Lanús campeón, un club de socios
El campeonato que consiguió Lanús el domingo tras ganarle a San Lorenzo por 4 a 0, refleja mucho más que un simple logro futbolístico. El club del sur del Gran Buenos Aires lleva ya un largo proceso de crecimiento y fortalecimiento institucional. Los éxitos del granate en los últimos años demuestran que con voluntad, trabajo y pasión, un club hecho por sus socios puede posicionarse entre los mejores de los últimos años y plantarse ante cualquiera de los equipos grandes manejados por dirigentes que más bien parecen gerentes. Por Federico Caggiano
Lejos quedó la crisis económica que atravesó el club en 1978, momento en el que descendía a la tercera división y se encontraba a punto de la quiebra. Desde aquella tragedia, Lanús se caracterizó por la unidad política y un proyecto institucional que le sirvió no solo para salir de aquella crisis, sino que le permitió consolidarse como un club modelo a nivel nacional. El crecimiento de Lanús desde aquel entonces es notable. Pero sin dudas los últimos veinte años son el máximo reflejo de este crecimiento. En lo institucional, fundó su propia escuela con los tres niveles educativos, una fundación que trabaja activamente y en conjunto con otras organizaciones solidarias, nuevos predios y hasta una sede del club en Bogotá, Colombia. En lo deportivo, principalmente en lo futbolístico, obtuvo sus cuatro títulos en estos últimos veinte años: Copa Conmebol 1996, Torneo Apertura 2007, Copa Sudamericana 2013 y el reciente Torneo Transición 2016.
Los principales dirigentes se enorgullecen del presente que está pasando el club pero sin olvidar cómo se llegó hasta este momento. «Lanús salió campeón por el proceso dirigencial y el proyecto colectivo que tuvo en estos últimos cuarenta años, con unidad política donde todos apuntamos a lo mismo”, manifestó públicamente Nicolás Russo, actual presidente de la institución. Mariel Bruno, tesorera de la Fundación del Club Atlético Lanús, explayó un poco más sobre este proyecto: «Es un club que tiene el sentido de Luna de Avellaneda (en referencia a la película), conformado por los socios, que tiene el deseo de los padres trabajando en las subcomisiones por los chicos y donde hay familias involucradas desde hace muchísimos años”, contó.
En la actualidad, Lanús es uno de los pocos clubes de Primera División donde los socios tienen voto directo en la asamblea, que es el órgano máximo de administración. «Se celebra una vez por año el último domingo de noviembre, donde se aprueba el balance y todo el orden del día. Ahí todos los socios que tengan antigüedad suficiente y con la cuota al día, pueden expresarse respecto de si están a favor o en contra de lo que se manifiesta en la asamblea, y pueden decir lo que quieran dentro del marco del respeto y de los puntos del orden del día”, le explicó a Anred Mariel Bruno, la tesorera de la Fundación del Club Atlético Lanús. En la mayoría de las instituciones, existen asambleas representantes. Es decir, los socios que quieran participar de ellas deben estar afiliados a alguna de las agrupaciones políticas vinculadas, proceso en el cual se pierde la representatividad individual.
En un contexto en el que el fútbol parece estar supeditado exclusivamente a los intereses económicos, el éxito de Lanús representa una luz de esperanza y deja en evidencia que un club en mano de sus socios puede llegar bien lejos.