27/08/2006

Diego Aruquipa, costurero boliviano, murió este viernes en el Muñiz. La UTC escrachó al taller esclavista donde enfermó de tuberculosis.

1_ventana_39.jpg
El costurero Diego Aruquipa murió de tuberculosis y neumonía sin recibir atención médica por parte de su «empleador». Este sábado 26 de agosto cerca de 100 personas escracharon el taller esclavista ubicado en Chivilcoy 630, ciudad de Buenos Aires. Denunciaron una nueva muerte producida por el trabajo esclavo. Desde la única ventana que permite la entrada de luz al «taller-vivienda», de 20 por 30 centímetros, se asoma un niño de nacionalidad boliviana a pesar de esa faja de clausura que el policía señala orgulloso. [Por Repique]


2_poli_18.jpg
La faja de clausura, panacea gubernamental, no sirve. Para la Unión de Trabajadores Costureros «hay que condenar a los explotadores de mano de obra esclava, decomisarle las máquinas y entregárselas a los/las trabajadores/as costureros/as reunidos en
Cooperativa». El escrache de la UTC se hizo bajo las consignas: «Otra víctima del trabajo esclavo. Justicia para Diego Aruquipa».
4_puerta_25.jpg
La muerte de Diego

En la tarde del viernes 25 en el Hospital Muñiz falleció el costurero Diego Aruquipa, con sólo 19 años de edad, luego de agonizar una semana en terapia intensiva con un cuadro agravado de neumonía y tuberculosis que había contraído en el taller esclavista donde fue sometido.
3_escrache_11.jpg
Como lo viene denunciando la UTC y La Alameda, las afecciones pulmonares son el principal flagelo que sufren los costureros que son esclavizados en los talleres clandestinos donde aspiran permanentemente polvillo, trabajan en condiciones inhumanas y tienen una pésima alimentación.
6_carteles_22.jpg
Diego vino desde Bolivia en marzo de 2005 con falsas promesas para luego ser encerrado en el taller esclavo de la calle Chivilcoy 630 que regentean los talleristas Omar Serrano Guzman y su esposa Teresa Alcoser.

Dicho taller confecciona para la fábrica «Toda», ubicada en Cuenca y Bogotá.
Ambos, talleristas y fabricantes, son penalmente responsables de la muerte
de este joven trabajador. No sólo porque no le brindaron condiciones adecuadas de
trabajo, sino además porque lo echaron como a un perro a la calle cuando la
infección pulmonar ya no le permitía trabajar. No le pagaron parte de su
miserable sueldo, ni siquiera un medicamento y obviamente tampoco se
ocuparon de su situación cuando agonizaba en una cama del Hospital.

En este taller de la calle Chivilcoy, Diego trabajaba todo el día sin ninguna obra
social, jubilación, ni jornada de descanso, ni normas básicas de higiene y
seguridad. Vivía hacinado y cobraba la miseria de $0.50 a $0.70 pesos por
prenda. Fue en esas condiciones donde trabajaba y vivía entre el polvillo de
las telas que contrajo su infección pulmonar que lo llevó a la muerte.

Desde la UTC se preguntan: «¿Cuántos costureros tendrán que morir para que los gobiernos hagan algo? ¿Cuántos Luis Viale sucederán hasta que los funcionarios dejen de hacer la vista gorda para proteger a las grandes marcas que se benefician del trabajo
esclavo y a las mafias que lucran con el tráfico de personas? ¿Cuántas víctimas fatales más tendrá que haber para que se sancione a las marcas responsables, se encarcele a los explotadores y se decomisen las máquinas de estos talleres a fin de que los costureros trabajen en forma cooperativa?»

El gobierno no ofrece ninguna alternativa laboral a las víctimas de estos
talleres. Permite que se muden de un lado a otro y sigan violando toda la
legislación a la vista de todo el mundo.

La Unión de Trabajadores Costureros presentará el lunes una denuncia penal
ante el Juzgado Federal por este caso.

«Exigimos justicia para Diego Aruquipa y cárcel para sus explotadores y asesinos. Mientras esto no ocurra, seguiremos peleando en la calle. SI NO HAY JUSTICIA HAY ESCRACHE», afirma la UNION DE TRABAJADORES COSTUREROS, 4671-4690.

7_faja_47.jpg
8_faja_36.jpg



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba