31/08/2006

«En Venezuela el Gobierno avanza y confronta al capital o la situación se congela y se pudre»

Gonzalo Gómez es fundador y miembro de Aporrea, uno de los medios alternativos más consultados de Venezuela. En su visita a Buenos Aires brindó múltiples charlas y participó de un taller con los integrantes de la Red de Medios Alternativos de Argentina. En esta entrevista, realizada conjuntamente por Prensa de Frente y ANRed, cuenta sobre el Gobierno de Chávez, la batalla diaria contra los medios golpistas y la construcción de las organizaciones populares de una nueva sociedad.


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– ¿Cuál es la relación con los movimientos sociales y como se construye esa relación?

 Inicialmente los que empezamos con la página comenzamos a colocar algunos materiales que tenían relación con las actividades de las organizaciones sociales, populares. Explorábamos en la red y reproducíamos algunas cosas interesantes. Posteriormente comenzó a ocurrir que otras organizaciones y grupos mostraban interés en que se publicasen sus materiales, sus declaraciones. También se fue dando el hecho de que había gente que empezaban a narrar lo que sucedía en la calle y lo enviaban de inmediato. Por ejemplo en las manifestaciones, en los momentos de confrontación, escribían lo que había pasado en la calle o hacían algún llamado o convocatoria y lo enviaban. Entonces estábamos pendientes de poderlo publicar enseguida. Desde el primer momento las características de publicación de Aporrea nos permitían colocar la información segundo a segundo. Después comenzamos a preocuparnos por ir al encuentro de las luchas y de los sucesos y elaborar reportajes propios. Como estábamos vinculados a las organizaciones sociales la actividad natural era en el movimiento popular, en asambleas en los barrios, en reuniones de grupos y tambien muy ligado al movimientos sindical. Nuestro trabajo más reciente es ir convenciendo a las organizaciones de que tienen que tomar en sus propias manos el tema comunicacional y ya no ser nosotros los intermediarios que vamos a cubrir sus eventos, porque no damos abasto ni tenemos los recursos para trasladarnos. Entonces al principio lo hacemos, los orientamos, los acompañamos mientras van armando su propio equipo de comunicación. No hemos avanzado mucho en eso, pero por ejemplo ya la UNT (la Unión Nacional de Trabajadores), la corriente sindical clasista, revolucionaria, autónoma tiene algunos miembros integrantes que son dirigentes sindicales y que tienen acceso al publicador de Aporrea. También estamos haciendo este proceso con el Frente Campesino Ezequiel Zamora que ya han empezado a enviar sus materiales y nosotros lo que vemos es cómo darle la forma final.

– En relación al gobierno ¿Cuál es el criterio de publicación, cómo definen qué publican y qué no publican?

 En primer lugar, nosotros estamos en defensa del proceso revolucionario venezolano, contra el imperialismo, contra la conspiración golpista, contra la oligarquía y todas sus presiones y defendemos al gobierno de Chávez frente a las amenazas que proceden de estos enemigos. Entendemos que el gobierno en estos momentos representa la preservación de un marco democrático, de una escenario propicio para la organización del movimiento popular y de su desenvolvimiento y representa también las conquistas sociales que tratamos de ampliar y superar en sus limitaciones. Entonces, si llega un material a Aporrea que es abiertamente frontal al gobierno del presidente Chávez desde el ángulo de la derecha, eso en Aporrea no tiene cabida. Nosotros no somos neutrales, tenemos una orientación definida y no somos un espacio para las expresiones políticas de la derecha, para eso que usen sus medios que son los predominantes. Nosotros no creemos en la igualdad en el sentido que «un poco para ellos y un poco para nosotros», no. Nosotros queremos todo para el pueblo. Por consiguiente no publicamos lo de la derecha pero queremos espacio en los medios privados del capital porque creemos que deben ser del pueblo, así que lo queremos todo. Si vienen materiales que son críticos hacia el gobierno de Chávez pero en el marco de la polémica sobre la orientación del proceso revolucionario de Venezuela, eso lo publicamos. Solamente tratamos de equilibrar el tono del debate: que no aparezcan improperios, que no sea un lenguaje intolerable, que permita la discusión. Se puede hacer un reclamo tajante, en Aporrea hay mucho de eso y hay irreverencias. Pero también hay un diálogo con un pueblo que tiene una manera de sentir y de ver las cosas. Entonces no vamos a servir de trampolín para los que despotrican y hacen sentir que el espacio pueda ser un espacio de la contrarrevolución, no vamos a dar lugar a eso. Está claro que es un espacio a favor de la revolución. Ya sea con gente que está muy, muy de acuerdo e identifica esta revolución con el presidente Chávez o gente que considera que el proceso de la revolución es una cosa y el gobierno del presidente Chávez es un elemento dentro de ese proceso y que puede tensar a las políticas de gobierno o que pueda plantear que hay que ir más allá.

– ¿Cómo son los ámbitos de discusión hacia el interior de Aporrea?

 Lo que prima en la página más bien es un equilibrio, como una combinación de cal y otra de arena, «yo jalo para alli y tu para allá, yo pongo las cosas más duras, tu las pones más blandas», entonces nos respetamos el estilo y la manera y eso va andando y no perdemos tiempo en confrontaciones, siempre y cuando eso sea compatible. Y eso nos ha permitido avanzar, aún habiendo diferencias que se desarrollaron a lo largo del tiempo, quienes fundamos Aporrea somos militantes trotskistas y luego hay otras personas que son chavistas, bolivarianos e independientes. Así, la página no es una falda de grillos donde nos estamos peleando por el control, sino que todos entendemos que tenemos que preservar un espacio muy amplio donde tenemos la posibilidad de tener presencia pero que si destrozamos ese espacio pues entonces, la presencia de cada uno será como una identidad sumamente clara pero muy restringida.

– Desde ANRed y Prensa De Frente entendemos que un medio alternativo es una herramienta que está al servicio de las organizaciones sociales y al mismo tiempo una herramienta de construcción de poder popular, ¿Cómo lo ven en Aporrea?

 Bueno, comparto plenamente, creo que un medio alternativo si no está completamente compenetrado con las organizaciones populares al alcance de ellas, si no es un instrumento de lucha pues se va a convertir en algo que aunque no sea un medio comercial pues va a ser la autosatisfacción por el mero ejercicio de la actividad comunicación, como una forma de pasar el tiempo. Creo que tiene que cumplir un rol educativo, formativo y de concientización de las organizaciones sociales y políticas.

– Cómo se originó la Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos (ANMCLA)?

 En 2002 había muy pocas emisoras haciendo un trabajo al calor de la revolución venezolana y se fueron construyendo redes regionales y después se estableció una coordinación nacional. ANMCLA lleva 5 congresos. Hoy a la gente se le da una asesoría y apoyo técnico para ir avanzando en mayores formas de autogestión. Así, en el transcurso de tres años pasó de ser un puñado de medios a englobar casi 300 emisoras radiales y otros medios en todo el país. Ahora se viene trabajando en una plataforma tecnológica, en la parte de escuela de formación de comunicadores populares, en una agencia de noticias alternativa, una cooperativa de imprenta y papel, de mantenimiento y otra de construcción de transmisores y antenas. Todavía se están haciendo muy pocas cosas pero la proyección va hacia eso. Con ANMCLA, con los colectivos de otros medios de comunicación también venimos trabajando para ver cómo articulamos nuestros medios. Por ejemplo, en Aporrea para que puedan tener acceso al publicador y servir de conducto de enlace con lo que puedan producir en otros medios. Hay quienes producen noticieros, micros radiales y tienen programas interesantes. No hemos avanzado todo lo que hubiéramos querido, pero ya comienzan a aparecer algunos micros, algunos programas nos mandan algún material. Así, si hacen algún reportaje para una radio puede subirse a Aporrea y a la vez que te identifica con esa radio, ellos aumentan su alcance, y otros pueden tomarlo y reproducirlo y esa es la idea que tenemos. Entonces así Aporrea pasa de ser un medio de información a convertirse en una agencia de noticias y en un redistribuidor de noticias. Tanto porque elaboramos o porque recogemos lo que elaboran las organizaciones sociales, o porque redistribuimos lo que los medios alternativos crean. Y ellos a su vez se nutren de nosotros, entonces allí hay una retroalimentación.

– ¿Cómo ves vos el proceso bolivariano y en qué momento está ese proceso?

 En este momento nosotros estamos en una etapa en la cual el presidente Chávez viene de plantear un rumbo socialista, hacia algo que le llaman el Socialismo del Siglo XXI, que no está claramente definido, que ha sembrado una inquietud en la gente y que la ha puesto a discutir el tema del socialismo, donde aparecen muchos enfoques que a mi juicio distorsionan el concepto del socialismo en su esencia. Pero lo más importante no es el mensaje distorsionado, lo más importante es la discusión, el debate y la idea general que comienza a desarrollarse en la conciencia política de la gente. El gobierno está lanzando allí una propuesta y nosotros entramos en ese debate que creemos que no es solamente un debate en el plano teórico, intelectual, o a través de los medios de comunicación, es un problema de las luchas permanentes, de la lucha de clases cotidiana, donde la gente trata de ganar espacio y trata de afincar conquistas o trata de ir mas allá en el control de los asuntos del Estado y del país y se tropieza con una realidad y ahí el gobierno tiene que tomar medidas: o avanza y confronta al capital o se aguanta y la situación se congela y se pudre; o retrocede y entonces pierde por completo su mensaje y su perfil. Yo pienso que hay muchas cosas que objetivamente la gente está haciendo en Venezuela que apunta hacia un planteamiento socialista: cuando los trabajadores asumen el reto de la cogestión y empiezan a plantearse controlar todos los aspectos de la producción y de la administración de la empresa y hacen asambleas para elegir gerentes y van más allá. Entonces, prácticamente, rebasan el marco de la administración de la empresa conjuntamente con el estado porque apuntan a tomarlo todo en sus manos. Ahí hay resistencias de la burocracia y de los funcionarios. Entonces esto plantea el debate también de cómo se concibe la participación de los trabajadores y el pueblo: si vamos a estar siempre recortados, o en segundo plano y hay unos que saben más que nosotros, que tiene mas capacidad que nosotros y que son los que tienen que tomar las decisiones o si vamos a estar nosotros mismos vinculados en la toma de esas decisiones. En esta pelea estamos con el desarrollo de la lucha tratando de llevarlo lo más lejos posible y hacia la posibilidad de una verdadera transformación socialista.

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– ¿Cómo sigue la relación con Estados Unidos y con el imperialismo?

 En estos momentos hay un roce bastante áspero con el imperialismo y esos roces se están dando frente a los intentos de injerencia del imperialismo en los asuntos internos del país, en la defensa de la soberanía como también en el terreno de la política internacional con la oposición que ha tenido el gobierno de Venezuela frente al ALCA, por la posición que ha tenido contra la guerra, en Irán, el tema de Palestina, Líbano, la salida del embajador venezolano del Líbano, la oposición del gobierno a permitir bases militares o a permitir sobre- vuelos de naves norteamericanas. Pero hay contradicciones, porque por otro lado, en la industria petrolera hay empresas mixtas con las trasnacionales y que han sido avaladas por este gobierno, se han otorgado concesiones para la explotación gasífera, incluso en condiciones más desfavorables a las que provocaron las protestas y las grandes convulsiones en Bolivia. Entonces hay choques, confrontación con el imperialismo pero hay aspectos en los cuales seguimos dependientes, sometidos. Y esto te plantea la discusión por qué no se le pregunta a los trabajadores petroleros, al pueblo, cuál es la política petrolera, por qué hay que dar esas concesiones, qué otras alternativas hay, si hay otras formas de concebir tecnología.

– ¿Qué lectura hacen de la política de Chávez hacia América Latina, teniendo en cuenta su relación con organizaciones afines a gobiernos con proyectos distintos que el bolivariano, que mantienen las mismas políticas económicas, como el caso en Argentina de Barrios de Pie?

 Voy a empezar explicando cuál creo yo que es la vía para la integración. Nuestra integración debe ser hecha por los pueblos para que se dé en un marco de no explotación, no capitalista. Pero no por eso vamos a desconocer que se han creado correlaciones de fuerzas frente al imperialismo. Hoy hay unas desavenencias entre las gobiernos en Latinoamérica con el imperialismo, en donde no se hace lo que se les dice a rajatabla. A mí me parece que es bueno que en vez de ir al ALCA, Venezuela se sume al MERCOSUR, no porque crea que es la solución para el pueblo en América Latina, pero el hecho de que exista esta opción frente a lo que el imperialismo quería da un escenario que en la correlación de fuerzas es más favorable. Eso no implica que todo sea igual, no es lo mismo la unidad de Cuba, Venezuela y Bolivia que la unidad de Venezuela, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Yo diría entonces que reconozcamos el terreno que se gana y peleemos por el terreno que nos falta por ganar.

– La economía de Venezuela siempre se sostuvo en las divisas que genera la venta de petróleo. ¿Con el gobierno de Chávez se logró el crecimiento de la producción industrial o se mantiene la dependencia petrolera?

 Se sigue dependiendo del petróleo y hay un gran margen en participación de negocios del sector privado. Lo que hoy está habiendo es inversión social y en infraestructura y los precios altos del petróleo además le permiten a Chávez tener cierta ascendencia. Antes Kirchner no estaba tan arrimadito a Chávez, el espacio que ganó está asociado a los petrodólares, a las inversiones que se pueden financiar en estos países. Eso lleva a que políticamente Kirchner tolere, se acerque a la figura y la cobertura social porque Chávez tiene simpatía entre las masas y le da un baño de izquierda más popular a Kirchner.

– ¿Cuál es la situación actual de PDVSA ?

 PDVSA (Petróleos de Venezuela Sociedad Anónima)es un ejemplo de las características de la política gubernamental, por un lado hay algunas propuestas progresivas, de avanzada o de choque con el imperialismo, pero por el otro lado un equilibrio con las fuerzas del capital y una vulnerabilidad muy grande. Cuando se produjo el golpe del 11 de abril los gerentes de la industria petrolera estaban entre los principales conductores del golpe de Estado. Cuando el presidente reaparece el 13 de abril después de haber despedidos esos gerentes y estando claro que eran los golpistas, Chávez los volvió a incorporar supuestamente en un gesto para que no se agudizaran las confrontaciones. Después del golpe, a pesar de haber triunfado nosotros, les volvió a entregar la industria. Así vienen después los sabotajes petroleros. De hecho ninguno de ellos tuvo que responder con su patrimonio por los daños causados, que se perdieron 20 mil millones de dólares. Nosotros con eso tendríamos motivo suficiente para la expropiación de determinados sectores, hubo una impunidad, hay una concepción de conciliación que genera un contraste.

– ¿Qué poder tienen las fuerzas o sectores que hay dentro del gobierno de Chávez que contrarresten el proceso venezolano?

 Tienen mucho poder. Lo tienen como transferencia de poder y de la influencia del presidente Chávez sobre el conjunto del pueblo ellos aparecen como intermediarios. No es una fuerza propia pero están construyendo una fuerza estructural y yo no descartaría que en un momento determinado pudieran ser parte de un intento desestabilizador. Triunfamos el 13 de abril y la consecuencia no es que se coloca en la industria petrolera a quienes pueden garantizar la política correcta sino a los golpistas. Eso es una paradoja total. Derrotamos el paro, el sabotaje petrolero, hubo control obrero, se formaron comités guías, equipos de vigilancia de las comunidades, pero después la burocracia lo empieza a tomar y van despidiendo gente. No quieren que los trabajadores participen en la toma de las decisiones. Cuando pasa el temporal la burocracia se asienta y se consolida. Hay sectores de gobierno que tienen un barniz y utilizan un lenguaje que ni siquiera acompañan el proyecto de Chávez y que pueden salir sectores de derecha nuevamente. Es un gobierno que se tendrá que definir: o sigue medias tintas y en algún momento no podrá cumplir con las expectativas o se descompone, o lo tumban. La otra alternativa es que Chávez siga avanzando y se radicalice pero eso solo lo podrá hacer al lado de los trabajadores, las organizaciones sociales, enfrentando al capital y así llegaríamos a otro tipo de gobierno. Si no, el pueblo podría llegar a rebasarlo históricamente y agotarse el proyecto de Chávez en unos años. Ahora viene la prueba de fuego, vamos a la reelección de presidente y tiene otros seis años de oportunidad para ir avanzando en la solución de los problemas e ir definiendo ese rumbo socialista que ha dicho. Si no va claramente hacia una perspectiva socialista donde el peso del pueblo en la toma de decisiones democráticamente se va a ampliando, y cambia la naturaleza de este gobierno y lo vuelven otra cosa, bueno se va a volver un fuego fatuo, se va a ir desnaturalizando y va a perder la confianza en la gente. Ese es el reto que tiene Venezuela.

– ¿Cómo está la situación económica de los sectores populares?

 Creo que ha mejorado a pesar de contradicciones en estadísticas. No puedes trabajar con indicadores que solo tomen ingreso monetario. Hay que tener en cuenta condiciones en la calidad de vida, los mejores accesos a la educación, la erradicación del analfabetismo, la salud. Se ha tendido a una mayor redistribución de la riqueza pero no se termina de resolver los problemas fundamentales y los trabajadores tienen salarios que no les alcanza para vivir, no se resuelve al nivel que se necesita el problema de la vivienda y hay precarizacion del trabajo. Hay algunos avances pero no llegaron tan lejos como para cumplir las expectativas.

Ver también:

www.aporrea.org

www.prensadefrente.org



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