Cooperativa Gráfica Mom más cerca de recuperar sus herramientas de trabajo
El pasado martes 15 de setiembre, los trabajadores agrupados en la Cooperativa Gráfica Mom obtuvieron el permiso del juez Fernando Durao para poder ingresar al edificio ubicado en el barrio porteño de Pompeya y ver la maquinaria que quedó, tras el vaciamiento efectuado por la patronal. Por Florencia Vissani para ANRed
Desde el momento en el que la justicia colocó la faja de clausura en la ex Lanci Impresores SRL, el magistrado, con el aval del síndico de la quiebra (Estudio Ramil, Macías y Bisignano), permitió al empresario Christian Langenheim ingresar más de veinte veces a la fábrica. Pese a las reiteradas denuncias, el juez y la sindicatura hicieron caso omiso al pedido de intervención efectuado por los trabajadores. Bajo el argumento de «ir a retirar papeles” la fallida ingresó sistemáticamente a Mom 2865, sacando impunemente bienes por más de medio millón de pesos. La manera en la que la justicia mira para otro lado, permitiendo que Langenheim finalice con el vaciamiento de la gráfica y la complicidad con la que la sindicatura trabaja en favor de la patronal, evidencian la existencia de un acuerdo entre el juez, la sindicatura y el empresario; en perjuicio de los trabajadores.
El proceso de vaciamiento de la imprenta Lanci comenzó en 2009, con la paulatina reducción de la masa salarial, de la planta de empleados y el cúmulo de deudas que llevaron a la firma a la quiebra. Desde los comienzos del conflicto hasta hoy la justicia ha ido en perjuicio de los trabajadores, llevado adelante: una causa por usurpación en 2013, un intento y un desalojo efectivo, una restricción perimetral para varios de ellos y el dictamen de la no continuidad laboral en términos de la ley; en desmedro de la cooperativa presidida por Telésforo Gallardo. Mientras, 16 familias acampaban en la puerta de la firma y luchaban por sostener sus fuentes de trabajo.
Este este escenario, nos permitimos volver unos años para atrás para ver que los negociados en Lanci venían desde mucho antes de la convocatoria de acreedores. En 2011, una de las maquinas más caras, fue vendida a una empresa de la cual el gerente también formaba parte. Ante esto, el juzgado y la sindicatura hicieron la vista gorda. Tiempo después, al ver el expediente y tomar intervención en la causa, los trabajadores lo denuncian sin recibir ningún tipo de respuesta. A esto se suman una serie de irregularidades a la hora de la verificación de los créditos de los acreedores. En un primer momento, el juez respondió que a todos les correspondían montos bajos, por considerar que la quiebra fue consecuencia de la retención de tareas dentro del establecimiento. Luego, tras los reclamos por el reconocimiento de los montos reales, el juez reconoce los créditos de un delegado sindical que no formaba parte de la fallida, ni de la planta y de una segunda persona que padecía una enfermedad terminal, por la cual estaba internado antes de la quiebra. Años después, tras el fallecimiento de esta persona, el juez emite una resolución fuera de término, donde da de baja su crédito argumentando que se había incurrido en un error. Resolución que, tal como lo indica la ley, es inapelable.
Si bien la justicia les ha negado sistemáticamente el derecho al trabajo, la Cooperativa representada por el Dr. Pablo Godoy seguirá dando la pelea hasta que el juez reconozca sus créditos por los montos que les corresponden. En la visita del 15 de septiembre los trabajadores de Mom pudieron ver la maquinaria que quedó y que les interesa para la compensación. Esto les permitiría contar con el equipamiento necesario para sostener una línea de producción, en otro espacio físico, para consolidar los ingresos en las 16 familias y para que los trabajadores mantengan su fuente laboral por la que vienen peleando desde 2012.