19/04/2016

Libres y valientes. En ese orden

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Corría el año 1977 y en la localidad de Rafaela en provincia de Santa Fe nacía la poeta, feminista y socorrista Dahiana Belfiori.
Desde 2008 es reconocida por sus notas de opinión, escritos y su militancia. Actualmente podemos leerla en las contratapas del suplemento Rosario|12 del diario Página|12. Luchadora por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito nos brinda una entrevista, a pesar de sus ocupaciones, viajes y presentaciones por su primer libro publicado. Por Millatur Soledad para ANRed


¿A qué te enfrentaste cuando te sentaste a escribir «Código Rosa” este libro que relata ficcionalmente las experiencias sobre aborto? ¿Cómo fue el proceso?

Dahiana: Yo no tuve contacto directo con las mujeres, eso es una aclaración fundamental, recibí los testimonios transcriptos ya, con sus respectivas voces, grabaciones.

Estas historias, si son las mujeres que en 2012, la Colectiva Feminista «La Revuelta” de Neuquén acompañó a abortar con Misoprostol, apoyando y asesorando en la toma de esta decisión tan libertaria. En 2013 me ofrecen como escritora y socorrista hacer este libro de ficción, con relatos ficcionados a partir de los testimonios reales de mujeres.

Transite varias etapas al escribir el libro, primero ingenuamente me imaginé que iba a ser mucho más sencillo y dije que si entusiasmada, casi sin pensarlo. Pero cuando me encuentro con los testimonios, de los cuales elijo 17, que son los del libro, me di cuenta que no era tan fácil. Primero un proceso arduo de lectura, cada testimonio imagínate tenían treinta páginas, y además porque tenía que ver con lo que ellas vivieron y experimentaron incluso en su propia vida, me encontré y conviví con las voces y las vidas de esas mujeres.

Fue conmovedor pero también impactante. Una de las primeras entrevistas que escuche, me hizo creer que no iba a poder llevar adelante, que no iba a poder. Fue un testimonio duro de una mujer que había sufrido violencia durante toda su vida, y el aborto vivido de manera acompañada por las socorristas, representaba para ella un momento de libertad. Me costó mucho digerir la naturalidad y crudeza con la que narraba esos hechos, esa violencia ejercida sobre su cuerpo desde los primeros años de su infancia. De hecho después de esta lectura yo no pude escribir durante quince días, no solo el libro, no podía escribir nada.

Fue muy fuerte, porque estaba operando sobre un material muy íntimo y a la vez muy preciado, de esas mujeres que están confiando su vida en las palabras que yo escuche en esas voces, además el recorte y el hecho ficcional. Y los testimonios los elegí para poder mostrar la diversidad de mujeres que abortamos en Argentina.
Cuando termine sentí el placer de algo que debía ser cumplido, era una deuda, poder escribir sobre el aborto y el acompañamiento que hacemos las socorristas. Aunque aún estoy en el proceso de esos sentires del libro.

Esta diversidad de las mujeres abortistas ¿Fue algo de que te llevó al recorte de 17 relatos que hoy leemos en el libro?

Dahiana: Me deje llevar mucho la intuición, y esto tiene que ver con lo que me dejaba resonando, marcada y así empecé a pensar cada relato.
En un punto como criterio racional era visibilizar la diversidad de mujeres que abortamos, distintas clases sociales, lugares de procedencia, edades, madres, casadas, prostitutas, en todas nuestras variables. Por ejemplo hay dos prostitutas que tienen distintas miradas, hay dos relatos de mujeres que encarnan la prostitución de un modo diferente, la entienden de modos distintos. Entonces cuide muchísimo y privilegie no prejuiciar, ni juzgar moralmente por más que yo no estuviera de acuerdo con esas voces. Para mí eso fue un gran paso, ya que nosotras debemos ir dejando de lado los prejuicios como socorrista.

Hoy priman esas voces en los relatos, yo intento no meterme, y si intervengo, lo hago desde la duda, formulando preguntas a través de lo narrado
Fue un gran aprendizaje porque estoy comprometida, ética, políticamente con este libro, por ser socorrista, por haber abortado con mi propio cuerpo, y ser escritora hacen un triple compromiso. «Yo quiero que esto le sirva a otras” declaraban la mayoría de las mujeres en sus testimonios, y eso da cuenta de que esto queda y no se borra más.

Mi objetivo también es instalar otras narrativas en torno a la experiencia de abortar, que rescate esos momentos únicos intransferibles, irreductibles, que no pueden ser habladas por discursos abstractos sobre nuestros derechos. Plasmar la experiencia como única y que se deje de entender al aborto pensando como un mal, una culpa.

¿Cómo fue tu experiencia?

Dahiana: Hoy las socorristas acompañamos y eso ayuda mucho, no se compara con la experiencia que viví hace 10 años atrás, en donde el silencio y el secreto hicieron que yo durante 5 años no pudiera hablar con nadie del tema, entonces esas cosas constituyeron un trauma psicológico, como una marca que te imposibilita digerir lo que hiciste porque ni siquiera podes pensarlo, menos hablarlo. El libro hoy es posible hoy porque existen las socorristas que hemos acompañado a las mujeres a abortar.

Tus padres se enteran mediante el prólogo ¿Cuál fue su reacción?

Dahiana: Mis viejos no sabían que yo había abortado, nunca les conté. Pero yo soy activista feminista hace 10 años y formo parte de la Campaña por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito y de Enredadera Colectiva Feminista, salgo públicamente a hablar de aborto, siempre.

Ambos leyeron el libro, ambos me manifestaron emoción, para mí también era un modo de contarle a mi vieja, y eso lo pensé después de escribirlo. En el proceso de ver como los demás relatos que iba leyendo, incluían a sus madres, pensé en que sería una buena forma de que ella se entere.

A mi vieja le hubiese gustado que yo le cuente, pero la verdad es que no estaban dadas las condiciones, yo tenía 18 años, era muy chica. Hasta esa edad fui a una escuela de monjas y más allá de que mi mamá es bastante libre y, de hecho te podría decir que no son creyentes ninguno de los dos, pero la educación que yo recibí hizo que yo pensara que lo que estaba haciendo, estar abortando era realmente un crimen, y sin embargo yo nunca dude en abortar.

¿Por qué Código Rosa?

Dahiana: Fue difícil el nombre, porque ninguno de los nombres de los relatos daba cuenta de la totalidad del libro, ya que cada experiencia de abortar es única, fue difícil. Entonces recibimos la anécdota de esta mujer que llamó a la red de socorristas diciendo: -Hola ¿hablo con Código Rosa? Y con las compañeras que estaban en ese momento no podíamos creer que haya reemplazado la palabra «Socorro” por «Código”. Fue gracioso, yo pensaba en el espionaje, en estas cosas ocultas y que en verdad es todo lo contrario y entonces nos preguntamos porque reemplazo esas palabras y decidimos tomarlo, nos pareció bueno, ya que provenía de Neuquén y de una nueva mujer que se acercó a realizarse un aborto.
Tampoco podía faltar la palabra aborto en la tapa, hubo toda una discusión sobre el titulo completo, hasta con las ilustraciones también, pero privilegiamos la simpleza y lo llamamos «Código Rosa: relatos sobre abortos”.

¿Por qué decidís que tu primera presentación sea en Neuquén?

Dahiana: Fue simple, son ellas las que tienen la idea, La Revuelta de Neuquén estaba pensando estos testimonios, por supuesto lo presente ahí y después circule por el sur, donde también hay socorristas. Nosotras somos una red que está en todo el país. Las revueltas son las que empiezan los socorrismos en el 2010 y en 2012 nos constituimos como red, y ahora somos 25 consejerías en todo el país.

Como socorrista ¿Cómo fue tu recorrido militante en la colectiva Enredadera?

Dahiana: Yo estudie en Córdoba y en los últimos años me integro a una colectiva feminista autónoma, independiente y autogestiva, que se llamaba: las histéricas, las mufas y las otras. Cuando me vuelvo a Rafaela a fines de 2007 motorizo un espacio así en Santa Fé.

Empezamos a trabajar la temática en las calles, en las escuelas, haciendo radios abiertas, ciclos de cine-debate y también soy integrante de la Campaña a nivel nacional, como enredadera. Al pertenecer a la campaña, en la juntada de firmas y el proceso de concientización, se nos acercaban las mujeres a preguntarnos concretamente: -¿Cómo hacemos para abortar? y entonces decidimos ponerle el cuerpo, tomando el ejemplo de las socorristas de Neuquén, ayudando haciendo uso de lo que recomienda la Organización Mundial de la Salud (OMS), el uso del Misoprostol, fue un camino muy largo y duro.

También hemos llegado a acuerdos políticos en torno a seguir un protocolo unificado en todo el país. Somos feministas y estamos luchando por una vida sin violencia, a favor de las libertades y de las autonomías de las mujeres.

¿Qué es lo más crudo con lo que se encuentra una red de socorristas y que estrategias toman para cambiar estas vivencias de aborto que suelen ser muy traumáticas?

Dahiana: Lo más duro es pensar en las mujeres que han sufrido violación dentro de la pareja, y no lo reconocen como violencia. Lo que implica entonces un aborto legal y hay que encausarlo de esa manera y exigir que se practique en los hospitales. El problema es no poder reconocerlo como violencia, entonces hay que hacer un trabajo de hormiga, son situaciones complejas que nos ponen en tensión, hay que lograr que la mujer dimensione y se concientice de lo que vivió. Además nosotras debemos garantizar que sea vehiculizado en un hospital, no todos los contextos locales y territoriales son iguales, a veces es más sencillo y a veces no. En la provincia de Rosario particularmente los médicos y medicas hay muchos que lo garantizan, pero en mi pueblo el servicio de ginecología y obstetricia es objetor para los abortos que son legales, entonces hay un límite y tenemos que darnos estrategias para acompañar esas mujeres que muchas veces tampoco quieren exponerse a esa violencia institucional que sufren aun sabiendo que está haciendo uso de sus derechos.

La mujer que aborta es militancia, es activismo, y nosotras logramos que ellas puedan hacer real lo que decidieron que es abortar, mientras no tengamos la ley las vamos a seguir acompañando y eso nos da satisfacción, es arrancarle al hetero-partriarcado con nuestras prácticas empoderadas, lo que queremos para nuestras vidas. En cada acto de abortar estamos yendo en contra de la maternidad forzada, impuesta y obligatoria.

¿Cuáles son las líneas de acción política concreta de cara a lo que se viene?

Dahiana: Seguir acompañando mujeres a abortar desde socorristas en red, dándoles información segura sobre el uso del Misoprostol, extender la red, tener más alcance, siempre tejiendo lazos más estrechos con el sistema de salud, público y privado, generando lazos de debate, este es un objetivo político que hemos manifestado junto con otros actores como la Red de Profesionales de la Salud por el derecho a decidir que la conforman más de 400 personas.
Otra acción es poder instalar otras narrativas sobre la experiencia de abortar, en otros formatos, desarrollando las creatividades y alegrías feministas.
Tenemos que estar organizadas para activar y profundizar los lazos latinoamericanos, y feministas sobre todas las cosas, siempre.

Más información:

www.socorristasenred.org
www.larevuelta.com.ar



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