23/03/2016

Gerardo Martínez, la UOCRA y los albañiles desaparecidos

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Gerardo Martínez, el actual máximo dirigente de la UOCRA, sindicato que nuclea a gran parte de los trabajadores de la construcción, fue personal del batallón 601 de inteligencia responsable de la desaparición de 105 albañiles. Accedió a la institución durante la dictadura pero supo aggiornarse a los tiempos democráticos, apoyando a los sucesivos gobiernos. Hoy es un pilar fundamental del sindicalismo que apoya a Mauricio Macri. Por ANRed/ Sitraic


Ingreso de la mano de un coronel a los 22 años para acompañar el nuevo rumbo político del sindicato al compás de la dictadura de las tres fuerzas que había dado el golpe en marzo del 1976. No se le conoce una obra donde haya trabajado como albañil. Luego de ingresar al batallón 601, hubo 60 trabajadores de la construcción desaparecidos en la seccional capital, donde él tenía excelentes relaciones con el interventor militar en la UOCRA de esa zona.Se adaptó a la llegada a la democracia y junto con los servicios de inteligencia logro desplazar a fines de los ochenta al entonces líder del sindicato, Juan alejo Farías, para acceder al liderazgo en los noventa.

Estuvo con Ubaldini, con Duhalde y luego con Menem. Después fue mano derecha desde el sindicalismo kirchnerista y hoy apoya el giro político del nuevo presidente Macri, a pesar que en su sector son 25 mil los trabajadores que han perdido su puesto de trabajo.

Desde ANRed reproducimos un informe en base a la elaboración de la denuncia del SITRAIC, escisión de la UOCRA, que sufrió reiterados ataques por oponerse al caudillismo de Gerardo Martínez;

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Quien es Gerardo Martínez

Gerardo Martinez comenzó su prominente carrera en la UOCRA a los tempranos 22 años cuando ingreso al sindicato en el año 1978 de la mano del Coronel Pedro Armando Coria, interventor designado por la sangrienta dictadura militar. Para alguien que se reconoce del peronismo no parece un buen comienzo: mientras Gerardo iniciaba sus primeros pasos en el gremio de la construcción, Rogelio Papagno, titular de la UOCRA hasta el golpe, se encontraba preso junto a otros dirigentes peronistas. Gerardo se sumó rápidamente a la gestión de Coria, cuyo único propósito era limpiar al sindicato de elementos que contradijeran el rumbo político y económico adoptado por la dictadura de Videla. Un dato de color es que a Gerardo, hasta el momento, no se le conoce el paso por ninguna obra de la construcción, aspecto determinante a la hora de entender como fue tejiendo su ascenso al frente de uno de los sindicatos más numerosos del país. Gerardo contaba con un comodín: su amistad con el teniente coronel Roberto Gordillo le daría una base de apoyo entre los servicios del ejército para moverse dentro del gremio. Gordillo se destacó en sus funciones por sus cualidades de «interrogador contra la «lucha antisubversiva” en Tucumán, donde compartido operaciones con el ex general Cesar Milani. Fue también el hombre que introdujo a Gerardo Martínez al batallón 201 de inteligencia del centro de detención de Campo de Mayo, durante la última dictadura militar, dependiente del 601 de inteligencia, desde donde se prepararon las operaciones que hicieron desaparecer a 105 trabajadores de la construcción, 60 de ellos pertenecientes a las seccional capital de la UOCRA donde Gerardo ya se destacaba como hombre de confianza de Juan Alejo Farías, interventor de la UOCRA Capital. Con la vuelta de la democracia, Gerardo profundizo un rumbo de adaptación a los virajes políticos y de conspiración en el gremio. En el 84´triunfa en las elecciones de la UOCRA como integrante de la lista encabezada por Farías, desde donde comenzara un trabajo meticuloso, fundado en sus relaciones con los servicios de inteligencia, para desplazar a Farías llevando a cabo un golpe palaciego a finales de los años 80´ y tomando el control de la UOCRA en los años 90´. Desde ahí, Gerardo estará al frente del gremio honrando el método que lo llevó hasta esa posición: la obsecuencia con los distintos regímenes políticos, su versatilidad para adaptarse a cada situación y el recurso permanente a sus relaciones dentro de los servicios de inteligencia. Gerardo fue un hombre leal para la dictadura, amplio s influencia cerrando filas con Farias encolumnado en el ubaldinismo.

Cuando los aires cambiaron de dirección, se enlisto prematuramente en el menemismo y más tarde en el duhaldismo. En el 2003 vistió el ropaje «nacional y popular” desde donde fue una pieza fundamental de los negocios de la patria contratista. Hoy busca la bendición y los favores del nuevo gobierno. El hilo conductor de los últimos 40 años es su funcionalidad al poder. Desde su formación de «service” reprodujo el mismo esquema que Coria durante la dictadura militar: el saneamiento del activismo del gremio, el reclutamiento de ex AAA (de los cuales se rodeó), incluso la incorporación del mismo Gordillo a la UOCRA, la promoción de las bandas de choque contra el activismo obrero (como los grupos de tareas que Gerardo llegó a conocer en detalle), los negocios, el narcotráfico, la descomposición. Pero como la dictadura tuvo su ocaso, a Gerardo también le ha llegado su hora.

Mientras la UOCRA se derrumba por sus contradicciones y su podredumbre, Gerardo Martínez se encuentra más expuesto que nunca por los crímenes que cometió durante la última dictadura militar. Por eso le reza todos los días al Papa Francisco para demorar el desenlace de esta historia. Más temprano que tarde también se la acabaran las plegarias.

Algunas notas referidas a los ataques al Sitraic;

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Fuente:
SITRAIC



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