Dilma y los movimientos sociales, en su etapa más compleja
«El gobierno de Dilma no ha caído porque depende de un pacto político con la derecha”, afirmó el analista internacional Modesto Guerrero, en una entrevista con La Revancha (FM La Tribu), donde analizó el presente político de Brasil. Además, describió la actualidad de los movimientos sociales del país vecino, e indicó que muchos de ellos, como el histórico Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST), ya no responden al Partido de los Trabajadores (PT) o al ex presidente Lula Da Silva, en el marco de una serie de medidas económicas de ajuste. Por Nicolás De la Barrera, para La Revancha
«Hay peligro de fractura en la gobernabilidad brasileña. Si el gobierno no tuviera un pacto político con la derecha, con el PMDB, el gobierno de Dilma habría caído. Paradójicamente hablando, no cae porque la derecha lo sostiene. La pregunta es por qué. Bueno, porque solo sabrían cómo comienza”, dijo Guerrero, en relación a la reacción que pudieran tener los movimientos sociales que, aunque se oponen al ajuste, igualmente rechazarían, según explicó, una eventual maniobra para sacar a la presidenta del poder.
«Los movimientos sociales pueden iniciar una dinámica propia que la derecha y el PT no saben dónde ni cómo va a terminar. Bajo ese temor el PMDB prefiere sostener a Dilma y llevarla poco a poco por los caminos constitucionales, a un impeachment que pueda permitir el control del resultado”, analizó el periodista lo que sería la estrategia de la oposición en Brasil.
Consultado sobre qué situación están viviendo las organizaciones, como el MST o el Movimiento de los Trabajadores sin Techo (MTST), Guerrero expresó que estas son «el punto débil” del gobierno de Dilma como mandataria y de Lula Da Silva como líder. Sostuvo que «no están respondiendo a lo que dice el PT” y que esto se debe a «la política de estado” y a las «relaciones internacionales de Lula”.
Para el analista, las organizaciones sociales se encuentran en una contradicción que quedó en evidencia en las últimas semanas, cuando salieron a las calles a marchar con dos consignas: contra el golpismo de derechas, y contra el paquete de medidas de ajuste de Dilma.
«Esa contradicción no la produjo la derecha, la produce el gobierno. Ese es el lío en los que están metidos los gobiernos progresistas -algunos más, algunos menos-, que han hecho muchas cosas muy buenas y luego empezaron a retroceder, a revertirse”, describió el periodista venezolano.
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