Acuerdo con buitres y nuevo comienzo del endeudamiento
Ayer el gobierno de Mauricio Macri logró el acuerdo con los holdouts más duros. Esto permitirá comenzar a endeudarse nuevamente y obtener crédito internacional. El acuerdo con los fondos buitres deberá ser costeado con más deuda y se emitirán bonos por 15 mil millones de dólares. También se exige que el Congreso derogue dos leyes. Por ANRed.
Ayer finalmente se concretó el acuerdo con los fondos buitres que mantuvieron desde el 2014 una embestida judicial contra la Argentina, con deuda que había entrado en default desde el 2001. El acuerdo con cuatro fondos buitres, entre ellos NLM, del magnate Paul Singer y el holdouts Aurelius, quienes sostuvieron la contienda contra el país, y que apostaron a la desesperación del gobierno de Mauricio Macri por endeudarse, lograron ayer la mejor oferta hasta el momento: la quita del 25% de la sentencia y el total de pagos por gastos del juicio.
Con el acuerdo el gobierno de Mauricio Macri logra resolver el 85% de los reclamos judiciales por US$ 9000 millones que atiende el representante judicial Dan Pollack. El 15% restante de las sentencias serían fondos menores.
Estos holdouts alcanzaron el mejor logro en la extendida batalla judicial, con un arreglo que implica el pago de US$ 4653 millones, lo que representa solo una quita del 25% sobre la sentencia. Los anteriores fondos negociaron por quitas mayores (las reestructuraciones del 2005 y 2007 con un 67% de quita). El arreglo logrado ayer también contiene gastos legales y servicios que antes no habían sido tenidos en cuenta.
Los fondos buitres que habían pagado 25 dólares por cada 100 dólares en bonos argentinos cuando el país estaba en crisis, ayer con el acuerdo lograron un 1500% de ganancia. Y también exigieron el pago en efectivo y con plazo antes del 14 de abril.
Lo que se viene
Tras doblarle el brazo al gobierno argentino los fondos buitres también exigieron que el Congreso nacional se someta al acuerdo. La exigencia de la derogación de la Ley Cerrojo y la Ley de Pago Soberano son cláusulas que deben ser cumplidas para que el acuerdo se concrete.
El poder legislativo tendrá que derogar sus leyes y el poder ejecutivo para pagarle a los holdouts emitirá bonos por 15mil millones de dólares para obtener el efectivo necesario para pagar las deudas (cuyo total suman entre 17 y 20 mil millones). Las grandes firmas financieras (HSBC, JP Morgan, Santander, Deutsche, BBVA, Citi, etc) cobrarán por las transacciones y la obtención de esos bonos.
Se destraba para el gobierno macrista el camino hacia el endeudamiento, tras desesperadas semanas con una caída en las reservas nacionales por debajo de los 24 mil millones y el fracaso del ingreso de dólares provenientes de las liquidaciones del agro. El obstáculo con los buitres se convirtió en el objetivo principal del ejecutivo para pedir crédito internacional. Pero el costo del acuerdo para «el ingreso al mundo” es que en 80 días, el flamante gobierno, ya se anotó cerca de 25mil millones de deuda adquirida. «Endeudarse para evitar el ajuste salvaje” fueron las palabras utilizadas por el ministro Alfonso Prat-Gay.
El estancado escenario internacional, la retracción de capitales y la caída de los precios de los commodities opacan el presagio de Cambiemos sobre la llegada de inversiones al país que puedan revertir el escenario de ajuste. En sus 80 días de gobierno el macrismo ha tomado medidas proclives a beneficiar a los sectores empresariales, principalmente los exportadores y transnacionales, como la quita en las retenciones en el agro y la minería, la devaluación de la moneda nacional y el fin del cepo. Y en contrapartida se vive una situación de incrementos de despidos y desilusión entre los sectores populares por los tenues aumentos en las jubilaciones y en las AUH, así también como la quita al impuesto a las ganancias. El alza en los precios por la descontrolada inflación y la imposición de los tarifazos en los servicios agravan la situación.
El riesgo
El gobierno gira hacia los «mercados financieros” y el comienzo de un ciclo de endeudamiento parece la estrategia principal de la nueva conducción nacional. Los bonos que ayer el gobierno se comprometió a pagar con cifras siderales de ganancias para los fondos usureros son deuda que entró en default en el 2001 cuando el 20 de diciembre la población salió a las calles a cambiar el rumbo de la historia de un país saqueado por los mismos prestamistas y políticos hoy reciclados.
En estos días, la derogaciones de las leyes de Cerrojo y Pago soberano en el Congreso significan el cambio de rumbo. Los holdouts que no entraron en este acuerdo pueden volver a trabar el pago acordado y exigir las mismas condiciones que lograron los buitres del magnate Paul Singer y otros. Este escenario complicaría aún más la situación y llevaría a tomar aún mayor deuda al país.