Elecciones en Turquía: avance del AKP y retroceso de las fuerzas progresistas

Apenas algunas horas después de cerrarse los comicios, los resultados preliminares de las elecciones legislativas en Turquía muestran un avance significativo del gobernante Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP), que obtendría el 49% de los votos y 316 bancas. Si bien la mayoría obtenida le alcanza al partido de Erdogan para formar gobierno sin recurrir a una coalición, no le permite llevar adelante la reforma constitucional para instaurar un sistema presidencialista que venía planeando ya desde la elección anterior, en que sufrió su primera derrota significativa en sus 13 años en el poder. El CHP (Partido Republicano del Pueblo), quedo en segundo lugar mientras el HDP y el MHP quedaron en tercer y cuarto lugar respectivamente. Pablo Mestrovic para ANRed

Todavía es pronto para encontrar una explicación para el triunfo del AKP. Si bien las encuestas de las últimas semanas antes de las elecciones mostraban una recuperación del partido islamista y un debilitamiento del HDP, ninguna predecía un resultado como este. Por un lado, se han presentado varias denuncias de fraude, particularmente en el Kurdistán turco (particularmente se ha denunciado intimidación a los observadores internacionales, votos múltiples por el mismo votante y cantidades de votantes mayores a las que figuran en el padrón).

Por el otro, el AKP parece haber tenido éxito en su estrategia de intimidación, los resultados electorales por provincias muestran una extensión de la base del AKP hacia regiones que el HDP había ganado en las elecciones del 7 de junio en el Kurdistán turco y aunque en menor medida, hacia los bastiones tradicionales del CHP en la región occidental de Turquía. Es significativo que una política similar, desarrollada por la extrema derecha turca con apoyo de la OTAN a fines de los años «™70 desembocó en el golpe militar de septiembre de 1980, pero no en una victoria electoral para la extrema derecha.

Este triunfo del AKP supone una convalidación de las políticas regresivas que el partido islamista venia implementando en los últimos años, particularmente la limitación de las libertades individuales y la erosión gradual del laicismo, que más allá de los aspectos cuestionables que tenía en su variante kemalista, suponía el reconocimiento, aunque mas no fuera en el plano formal, de los derechos civiles y políticos de las mujeres. ( article9991 )

Hechos como la aceptación del matrimonio religioso por un fallo judicial a fines del mes de mayo, así como las frecuentes negativas de los médicos de hospitales públicos a practicar abortos de acuerdo a lo establecido por la ley (en el año 2014 una mujer falleció por esa causa en la provincia de Izmir, en la zona occidental del país), sin ninguna reacción de parte de las autoridades sanitarias o las restricciones al expendió de bebidas alcohólicas, para no hablar de la política permisiva hacia el femicidio y la violencia contra las minorías sexuales, muestran una tendencia alarmante.

También coincide con una suerte de acuerdo tácito entre Turquía y la UE para reencaminar el proceso de ingreso del país en la misma a cambio de que el gobierno turco acepte contener el flujo de refugiados sirios dentro de su propio territorio y asi evitar su ingreso a países integrantes de la UE. En resumen, se trata de un retroceso no sólo para el movimiento de liberación nacional kurdo, sino para las fuerzas progresistas y de izquierda en Turquía. De todos modos, el cierre de la vía parlamentaria podría reactivar el movimiento de los autogobiernos en el Kurdistán turco ( article10522 ), particularmente en vista de las sospechas de fraude electoral sistemático. De todos modos, el tiempo dirá si la victoria del proyecto islamista-neoliberal del AKP, que parecía agotado, tiene una duración significativa o es simplemente un episodio más en la convulsionada historia política de Turquía.