24/11/2015

La noche se presta para mucho más

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El triunfo de Mauricio Macri como una próspera profundización del extractivismo agroexportador. Córdoba como principal cosechadora de votos para el flamante presidente. La que se viene. Por Lea Ross


«Las retóricas no estarán más y tendremos un Modelo con las máscaras caídas”
«“ Jorge Rulli, de Grupo Reflexión Rural, en el programa Bajo el mismo sol (Radio Nacional Córdoba)

«Algunos momentos de ésta eternidad
me son suficientes para recordar.
Tus piernas bailando son tan mágicas
La noche se presta para mucho más.
Y está muy bien así
Por hoy, no pienses más
Yo sé que lo necesitas”.

«“ Tan Biónica, Ciudad Mágica

Globos, amarillos, bailes, chetos, porteños, alegría, buena onda y mucho pop. El triunfo de Mauricio Macri deja mucho para pensar, más allá de la frustración de unos, el resentimiento de otros y las dudas de varios. Dentro de un simple paso de baile, con la música de fondo, se visualiza una incertidumbre que pega fuerte la cabeza. La búsqueda de ciertos puntos clave para conocer el fenómeno, sin necesidad de caer en el desaliento de nadie, permitirá hallar algunas respuestas. Incluyendo el porqué de la tierra de La Mona Jiménez se eligió al candidato de Tan Biónica.

Como dijimos en el artículo Scioli vs. Macri: Qué lo parió!, los «piquetes de la abundancia” del año 2008 contra la resolución 125 fueron la primera manifestación de sectores acomodados contra el Gobierno Nacional. A partir de allí, se ventiló otra serie de manifestaciones semejantes que se expresaron en las calles, desde los cacerolazos del 8N hasta la «Marcha de los fiscales” por la muerte del fiscal Alberto Nisman. En cierta medida, las denuncias por fraude en las elecciones en Tucumán también dio cabida a ello.

El «conflicto del campo” transcurrió en medio de la Década Ganada del kirchnerismo. En ese entonces, la clase media logró su ascenso gracias la distribución de ingresos por la entrada de los soja-dólares. El quiebre del Lehman Brothers y la propuesta de aplicar una medida recaudatoria a los sectores chacareros destapó la bronca a la denuncia de un supuesto ajuste fiscal que padecían los productores rurales.

El periodista Jorge Lanata había escrito lo siguiente en su libro 10K: La Década Ganada: «La Resolución 125 se recuerda hoy como un incidente menor que, como la mariposa, desencadenó problemas mayores: una derrota electoral (de las legislativas del 2009) que el gobierno supo revertir con inteligencia y audacia, y un hecho que hasta ahora no ha sido considerado en su real dimensión: ese fue el momento del nacimiento del Relato”. Más allá de que se trata de un libro sustentada en palabreríos inconvexos (de hecho, nótese que en la cita anterior, el autor puso dos veces el signo de dos puntos dentro de una misma oración), es verdad que el «conflicto de campo” disparó una dinámica por parte del gobierno basada en un costado de aplicación de políticas progresistas, como la Ley de Medios, el Matrimonio Igualitario, la Asignación Universal por Hijo, entre otros.

Pero también, por otro lado, la toma de conciencia acerca del rol que cumplió el modelo agroexportador dentro del Estado. De ahí que la gestión de Cristina Fernández de Kirchner estuvo basada en profundizar el modelo extractivista: la presentación del Plan Estratégico Agroalimentario 2020 para incrementar la soja y los cultivos para biocombustibles, la entrada de Monsanto en Malvinas Argentinas como parte de un plan estratégico continental en el negocio de semillas de maíz y la aprobación de 24 paquetes transgénicos. La mayoría de éstos paquetes fueron presentados por Monsanto.

Mauricio Macri también fue consciente de eso. Por eso, su campaña de «vamos a sacar las retenciones” ha sido la luz que encandiló no solo de parte de la parte de la sociedad que cimienta su negocio gracias a la soja y otros cultivos, sino también a una parte de la sociedad que toma al campo (sojero) como la máxima referencia de la patria.

Es así que cuando uno se sumerge por la Pampa Húmeda del país, el lugar donde la soja está más concentrada, los votos que cosechó Macri fueron los más abultados. En particular: Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos y provincia de Buenos Aires. En la gráfica de abajo, realizada por La Voz del Interior en base a números oficiales, lo demuestran de éste modo. Mientras más intenso son los colores amarillos, más alto son los porcentajes conseguidos por el frente Cambiemos.

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La Fundación Pensar, una ONG que trabaja con el macrismo, emprendió la tarea de pautar las medidas que tomaría Mauricio Macri a la hora de ejercer su cargo como presidente. Durante tres años, se consensuaron recomendaciones en materia de campo, conformada por una mesa que participaron, entre otros, Héctor Baldassi, Alfredo de Angeli y Miguel del Sel.

Hoy, los portales de comunicación ligados al sector agropecuario vaticinan que esas propuestas de la fundación serán las políticas que aplicará el flamante líder de acá a cuatro años. Algunos de estas son:

apertura a las exportaciones y eliminación de los Registros de Operaciones de Exportaciones;
eliminación paulatina a mediano plazo de las retenciones a la soja, reduciéndolos cinco puntos por año;
reducciones al impuesto a las ganancias y al IVA para los que ejercen la actividad del agro;
eliminación de normas burocráticas que tengan que ver con la entrega de información sobre dichos negocios;
amortizaciones a las inversiones en capital físico como maquinarias y otros insumos;
ampliación de autopistas y otras redes de transporte en beneficio del rubro;
creación de una Ley Nacional sobre Políticas de Fomento Agroindustrial.
A esto se le debe sumar la posible devaluación abrupta que se generaría antes del cierre del año, que pasará el dólar oficial a una cotización parecida al dólar blue: unos quince pesos. Con lo cual, hablamos de enormes ingresos para los empresarios que tienen guardados sus granos en los silo-bolsas, a la espera de la suba del dólar.

Como puede observarse, el macrismo aplicará una serie de medidas que profundizará el modelo agroindustrial, basado en un crecimiento en los rindes sojeros, para paliar la caída de la cotización de los commodities. Esto va a significar que Argentina se convertiría en una suerte de «paraíso fiscal” para las empresas agroalimentarias. Muy parecido al marco legal que rige a las actividades dedicadas a la mega-minería. Todo basado no solo en beneficios impositivos, sino también de una ausencia de control por parte del Estado contra los especuladores y los dedicados al mercado negro. Con lo cual, puede significar a la vez una mayor evasión e incremento de actividades ilícitas en la comercialización de granos. Sin mencionar una mayor concentración de tierras y extranjerización de la actividad, basada en el despojo de tierras y la dispersión de agroquímicos en zonas aledañas al campo, como así también la contaminación a los alimentos que consumimos diariamente.

Cordobesismo y Cordobazo

Córdoba fue la provincia en donde Macri cosechó un mayor porcentaje provincial. Un 71,5%. ¿Por qué?

Si tuviéramos que hurgar a nivel histórico, tendríamos que remontarnos al año 1974 con el golpe policial del Navarrazo, que destituyó al gobernador Ricardo Obregón Cano y a Atilio López como vice. De allí, a un par de años, se llegaría el ascenso del brigadier Luciano Benjamín Menéndez, quien dispersó el terror y el miedo en toda la provincia. Con el fin de la dictadura, llegaba el ascenso del neoliberalismo y el desguace de las industrias, gracias a las desregulaciones vividas durante el período del radicalismo.

Ya en su tramo final de los años noventa, con la entrada de los paquetes transgénicos de la soja de Monsanto, Córdoba quedó a entera disposición del monocultivo sojero, convirtiéndose en una de las provincias con mayores rindes sojeros, en competencia con Santa Fe. A partir de eso, la propagación del cemento en las zonas urbanas, solventadas por los dólares de la soja, sin ninguna política integral de inclusión social en materia de vivienda y hábitat, se conforma en una sociedad segregada y acaparada por el consumo. Bajo el resguardo del modelo cordobesista del delasotismo.

En medio de ella, las historias de amor y odio entre el gobernador José Manuel de la Sota y el Gobierno Nacional concluyó en un odio acérrimo, debido a las pretensiones del primero de proyectarse a ser el próximo presidente de los argentinos en 2015. Así, se emergió una serie de disputas y peleas que arrancó con la polémica de las Caja de las Jubilaciones en 2012 sobre los fondos nacionales no enviados y el pedido de armonizaciones. Y finalmente, se decantó en los saqueos del 3-4D de 2013, cuando la pelea entre De la Sota y el kirchnerismo se volvió mediática a partir de la denuncia del primero de que no le atendían el teléfono y el no envío de gendarmería u otras fuerzas represivas federales.

A su vez, se toma presente el rol de los medios masivos de la comunicación en Córdoba. Los más importantes forman parte de holdings que, en la mayoría de los casos, sus dueños tienen sus oficinas en Buenos Aires. Es así que las líneas editoriales de los medios de acá son iguales a las editoriales de los medios de comunicación de Buenos Aires, opositores al kirchnerismo. Con lo cual, no sorprende que la difusión de la información haya decantado en favor del delasotismo.

Por ende, el voto a Macri fue un voto en bronca al kirchnerismo, proveniente de distintas clases sociales. Y no necesariamente a aquellos que proclaman un retorno a un gobierno semejante al menemismo. Y repetimos el ejemplo: la Córdoba del 71,51% que votó por Macri es la misma Córdoba del 1,28% que votó a Cavallo hace dos años atrás.

Con esto se deja en claro una mirada errónea de afirmar que el ascenso del macrismo fue por culpa de la izquierda al incentivar el voto en blanco. Tan erróneo como creer que a partir de hoy retornamos a los años noventa.

El régimen neoliberal o menemista surgió a partir de un determinado contexto mundial (caída del Muro de Berlín y el Fin de la Historia), en un determinado panorama latinoamericano (la cicatrización de las heridas que dejó las respectivas dictaduras y el miedo desmovilizante que instalaron) y en una determinada situación nacional (la retirada de Alfonsín, luego de la hiperinflación y el copamiento del cuartel en La Tablada). Ninguno de éstos contextos son acordes con la situación actual: el ascenso de países que integrarán los BRICS, con una Europa ajustada financieramente y un Estados Unidos en duda sobre su destino, con una América Latina hiperactiva con sus disputas internas y externas; y un país que no tiene ni la violencia política, ni la situación económica vivida como la de 1989.

En Córdoba, la mayoría prefirió a Macri. Pero Córdoba también es el escenario que le está frenando un importante negocio a la mayor multinacional del comercio transgénico en Malvinas Argentinas, algo que es inédito a escala global. Incluso llevó al rechazo por parte de un jefe comunal en Río Cuarto a la misma empresa; también inédito a nivel internacional. La Córdoba que bendice a la soja es la misma Córdoba que le ha dado un cachetazo tras otro a Monsanto.

Como así también es la misma Córdoba que realizó la movilización más grande contra la represión policial, como es la Marcha de la Gorra, cuyos organizadores calcularon un total de más de 25 mil convocados. Una respuesta que se pone firme a cualquier política que pretenda Macri a la hora de querer moler a palos a cualquiera que quiera enfrentarse a sus medidas.

Los próximos cuatro años de Mauricio Macri estarán regidos en la idea de recuperar los dólares que le falta al Banco Central. Hoy, las reservas están a la mitad de lo que había a mediados de 2011. Por eso, sus fichas caen en acrecentar la productividad primaria, sirviendo en bandeja la devaluación del dólar, en detrimento de la moneda argentina. No solo en el campo, sino también alentando la mega-minería y la actividad hidrocarburífera, entre otras actividades extractivas. Pero esta medida económica y de saqueo, lo pretenderá hacerlo contra un pueblo que está más movilizado y dispuesto a repeler a cualquier medida anti-popular.

Es decir, el extractivismo, el ajuste y la represión se aplicarán sin rodeos alguno. No habrá discurso «progre” que lo oculten. De algun modo, Macri siempre fue explícito en lo que iba a hacer. Ahora, deberá enfrentarse a un pueblo que está más a pié que nunca. Dispuesto a ponerse a frente.

Y cuando llegue ese momento, ahí sí, la noche no se prestará para mucho más.

@LeandroRoss
http://ecoscordoba.com.ar/



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