22/04/2004

El pueblo boliviano vuelve a encender la mecha

cob.jpg (Corresponsal de ANRed en La Paz, Bolivia) – Los dirigentes de las principales organizaciones populares de Bolivia, Jaime Solares, Felipe Quispe y Evo morales, llamaron a cortar el país por tiempo indeterminado a partir del 1º de mayo próximo. Campesinos, indígenas, cocaleros, trabajadores y estudiantes conforman de a poco un frente en común para evitar la venta de gas al exterior y las medidas antipopulares del gobierno de Mesa. A esto se le suma un clima enrarecido por las internas dentro del Ejército y la Policía y los rumores de un golpe de estado impulsado por sectores empresariales y políticos liberales.


El clima en el país hermano es particularmente tenso. A la pobreza cada vez más extrema (el 90 % de la población indígena y campesina es pobre), se le suma el reclamo histórico de no vender el gas al exterior y distribuirlo puertas adentro, donde escasea. El actual presidente Carlos Mesa, que tuvo que tomar las riendas del poder a fines del año pasado cuando el pueblo hizo correr a Sánchez de Lozada, se encuentra ahora presionado por varios sectores. La mayoría de la población está que arde por la continuidad de la política del gobierno anterior. Y a la posibilidad abierta nuevamente de vender el gas al exterior, ahora se le suma la comercialización con Argentina, en el marco de nuestra crisis energética, y el planteo irresoluble de la salida al mar desde Chile.

La mecha está prendida, las organizaciones populares de Bolivia llamaron a cortar las rutas de todo el país, en forma indeterminada, a partir del 1º de mayo. La primera que salió a patear el tablero fue la Central Obrera de Bolivia (COB), liderada por Jaime Solares. Pero tanto el partido de Evo Morales (MAS) como el movimiento del ex guerrillero indigenista Felipe Quispe se sumaron a ponerle fecha a la confrontación directa. Entre ellos y con otras organizaciones están formando un frente para oponerse a la ley de hidrocarburos y la comercialización de gas al exterior. El MAS formó una Coordinadora en Cochabamba que se suma a las medidas de lucha que ya iniciaron los cocaleros del Chapare.

El clima de tensión se fue enrareciendo más cuando surgieron problemas entre dirigentes indígenas y el nombramiento del nuevo ministro de asuntos indígenas, Ricardo Calla, a quien directamente no dejaron ingresar a su oficina. Ahora esperan que el presidente intervenga en la situación.

Además existen rumores de que un sector grande del Ejército, que cuestiona la falta de control por parte del gobierno, para evitar el ascenso de las luchas sociales, trate de imponer su autoridad por medio de un golpe. En ese sentido, la autoridad máxima de las Fuerzas Armadas, Luis Aranda, no puede aislar a este sector porque pertenece a otra fuerza, la naval. De esta manera se está dando una interna fuerte dentro del Ejército, que se encuentra dividido en dos bandos, por un lado los del servicio pasivo que tienen que responder a la zona sur y oriental del país y por otro los del servicio activo que se hacen cargo de los movimientos más radicales del occidente. Y en la misma Policía también hay internas, ya que un grupo del servicio pasivo denunció irregularidades cometidas por su máxima autoridad, Jario Salabria.

Ante este panorama, el dirigente del MAS, Evo Morales, salió a denunciar la posibilidad de un golpe de estado, impulsado por sectores empresariales y políticos de derecha: «algunos militares fascistas al servicio de las transnacionales y Sanchez Berzain y Sanchez de Losada buscan desestabilizar la democracia para evitar el juicio a los responsables del ex gobierno y para no hacer una nueva ley de hidrocarburos».

Mientras tanto, los estudiantes universitarios ocuparon un rol muy importante durante la última semana. El 19 de abril, una manifestación de 10 mil estudiantes universitarios y docentes colmó la Plaza del Estudiante (en la Av. 16 de Julio, conocida como el Prado) para pedir aumento presupuestario del 28 % y una distribución equitativa entre las distintas universidades y los docentes comunes con los jerarquizados. La respuesta del Ministro de Hacienda, Sergio Pereira, fue que sólo se aumentará un 3%. Participaron las 11 universidades de Bolivia (entre ellas la Universidad Mayor de San Andrés, Universidad San Francisco Javier, Universidad San Simón de Cochabamba, Universidad Tomás Frías de Potosí, Universidad Técnica de Oruro, la Universidad Pública del Alto y la Universidad Nacional Siglo XX. Los universitarios fueron a todo o nada, y ante la negativa del gobierno, esa misma noche comenzaron una huelga de hambre indefinida, y la Octava Conferencia de las Universidades de Bolivia prometieron iniciar una serie de cortes y bloqueos. «Si no puede, mejor que se valla», dijo el secretario ejecutivo de la Federación Universitaria. Y afirmó que la lucha que atraviesa a todo el pueblo boliviana es la misma que la de ellos: «el sistema universitario está unido al país; la pobreza, el desempleo, la crisis llegó a nuestra universidad». De hecho, los estudiantes llamaron a todo el pueblo a sumarse a su lucha: «Todos los ciudadanos deben luchar por la educación de sus hijos», agitó un estudiante de la Universidad de San Andrés.

Descargar Balance de la COb sobre la rebelión de octubre de 2003



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