29/12/2015

Vidal nombró el frente del SPB al responsable de cientos de muertes de presos y cautivas

3fugados_lanatta.jpg

La gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, aseguró hoy que la fuga de los tres condenados por el triple crimen de General Rodríguez del penal de General Alvear no hubiera sido posible sin la «complicidad de una parte del Servicio Penitenciario Bonaerense”. Sin embargo, luego de desplazar toda la cúpula del SPB nombró al viejo conocido Fernando Díaz, quien hasta ayer era segundo jefe del Servicio Penitenciario Federal, que cuando fue titular del SPB tuvo récords de muertes en las cárceles de la provincia de Buenos Aires, entre ellas la Masacre de Magdalena, donde murieron 32 presos asfixiados o quemados porque los hombres de Díaz así lo dispusieron. Por Oscar Castelnuovo para APL


«Está clarísimo, lo digo y lo vuelvo a sostener, que una parte del Servicio Penitenciario fue cómplice para que esto pasara, sin eso (la evasión) no hubiera sucedido”, afirmó la mandataria provincial sobre la fuga de Martín Lanatta (42), su hermano Christian (43) y Víctor Schillaci (35). Los hermanos Lanatta y Schillaci fueron condenados en 2012 a prisión perpetua como coautores de los homicidios de Sebastián Forza (34), Damián Ferrón (37) y Leopoldo Bina (35), cuyos cadáveres fueron hallados en 2008 acribillados a balazos en un zanjón de la localidad bonaerense de General Rodríguez.

La masacre de Magdalena de 2005

El funcionario judicial Juan Manuel Casolati, quien se presentó en el lugar, denunció ante la Justicia una versión completamente diferente a la de los penitenciarios que volcaron la culpa sobre los detenidos: «El fuego se apagó solo. Los bomberos nunca entraron. No había agua en las bombas contra incendio y los matafuegos no funcionaban. Los que rescataron sobrevivientes y cuerpos fueron los presos del pabellón de al lado. Ahora están aterrados porque son testigos de todo lo que pasó”. Los relatos de los internos del pabellón 15 son dantescos. Los familiares relataron haber visto «cantidad de cadáveres tirados en el piso como basura”. Así lo narró Casolati al diario Página 12 en la oportunidad.

La nota de Página tambiénk refiere a la muerte de dos cautivas, que investigaba la misma fiscalía 4, a cargo de Sergio Delucis, en de la UP33 de Los Hornos, que fallecieron de un modo semejante: durante una batucada (protesta ruidosa), estaban «engomadas” (encerradas) en la celda. Prendieron fuego al colchón. Los guardias llegaron media hora después. A una la sacaron muerta. La otra falleció en la internación. Días después, otra presa que estaba a punto de quedar libre murió carbonizada en su celda. Los penitenciarios dijeron que fue suicidio.

Por estas y otras razones, Fernando Díaz, es uno de los penitenciarios más cuestionados por su nefasta historia al frente en las instituciones de encierro. Sobre este personaje, dijo a esta Agencia Roberto Cipriano Félix García de la Comisión Provincial por la Memoria que: «Fernando Díaz, además de ser el jefe del SPB cuando ocurrió la Masacre de Magdalena, salió públicamente, una semana después, a decir que no había ningún error que reconocer. También sostuvo, luego de probarse el pasaje de corriente eléctrica en un detenido, que los presos se torturaban a sí mismos para obtener beneficios. Y no es solo lo que dijo, sino lo que hizo u omitió hacer: Torturas sistemáticas, record de muertes (en 2005) en los últimos 15 años”.



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba