Jueza del caso Andrea Viera escrachada en su domicilio de Quilmes
El acto de repudio se dio a tres meses del fallo que protegió y dejó en libertad a los policías asesinos de Andrea Viera: David Gutiérrez, Carlos Maidana, Oscar Farías y Diego Herrera, en el cual sólo la agente Marta Jorgelina Oviedo fue condenada a cadena perpetua con el beneficio de arresto domiciliario. Por cronistas especiales.
La jueza Alicia Nélida Anache preside el Tribunal Oral en lo Criminal Nº3 de Quilmes junto a los jueces Armando Armenio Topalián, Alejandro Oscar Fortunato y Gil Juliani. Ellos se dedican a inclinar la balanza de la justicia en detrimento de los sectores populares. Los fallos de los casos de Carla Lacorte y Andrea Viera reflejan la íntima relación entre el poder judicial y el aparato represivo del Estado.
Este sábado por la tarde organizaciones de DDHH partieron desde la plaza de la estación de Quilmes hasta el domicilio de la jueza Alicia Nélida Anache para pedir su destitución. Las organizaciones convocantes fueron: Familiares y amigos de Andrea Viera y Carla Lacorte, Madres de Quilmes, EMBA, CORREPI, H.I.J.O.S., CE.PRO.D.H, Mesa de Escrache Popular y partidos de izquierda.
El 10 de mayo del 2002 Andrea había sido detenida en la comisaría 1ra de Florencio Varela por averiguación de antecedentes y el 22 murió tras la brutal golpiza y torturas que recibió por parte de la Bonaerense. Este fallo notoriamente ideológico, que encubre y justifica el impune y represivo accionar de la institución policial, es parte de una continuidad de injusticias, como lo refleja también el caso de Carla Lacorte, quien el 1 de julio del 2001 fue blanco de una bala policial que la dejó en silla de ruedas. El oficial José Ignacio Salmo de la comisaría 6ta de Ezpeleta fue absuelto del cargo de «homicidio culposo» pese a haberle disparado a Carla por la espalda, alegando que hacía de «campana» en el robo que se estaba produciendo aquel día en el Mc Donald’s de Quilmes.
«Hoy vemos que la impunidad sigue avanzando, creo que con la lucha popular, o sea con el pueblo en la calle muy pronto se van a tener que ir», comentó Eugenia Vázquez acerca de las fuerzas represivas. Andrea Viera era su hermana.
Unas 300 personas marcharon con las consignas «basta de gatillo fácil», «desmantelamiento del aparato represivo», «basta de torturas en comisarías y cárceles», «no a la criminalización de la protesta y la pobreza», «libertad a los luchadores populares presos», «juicio político a las jueza Anache y a los jueces Portunato y Topalián», «no a la impunidad de ayer y hoy» y «condena social- escrache popular».
Al llegar las columnas hasta la esquina de la vivienda de la jueza, donde un vallado policial impedía el paso, se dio lugar a la lectura de un documento, en el cual se destacó: «de los 2.000 casos de gatillo fácil que se registran desde la apertura democrática de 1983, la cuarta parte, 505, le corresponden al actual gobierno, el de Kirchner, quien se desvive en promocionar su gestión como la del gobierno de los derechos humanos».
Además, se hizo mención a que el aparato represivo sigue intacto desde la última dictadura militar, como lo ejemplifica la reciente desaparición de Jorge Julio López. En palabras de Carla Lacorte: «se ve cruentamente lo que venimos denunciando hace mucho, que se sigue practicando lo mismo que en la época de la dictadura: las torturas en las comisarías, las muertes y las desapariciones. El gobierno de Kirchner puede hablar mucho, pero quienes están al mando del Servicio de Inteligencia del Estado son los mismos desde 1972».
Finalizada la lectura del documento, expuesto con una mezcla de dolor y fortaleza por la misma Carla y familiares de Andrea, los grupos fueron desconcentrando bajo el canto: «este año no se acaban los escraches, este pueblo no se olvida ni se calla».
Por Jota y Ve
Fotos: Esteban para ANRed