10/10/2015

La Marcha de las Putas: cómo educar desde el respeto

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Desde 2011 existe en nuestro país «La Marcha de las Putas «, un movimiento que visibiliza la cultura de la violación, educa en el respeto y contiene a víctimas de violencia sexual. Cuando en enero de 2011, durante un seminario organizado por la Universidad de York sobre Seguridad civil, el policía Michel Sanguinetti dijo que las mujeres deberían dejar de vestirse como putas para evitar ser violadas probablemente no imaginó que sus palabras generarían que 3 mil personas recorrieran las calles de Toronto en protesta a la justificación que había hecho sobre violencia sexual ni que eso daría nacimiento a la Slut Walk (Marcha de las Putas) ni que esta se replicaría en ciudades de todo el mundo. Una de ellas, Buenos Aires. Por María del Carmen González, para ANRed / Imágenes: Natasha Urman (La Marcha de las Putas).


La Marcha de las Putas cuenta con colaboradores, no con militantes. No se exige ni obliga a una participación permanente y excluyente para con la organización, simplemente se busca un compromiso voluntario y coparticipativo en los proyectos de ella.

Aunque no cuenta con un lugar físico para sus actividades, los quince coordinadores y alrededor de 50 colaboradores activos brindan ayuda a víctimas de abuso sexual a través del seguimiento de cada caso, un asesoramiento psicológico y/o legal, una derivación a otras organizaciones, si corresponde, y reuniones de un grupo exclusivo para sobrevivientes donde lo fundamental es la contención emocional mutua. A la víctimas se las escucha, aconseja, apoya en sus decisiones, pero sobretodo se la da un espacio donde visibilizar su historia y comenzar a sanar.

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Enmarcada en la lucha contra la violencia sexual, el acoso y la revictimización de quienes sufrieron estas situaciones, la marcha resalta dos puntos fundamentales para la educación y el respeto como son el consentimiento y la no generalización de los abusadores en las categorías de «enfermos » o psicópatas”, ya que esto desvía la mirada de que en gran parte de los casos el victimario es una persona «sana” que hace uso del poder y manipulación que puede ejercer sobre su víctima, ya sea por tener un vínculo cercano y por verla como un objeto de su propiedad. Este pensamiento está tan naturalizado en la sociedad y en sus instituciones que se culpabiliza y descree las denuncias por violación dentro de una pareja o de quien ejerce la prostitución ya que culturalmente se considera al sexo como una obligación que debe cumplirse incluso a través de la fuerza y sin tener en cuanta cualquier reparo que pudiera tener alguna de las partes.

Posterior a la movilización del #NiUnaMenos, la lucha continúa contra la cultura de la violación llevó a La Marcha a armar un panel donde se concluyó que si bien se visibilizó y puso en agenda la violencia de género aún sigue arraigada socialmente. Un ejemplo claro de esto es que desde junio hasta la fecha ha habido más de 50 femicidios.

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En el próximo Encuentro Nacional de Mujeres, a realizarse el 10, 11 y 12 de Octubre en la ciudad de Mar del Plata, y primero en el que participará La Marcha como movimiento, se llevará como consigna el sumar el debate y su perspectiva de trabajo sobre las falencias que existen socialmente a la hora de tratar los casos de violencia sexual. Además, el 28 de Octubre en Plaza de Mayo se realizará el cuarto Festival de la Marcha de las Putas Bs. As. y que este año tiene como foco la complicidad por acción u omisión que puede darse por parte del entorno de las víctimas.

Un espacio de y para sobrevivientes

En 2012 a la par de la organización dos de sus entonces coordinadoras y sobrevivientes de abusos sexuales, decidieron construir «Jardines desde la mierda”, un espacio en principio virtual pero que con el tiempo ha devenido en reuniones presenciales cada quince días, donde los sobrevivientes charlan, hacen psicodrama, juegos, visualizaciones pero fundamentalmente se acompañan entre sí. Las fundadoras ya no pertenecen al equipo de coordinación pero mantienen el compromiso con la Marcha de ayudar a toda víctima que le es derivada desde ella. Su nombre proviene de esta nota que escribió una de sus creadoras, Débora Jael, que reproducimos íntegra:

«Sobre construir jardines desde la mierda»¦

Desde que hice público el abuso que sufrí en mi infancia (al poder contarlo en mi casa luego de casi 12 años, a mi familia, y luego desde mi facebook personal), varias mujeres y varones me contaron que vivieron situaciones similares (desde abusos hasta violaciones) y que, o bien todavía no pueden contarlo, o bien todavía no pueden superarlo. Incluso a mi mamá, a raíz de ésto, le empezaron a contar algunas de sus amigas que también habían sido abusadas»¦

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Mujeres con edades que van de los 20 a los 65 años, aproximadamente.
Tres varones de entre 18 y 30, abusados por hombres y uno de ellos, por una mujer.
Casos de abusos por desconocidos, o familiares muy cercanos. Periódicos, o tan sólo de una vez en la vida.

A toda la comunidad le digo: ¿Te preguntaste alguna vez cuántas mujeres estarán guardando el secreto de que fueron abusadas?

A ell@s les digo: Todo pasa. Todo se puede sanar. La verdad nos hace libres, y eso es una de las cosas que aprendí en éste tiempo. Nos dicen que éstas cosas «no se cuentan” que tienen que «quedar en el ámbito privado”.

Yo les digo: Al carajo con la privacidad. Nos convierte en tumbas. Esos secretos se hunden en lo profundo de nuestro cuerpo y se empiezan a pudrir, hasta que enfermamos.

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En el momento en que empiezan a contarlo, deja de doler tanto. Y cada vez que lo compartimos, se hace más y más pequeño. Por eso lo publico desde facebook. Me preguntaron (y me criticaron) que lo hiciera público. Me dijeron que estaba «queriendo llamar la atención”. Si, claro que estoy queriendo llamar la atención. Estoy queriendo hacer público algo de lo que no se habla; algo que se tiene que mantener en las sombras; algo que si se mantiene oculto, daña muchísimo más que si se grita a los cuatro vientos.

Claro que quiero que todos lo sepan. Pero no para que tengan lástima, oh no. Yo no me tengo lástima, yo no me victimizo, y no pretendo que vengan a decirme «oh, qué horrible lo que te pasó”. Lo que quiero es invitarlos a que ésto DEJE DE PASAR. Y para eso SE TIENE QUE SABER.

Que de 10 mujeres 6 fuimos abusadas, y que nos sucede de niñas, de adolescentes, de adultas, por desconocidos o por nuestras propias parejas, familiares, amistades, entre otros»¦ Que nos marca, sí, pero no nos destroza, no nos «˜rompe para siempre»™ como se afirma muchas veces. Al contrario. Sostengo firmemente que se puede superar, se puede sanar, y una vez lo logramos, nos convierte en guerreras. O guerreros .

Los que no pueden entenderlo, allá ustedes.

Y para los que lo entienden, les agradezco, porque junto a ustedes es que estamos creando un mundo mejor, una sociedad que respeta, que no esconde la mierda, que la hace pública para que entre todos podamos hacer un jardín con todo ese abono«¦

Cada uno con sus tiempos, pero mi consejo es que se liberen de éstas cargas. La culpa no debe pesar sobre nosotros sino sobre ellos; al igual que la vergüenza.
Libérense, respétense, ámense, disfrútense»¦ y conviden estos sentimientos a todos los que conozcan. Es la única manera de iniciar el cambio, y generar una sociedad con más respeto y menos violencia.”

Tal como todo aquel que hace abuso de su poder, Michell Sanguinetti nunca se imaginó que estaba dando la mierda suficiente para que miles de personas empezaran a construir bellos jardines llenos de amor, fortaleza y contención.



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