11/09/2006

«El derrumbe está entre nosotros»

Foto_3_En_El_Airebisbis.jpg«En el aire» es una obra de teatro en la que conviven tres personajes de distintas generaciones en un espacio radial. Un espacio a punto de quedar fuera del éter, disparador que funciona para mostrarnos el accionar interno de diversas conductas humanas puestas a confrontar más que a reflexionar. ANRed decidió reunir a sus responsables: el autor de la pieza, Bernardo Carey, y sus intérpretes, Paula Canals, Lucas Ferraro y Humberto Serrano, quienes se prestaron a una charla en donde ninguno quiso quedarse sin aire.


Durante más de una hora el espectador podrá presenciar la realización de un programa de radio FM barrial en donde sus tres participantes pondrán en juego mucho más que una simple tarea rutinaria. El sonido del tango, de las milongas y el recitado de poesías serán atravesados por la sombra de la traición. Es la última salida al aire del ciclo y en ella, sus personajes -el conductor, la locutora y el operador- se dejaran arrastrar por sus sentimientos más íntimos. Unidos por un vínculo amoroso que corre y muta entre ellos pero, al mismo tiempo, separados por un final anunciado que los obliga a tomar una elección aunque esta sea en desmedro del otro.

«Quise que el mundo de esa radio fuera un espacio a tomar, un campo de acción, no de pensamiento. Un campo de acción en donde cada uno de estos personajes trata de accionar con sus objetivos propios, que es la única manera de perdurar vivo», dice Bernardo Carey, autor de la obra teatral «En el aire», y el primero en hablar, pero no el único, dado que los intérpretes de la historia también se irán sumando al encuentro.

Ya no como ese triángulo que en escena se empecina permanentemente en dejar a un tercero afuera hasta convertirlo en testigo y, a su vez, cómplice necesario para poder validar su propia existencia, sino como actores, personas, que tratan de desmenuzar el comportamiento de sus criaturas insertas en ámbito reducido, pero que puede leerse como un pequeño muestrario de la vida cotidiana y existente.

«Es una metáfora sobre la sociedad en la que estamos, donde los valores no son vigentes y lo que está por venir no se sabe lo que es. No hay una propuesta clara y el derrumbe está entre nosotros. Estamos verdaderamente en el aire», sostiene la actriz Paula Canals ni bien se incorpora a la charla.

 ANRed: Bernardo, ¿cómo surge la idea, el disparador que finalmente desemboca en la obra?

 Bernardo Carey: Surge a partir de otra obra mía que se llamaba «La transa» y que era muy trágica. Era una fábula en donde unos viejos les cortaban la lengua a un grupo de jóvenes para apropiarse de su discurso. Les dejaban su música, sus letras, sus expresiones a estos viejos que los mataban para apoderarse del lenguaje de estos chicos. Era una manera de transferir el conocimiento de una manera brutal y sádica. Entonces, surgió la idea de hacer la antitesis de eso, cuando la trasmisión de conocimiento no significa tragedia ni la muerte del emisor. Y buscando esa antitesis encontré que había una manera de transmitir el conocimiento sin que ello implicara el sacrificio y es cuando ese conocimiento no es impuesto. Sino que se lleva tangencialmente y es tomado por aquel que quiera continuar el discurso, pero desde otro ángulo, de una manera sorpresiva y que uno no pensaba hacerlo.

 ANRed: ¿Y por dónde pasa concretamente el discurso en esta historia?

 B.C: En esta obra el discurso del personaje mayor es un discurso tanguero que va en una dirección y, sin embargo, ese no es el discurso que recoge la nueva generación.

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 ANRed: ¿Qué lugar les parece que ocupa la traición dentro de ese contexto?

 B. C: La traición si bien en sí misma y desde un punto de vista ético puede considerarse desdeñable, también podemos decir que da sus frutos. En este caso en particular no aparece cargada con todo su peso moral, sino aparece más bien como una alternativa, como un camino que se sigue, quizá muy a pesar de sus personajes. La traición asume algo del otro porque no queda más remedio, aunque cada uno busque su objetivo siempre está tomando algo del otro, siempre está engañando.

 Paula Canals: La traición está por todos lados. Lo único que creo es que cada cual trata de no traicionarse a sí mismo. Ser fiel a sí mismo y como consecuencia de eso termina traicionado el otro o siendo traicionado. Porque hay un montón de traiciones. Cada cual en esa hora de programa, de ese día, viene a jugarse algo. Juega su destino.

 Lucas Ferraro: Hay una mirada piadosa de esa traición. Entendiendo que todos tenemos esos dos costado en todo momento.

 Humberto Serrano: A mí me parece que más que traición cada personaje hace lo que puede. La vida se empuja o fluye. Mi personaje, «Rodolfo Carrera», entra empujando porque presiente que está siendo empujado.

 ANRed: Me interesaría profundizar en esa tríada que conforman los personajes y en donde permanentemente dejan a un otro afuera.

 B.C: Es que siempre queda uno afuera y yo no estoy tan seguro que esa complicidad de pareja que se crea sea para siempre, sino que es totalmente fáctica y puesta a desaparecer en cualquier momento.

 L.F: Al principio parecía ser que solamente se necesitan de a dos. Pero luego, al ser un espacio cerrado, de todos los días, se empieza a dar una cosa de necesidad de todos. Mi personaje, con el de Carrera, que es el viejo, comienza primero como una especie de competencia que luego termina desarrollándose como una necesidad.

 H.S: El triángulo es una figura interesante. Por ejemplo, los misioneros, los jesuitas, eran mandados en triángulos para que no haya homosexualidad, para que hubiese un testigo. Y acá, en esta obra, permanentemente hay un testigo, siempre hay dos accionantes y un testigo. Incluso, en mi caso, cuando mi personaje le toca ser testigo revive cosas que del pasado y las revive en esta pareja de la cual no está formando parte en ese momento. Y tiene reacciones similares a las que tuvo hace cincuenta años. De hecho es como que lo shoquea y no puede intervenir.

 ANRed: Paula, en el caso de tu personaje podemos ver como este se queda finalmente con el programa pero en soledad, ¿qué lectura podés hacer al respecto?

 P.C: Mi personaje quiere ocupar su lugar. Es matar o morir. Y si no lo hace, se muere. Y el precio de eso es quedarse sola. Creo que si no se quedara sola no lo podría hacer. Y las grandes preguntas que yo me hacía, eran: «¿cuál es el programa que ella quiere», «¿qué es lo que quiere comunicar?», «¿ por qué quiere tener su espacio?» Y lo que está buscando es la voz del otro. Y eso es tremendo, porque ni siquiera ella va a decir: «yo les quiero decir esto».

 ANRed: ¿En algún momento tienen la sensación de estar haciendo radio?

 L.F: Yo desde mi rol sí, porque permanentemente me ocupo desde lo técnico que todo salga prolijo. Soy más el operador que el actor.

 P.C: Sí, es que jugando teatralmente ese aire pasa a ser ese público que te está viendo. Además de escucharte, pasan a ser parte de la historia.

 H.S: Eso es permanente, aparte cuando usamos los micrófonos sale la voz al azar, se crea un ambiente de radio con talkback, con una imagen más teatral que radial pero quedando un clima de radio.

 ANRed: Al estar la radio tan presente en la obra, en donde permanentemente se utiliza la palabra, la metáfora, los silencios, ¿qué reflexión podrían hacer del uso del lenguaje que está utiliza en la actualidad?

 B.C: La radio ha pegado un salto estético impresionante, ha conseguido decires, hablares, darle sentido a algo que en mi época estaba muy adocenado. La radio actual ha revindicado el lenguaje, sea político, sea periodístico, sea de reflexión; pero todos de una riqueza absoluta, de una riqueza que quizás no tengan otros géneros, como el teatro, la televisión o el cine, que están más pegados a su técnica. Es como que la radio ha despegado de su técnica y ofrece una multiplicidad de direcciones artísticas. Además, la radio tiene la capacidad de dirigirse tanto al mundo globalizado como al barrio. Yo escucho las FM de mi barrio y realmente son pequeñas comunidades que funcionan por sí mismas y que tienen un lenguaje barrial, expresivo, cotidiano y cercano.

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 ANRed: ¿Cuándo leyeron la obra tuvieron la posibilidad en algún momento de hacer una lectura pero por fuera de lo que allí sucede y poder equiparlo con el exterior?

 P.C: A mí lo que me resultó atractivo, tal vez por ser mujer nada más, era que no significara solamente un pasaje de generaciones obvias que han sido así y seguirán siéndolo, del tango y los milongueros viejos al del rock y de todo ese juego en el que el tango es reemplazado, sino que el lugar lo ocupe una mujer y que quede en manos de lo femenino. Y no de una, sino de dos.

Todavía ese estudio de radio sigue funcionando. Todavía ellos, sus participantes, se encuentran dentro, soñando, confabulando, amando, chocando en la búsqueda de objetivos compartidos y tratando de salir indemnes del derrumbe. Ese derrumbe que ya los alcanzó hace rato y que los mantiene en el aire.

Ese aire que permite que aún estemos a tiempo de verlos y de escucharlos antes de que sean definitivamente reemplazados o puestos a reciclarse en un otro, pero nunca dejarlos inmóviles.

Mariano Minasso


Funciones: viernes a las 21hs, sábados a las 20hs.

En el Teatro del Pueblo, Av. Roque S. Peña 943, Ciudad de Bs. As.

Entradas: $15

Ficha Técnica:

 Autor: Bernardo Carey

 Intérpretes: Paula Canals, Lucas Ferraro, Humberto Serrano y la voz de Juan Manuel Tenuta

 Dirección: Manuel Iedvabni



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