs y ser soberanxs de sí mismxs, pero sus reclamos datan de muchos años atrás.

De cara a la manifestación multitudinaria que se espera este viernes, este libro es una lectura casi imperiosa: conjuga las voces de distintas interlocutoras y pone en primer plano a los cuerpos, sin los cuales es imposible pensar siquiera el espacio de la política y visibilizar lo invisible. Es en estos momentos multitudinarios de toma del espacio público que se ve la potencialidad que nace de la unión y no la desunión de los cuerpos: vale, a esos fines, hacerse la pregunta por los medios, pensar si este es un acontecimiento que debe realizarse bajo las fronteras de la lucha del género, o si, por el contrario, alcanzar los objetivos que tenemos es un hecho que debe, para su éxito, de una vez por todas derribar las fronteras del binarismo de género y proclamar un cambio desde todos los frentes: esto es, un trabajo conjunto sin distinciones de género.

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El mundo nuevo que se busca arranca por la toma del espacio público, y este no sólo atañe a las fronteras geográficas: también refiere a las redes, de las cuales surgió inicialmente esta propuesta, los diferentes canales de comunicación que bien utilizados abren al mundo la posibilidad de trascender lo individual, de acercarnos un paso más al objetivo de revertir la lógica machista que nos cercena no sólo a nosotrxs, que reclamamos, sino a todos como pueblo. La convocatoria presente debe incluir a los hombres: es necesario que se entienda que las mujeres ausentes por las que se reclama y las vivas que resisten ante sus pasados y presentes pueden ser sus madres, sus hermanas, sus hijas, sus primas, sus tías, sus novias, sus esposas, sus amigas. Es necesario convocar a los hombres que tengan conciencia de ello.

En los gritos que resuenan al unísono, bajo una misma bandera, un mismo credo, se obtura el silencio, y los cuerpos que marchan ponen en evidencia con sus pasos la precariedad del modo en que se vive pero también la existencia de otra vía distinta, de la posibilidad de lograr efectos descomunales al caminar juntos: la fortaleza que subyace a la unión sin distinciones de clases, religiones ni géneros.

Este libro, esta puesta en tinta tan pensada pero a la vez tan sentida de diferentes gritos, tiene que servirnos para pensar cómo recuperar la genealogía, los aportes históricos de todas las luchas feministas, para lograr así un cambio cultural profundo.

Para llegar a las instancias masivas debemos reflexionar sobre el linaje, los orígenes, para ver con claridad las tareas que debemos emprender en este presente y hacia un futuro. Quedarnos en la inmediatez de la marcha es insuficiente para el cambio verdadero: debemos seguir trabajando sobre los conceptos, en el análisis de indicadores y expedientes, en la gestión e implementación de políticas preventivas, en la preservación de los centros de protección y asesoramiento y abogar por la creación de nuevos, en exigir el cumplimiento de las leyes para que estas no sólo den justicia frente a la violencia ya cometida sino que también permitan detenerla antes de que ella suceda.

Se trata de una traducción, lectura y relectura de un discurso heredado, de la búsqueda de crear una «pedagogía vital” y nuclear a una multiplicidad de públicos mediante un trabajo colectivo que articule desde la raíz, con fuerza, pasado, presente y futuro, de luchar para que la discusión perdure en el tiempo.Buscar un nuevo mundo, intervenir de forma verdadera sobre este fenómeno clave de nuestro tiempo, precisa abordar la temática de la violencia de forma integral, responsable y comprometida por parte de todos, un asistir no sólo con el cuerpo a la marcha sino también con el alma; sentir las vibraciones de la plaza para después, cuando las hagamos tinta, que esa tinta sea indeleble, que no pueda ser borrada.

En la presentación de este libro, una de las oradoras señaló que si hay necesidad de una nueva plaza es porque prevalece la violencia, porque el peso de las ausencias que plagaron la plaza del año pasado se ha multiplicado. En este sentido, el único camino que nos queda es la lucha: deben prevalecer los pensamientos y las intervenciones críticas y artísticas, debemos expresar con la voz y en la tinta no sólo el relato de lo que nos dañó y lo que nos daña sino también las vías pensables de superar el trauma, atisbar la salida para comenzar a cicatrizar heridas, al menos, desde la esperanza.

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Con sus voces, con sus brazos, con sus manos, las oradoras, como tantas otras, «empujan un elefante pero no bajan los brazos”: el relato es la evidencia de una insuficiencia, pero es también la puerta que nos permite preguntarnos cómo prevenir, evitar y modificar las relaciones de violencia. Si el empoderamiento de la mujer es lo que desató el avance de la violencia, la única opción que nos queda es seguir cuestionando y, por sobre todo, cuestionándo[nos], para poder así, entre todos, desatar, sin distinciones de género, los nudos que la violencia, multiforme, hace sobre las gargantas de tantas vidas. La solución que necesitamos reside en la superación de los discursos y brazos del odio, de buscar a partir de nuestras presencias y nuestras voces, utilizando nuestras mentes como escudos y como espadas nuestras lapiceras, la potencia que sabemos existe en la unión de tantos cuerpos que comparten más que recuerdos, sentimientos.

Este viernes marchamos por muchos motivos: marchamos en pos de la declaración de emergencia en violencia sexual y doméstica; marchamos para obtener el presupuesto necesario para implementar de forma completa la Ley 26485; marchamos para alzar al cielo el grito «Â¡Basta de femicidios!”; marchamos por las que ya no tienen voz, que quedaron en el camino; por las que cobraron voz pero aún portan marcas sobre sus cuerpos o sus mentes; marchamos para reafirmar los gritos pasados; marchamos para despertar a todas aquellas que aún callan; marchamos para inscribir las propias libertades en el tejido de las luchas por los Derechos Humanos; marchamos como eco de otras proclamas planetarias; marchamos para pedir por la libertad de decidir sobre el propio cuerpo; marchamos,en definitiva, por todas nuestras vidas. Este viernes todos marchamos.

Contacto:

https://www.facebook.com/editorial.milena.caserola/posts/998652780242890
https://www.facebook.com/DerrocandoaRoca
https://www.facebook.com/ArtemaColectivoDeArtistas/
https://www.facebook.com/redfeminismosdescolonialesdelsur/

Para más información:

https://www.facebook.com/Ni-una-menos-351635908360931/
http://www.cnm.gov.ar/AreasDeIntervencion/RegistroUnicoCasos.html
¿Dónde pedir ayuda? Llamando al número 144 desde todo el país. Es un número gratuito que da contención, información y asesoramiento las 24 hs del día.
También, si querés más información, podés entrar a:
queondaconelamor.tumblr.com
amarseaprende.tumblr.com



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