22/09/2006

«El intendente le dijo que era un hombre vago, que no trabajaba porque era aborigen»

1-41.jpg
El cuarto piso de la gobernación del Chaco fue el escenario de la huelga de hambre de 32 días que llevaron adelante nueve indígenas toba. La incertidumbre rodeó el acuerdo que firmó el Instituto del Aborigen Chaqueño (IDACH) y el gobierno provincial. Aquí el relato de la protesta sin antecedentes de las comunidades indígenas chaqueñas. Una expresión de conciencia política de un pueblo acorralado, que comprendió que los derechos no se piden ni se mendigan, sino que se toman. Por María Inés Aiuto. Colaboración: Cristian Roberto y Mariano Muñoz. Nota publicada en el último número del periódico RedAcción-Apuntes del Futuro.


El inicio

El levantamiento indígena comenzó luego de las inundaciones que azotaron a la zona del Impenetrable producto del manejo irracional del bosque nativo. El desmonte provoca ciclos de inundaciones y sequías, como las que padecen en la actualidad los pobladores del Gran Chaco Americano.

Cuando se produjo ese fenómeno, el intendente de Villa Río Bermejito, Lorenzo Hefner, pidió ayuda nacional. Si bien el pueblo no se inundó, sí hubo graves problemas a lo largo del territorio municipal rural, particularmente en la localidad El Espinillo, a 42 kilómetros del casco urbano. El 80% de su población es indígena.

Cuando llegaron los alimentos, los colchones y las chapas, Hefner aprovechó para hacer clientelismo político, pero nada les llegó a los indígenas de las zonas más afectadas. Por esto, el 1 de mayo de este año un grupo de diferentes parajes se movilizó caminando hacia Villa Río Bermejito para que el intendente les diera una explicación, pero no fueron escuchados. En asamblea, los indígenas decidieron pedir la renuncia del intendente y montar un campamento frente a la municipalidad, medidas que mantienen hasta hoy.

2-44.jpg
Conferencia de prensa de los huelguistas
3-47.jpg
Acampe en Villa Rio Bermejito

El racista

Con la ayuda del abogado Rolando Nuñez, del observatorio social Nelson Mandela, los indígenas presentaron una denuncia penal contra Lorenzo Hefner por discriminación racial. A Mariano Franco, toba de 67 años, el intendente le dijo que era «un hombre vago, que no trabajaba porque era aborigen y que si no se iba le patearía el culo porque era un indio». A Farias Charole le dijo que le negaba asistencia «porque es indio y no quiere trabajar»; a Benito Díaz que no lo atendía en la oficina «porque tinía mal olor». Y los testimonios continuaron.
En una entrevista a Hefner le preguntamos porqué no escuchó el reclamo de las comunidades: «Los recibimos pero ellos hablan como loros uno tras otro, todo griterío, no me dejan ni siquiera un tiempito para poder contestarles. Si hay orden, hay una educación, hoy mismo podemos dialogar, pero ordenadamente, no que hablen todos juntos».

4-46.jpg
Huelguistas exponiendo sus reclamos

La extensión de la protesta

El reclamo se provincializó: se realizaron cortes de ruta, se formó el campamento en la Plaza 25 de Mayo, frente a la casa de gobierno en Resistencia y doce tobas se instalaron en el cuarto piso de la gobernación donde comenzaron una huelga de hambre que duró 32 días. Por su parte, el gobernador Roy Nikisch no recibió a los manifestantes y sólo planteó que el reclamo tenía un condimento político.

La gran pregunta era porqué el gobierno actuó de esta forma pudiendo atender al menos alguno de los reclamos de los nueve puntos del petitorio. Según Rolando Nuñez «este gobierno como no tiene oposición, porque el PJ aquí no es oposición, elige un sector para confrontar, un sector débil, a quien luego derrota, prolongando el conflicto hasta lograr el desgaste».

5-47.jpg
Miembros de las comunidades indígenas frente a la intendencia de Villa Rio Bermejito

La huelga de hambre

Patricia Ávalos, toba de la localidad de General San Martín, estuvo veinte días en huelga de hambre. Ella relató cómo vivieron en el cuarto piso de la Gobernación cuando todavía sus compañeros mantenían la medida. «Los primeros días el ministro de gobierno Hugo Matkovich nos prohibió que usáramos la cocina, el baño y ordenó a los empleados que prendieran el aire acondicionado, hasta nuestro idioma nos prohibió. Había mucha policía y tuve mucho miedo por ver tanta custodia. Dormíamos debajo de la mesada, algunos arriba de la silla, con frío, nos agarraban calambres, pero aguantamos firmes en la lucha».

El acuerdo entre en IDACH y el gobierno provincial

El gobierno logró el desgaste de los manifestantes que se tradujo en un acuerdo bastante modesto. El punto principal del petitorio, que era «la renuncia indeclinable del intendente Lorenzo Hefner», no se logró. El caso quedó en manos de la justicia, pero en definitiva será el consejo municipal el que resolverá si quita o no los fueros del intendente para que empiece la etapa del juzgamiento. «Hefner posiblemente continúe hasta el vencimiento de su mandato y si nuevamente se presenta como candidato continuaría con los fueros y no se lo podrá investigar», explica el abogado Nuñez.
Otro de los puntos que desapareció fue el pedido de municipalización de El Espinillo, localidad que por su lejanía no entra en los planes del intendente que se ocupa sólo del casco urbano.

Sobre los demás puntos, como entrega de territorios, ampliación del presupuesto del IDACH y titularización de los maestros bilingües, entre otros, según se puede leer en el acta del acuerdo, fueron relativizados y son expresiones de deseos. Lo único concreto que consiguió la dirigencia indígena fue un millón de pesos de Aportes del Tesoro Nacional (ATN) que el gobierno del Chaco transfirió a la cuenta del IDACH.

El IDACH

El Instituto del Aborigen Chaqueño empezó a hacer algunos reclamos a principios de año bajo la gestión del nuevo presidente, Orlando Charole. Este cargo se gana en elecciones con el voto de las comunidades indígenas. El IDACH es un ente autárquico pero depende del ministro de gobierno, Hugo Matkovich. En 1996 del total del presupuesto provincial le correspondía al instituto el 0,25%. Hoy no llega al 0,10%.

Un dato para destacar es que durante el período del reclamo, las decisiones y los proyectos que en numerosas ocasiones el IDACH entregó al gobierno como borrador fueron discutidos en asamblea. Sin embargo, el día en que se firmó el acuerdo, la mayoría de los dirigentes de base y de los aborígenes que protestaron no conocían las cláusulas del convenio. En este punto no se puede desligar el origen de los dirigentes: la capacidad de los integrantes del IDACH refleja la situación de las comunidades aborígenes, llevados a la pobreza, a la exclusión y al hambre.

Conclusión

Este es un proceso que no termina en un reclamo. Desde el punto de vista aborigen la manifestación fue muy importante porque se movilizaron y ocuparon un espacio político (en términos físicos y sociales también). Lamentablemente, se firmó un convenio muy indefinido, impreciso, mientras que el gobernador inauguraba una obra en El Espinillo, donde se inició el conflicto, junto al intendente Lorenzo Hefner, señalado como un discriminador confeso.

Desde lo político institucional, quedaron al descubierto los rasgos más duros del gobierno provincial, conservador y autoritario, que no sólo violó los derechos de los aborígenes, sino también derechos como la libertad de deambular, o la libertad de prensa ya que no dejaron entrar a los periodistas a la casa de gobierno a cubrir la huelga de hambre.


Algunos datos

En la provincia del Chaco hay 60.000 indígenas de las etnias Qom (conocida como toba), wichí y mocoví. El 98% se encuentra debajo de la línea de la pobreza y el 92% debajo de la línea de indigencia. Las enfermedades que padecen son las tradicionales de la extrema pobreza, es decir, tuberculosis, Mal de Chagas y otras enfermedades infecciosas. La desnutrición infantil en las comunidades aborígenes es estructural. Cabe destacar que los indígenas no sólo son expulsados del monte, también de su provincia: hay 30 mil que hoy viven en el barrio toba de Rosario, Santa Fe.



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba