La 9na Marcha de la Gorra en Córdoba
25000 personas se movilizaron la tarde del miércoles 18 de noviembre, en la novena edición de la marcha de la Gorra, una de las marchas antirrepresivas más importantes a nivel nacional, bajo la consigna «En tu estado policial, te marchamos de frente mar”, que finalizó con un masivo festival. Por COB La Brecha Córdoba
La Marcha de la Gorra se realiza todos los noviembres en la ciudad de Córdoba y es una movilización que ya forma parte del folclore y la vida de los cordobeses. El eje en el que se enfoca la marcha es la denuncia de las detenciones arbitrarias efectuadas por la Policía, que se acercan al número de 80 mil anuales: un promedio de una cada 15 minutos. La reivindicación principal es la de «Derogación del Código de Faltas”, ya que se denuncia que las detenciones arbitrarias están amparadas por este código y en la aplicación indiscriminada y sistemática de figuras muy ambiguas, como las de «merodeo” y «escándalo en la vía pública”. Una de las características principales de la marcha, que la diferencia de otras, es que en ella confluye un amplio espectro político, cuyas organizaciones participan de una misma comisión organizadora que se reúne durante dos meses y acuerdan un documento conjunto, así como todas las consignas y decisiones acerca de la marcha.
A lo largo de los años las reivindicaciones se fueron ampliando, y hoy la marcha de la Gorra es una movilización general en contra de la política represiva del gobierno. En esta novena edición, se hizo especial hincapié en las denuncias a los casos de gatillo fácil y a la política de segregación y discriminación a los jóvenes de barrios populares, que son las principales víctimas de las detenciones arbitrarias. Además, se denunciaron los «operativos de saturación”, que consisten en la ocupación policial de un barrio en la que se realizan detenciones masivas. Éste fue el caso de las «razzias” que se realizaron a fines de mayo de este año, que tuvieron como saldo cerca de 1000 detenidos por contravenciones. Otro hecho reciente que fue denunciado es el de la situación que se desarrolló en los barrios de Bajo Pueyrredón y Barranca Yaco a fines de octubre, en la que un operativo policial militarizó el barrio y reprimió a los vecinos que se movilizaban en reclamo de esclarecimiento de un caso de gatillo fácil.
Por sus características, la Marcha de la Gorra impugna fuertemente a la política del gobernador José Manuel De La Sota. Este año, dos semanas antes del 18 de noviembre, De La Sota dijo, refiriéndose a las denuncias por detenciones arbitrarias, que «son cosas que reclaman esos de la Gorra, que casi siempre son parientes o vecinos de los que delinquen. Y que cuando son detenidos presentan un frondoso prontuario”. Con estas palabras De La Sota buscaba deslegitimar a la movilización, para reforzar el paradigma de seguridad que su gobierno desarrolló en los últimos años, que fortaleció a la Policía con aumento presupuestario, actualización tecnológica e incremento en la cantidad de efectivos.
Al respecto, Agustín Sposato, militante del Colectivo de Jóvenes por nuestros Derechos, la principal organización impulsora de la marcha, nos decía:
«Y ahí lo que nosotros decimos, nuestro contradiscurso, es que más policía no es más seguridad. Que se ha evidenciado como la Policía estructura los delitos complejos, y como están procesados muchísimos jefes de la policía. El de mayor renombre es el que estaba en la [división de] lucha contra el narcotráfico. El actual jefe de policía está denunciado. Fue condenado por la justicia a cumplir pena de prisión en [la cárcel de] Bouwer el comisario Márquez: Hay un montón de ejemplos que dan cuenta de cómo la policía participa de los grandes delitos de la provincia”.
La marcha, a la que convocaron a movilizar organizaciones sociales, estudiantiles, de derechos humanos, antirrepresivas, sindicales y políticas, contó con una afluencia muy similar a la realizada el año pasado, a pesar de que muchas organizaciones kirchneristas decidieron no marchar ni convocar por la inminencia del balotaje del domingo próximo. Más allá de que la policía, por órdenes del gobierno provincial, intentó impedir la llegada de una columna de carreros que avanzaba a incorporarse a la marcha, no se registró ningún otro tipo de incidente ni problema.