20/08/2015

Desaparecido

domingo-sebastian-arce.jpgDomingo Sebastián Arce es albañil. En diciembre de 2013 su esposa María lo acompañó al Hospital Dr. Óscar Orias en Ledesma, provincia de Jujuy, donde lo internaron con un cuadro de meningitis. A los pocos días desapareció. La versión oficial es que saltó una tapia y se fue, lo cual es imposible porque no estaba en condiciones físicas de hacerlo. Arce tenía 40 años cuando no se supo más de él. A partir de entonces María comenzó una búsqueda incansable superando momentos de desesperación que la llevaron a pensar incluso, como uno de sus dos hijos, en quitarse la vida. Por RNMA


Ni bien sucedieron los hechos María fue a hacer la denuncia a la seccional 24 de la policía de Ledesma. «Me tomaron al otro día una exposición porque no me quisieron tomar la denuncia. Recién a los dos meses me tomaron la denuncia, el 26 de febrero de 2014”, recordó María mientras contaba su historia en un panel del XII Encuentro Nacional de Medios Comunitarios, Alternativos y Populares organizado por la RNMA

La policía asegura haber realizado la búsqueda y el rastrillaje de la zona pero ella afirma que nada de eso sucedió.

Como si su padecer no alcanzara, pesa sobre ella una denuncia por extorsión. Una de las veces que fue al hospital para hablar con su director, el Dr. Roberto Maizel, el médico le dio 10 pesos para que ella pudiese llegar a la Fiscalía y lograr que le tomaran la denuncia. María llegó entonces al lugar pero no encontró a nadie que la recibiera. Por la entrega de ese dinero es que el director del nosocomio la denunció.

Hilda Figueroa, que presenció con suma atención – como parte del Panel Mujer y Lucha en el XII Encuentro – el relato de María, afirmó que el hospital tiene la obligación de denunciar cualquier situación irregular, más aun la desaparición de un paciente. Sin embargo nada hizo.

No es raro pensar que la Justicia, como sucede con demasiada regularidad en diversos casos, juegue a favor de Maizel más aún cuando el ayudante del fiscal, Fernando Lobos, era trabajador administrativo del hospital antes de recibirse de abogado y hoy «es asesor del director”, aseguró Figueroa.

El relato de María

«El 13 de noviembre (2013) él ya se empezó a sentir mal, lo hemos llevado al hospital y no me lo querían internar, hasta que un día viernes le hablo al doctor Bravo que trabaja en el hospital y me pregunta cómo está, le contesto que está mal mi esposo. Me pregunta los síntomas y le cuento que tiene mucho dolor de cabeza, de nuca, que no quiere comer nada, no toma nada. Entonces me pregunta: ¿dónde está? ¿tiene fiebre? No mucha, muy poquito, le contesto. Le cuento que está abajo de la cama porque hacía calor y me dice, «˜llevale ya al hospital, decile que he dicho yo»™»¦él dio la orden, yo no lo quería internar.”

Así comenzó a contarnos lo sucedido durante una entrevista que le hicimos luego de escuchar su relato desgarrador junto a Hilda Figueroa (sobreviviente de unos de los centros clandestinos de detención en Jujuy durante la dictadura) y Mariana Vargas (de la Multisectorial de Mujeres de Jujuy) que la invitaron a sumarse a la mesa del XII Encuentro.

«El es muy bueno”, nos dijo con ternura hablando del médico Bravo que fue casi en el único que encontró algo humanidad ante tanta indiferencia.

¿Fuiste a ver al Dr. Bravo cuándo no encontrabas a tu marido?, le preguntamos.

Si. El llamó al Hospital Pablo Soria y a otros hospitales, el día miércoles (27 de noviembre de 2013). Sebastián se perdió el 26. El 27 y 28 fui y estuve con él (Bravo) hablando. Llamamos a todos los hospitales y nada, incluso han hecho lo que han querido, porque (Bravo) dejó dicho el 23 a la doctora Calderón y a la doctora Barrios que no era necesario que lo haga revisar. Ellos querían hacer la tomografía, traerlo a Jujuy y él (Bravo) dijo que no era necesario y que le hagan una punción, porque le estaba agarrando una recaída de meningitis y no le han hecho caso, ellos igual me trajeron a Jujuy, incluso el (Bravo) dejó dicho que si no podían con el paciente que le hagan la derivación a acá (A San Salvador de Jujuy). Ellos no me hicieron la derivación y aparte tardaron en atender a Sebastián, porque me acuerdo que él estaba muy mal, como dormido, así ha venido y así ha vuelto. Eran como las 7 y media de la tarde, él me hizo seña con su mano que su corazón no daba más y yo buscaba a la doctora para que lo atienda y nada. Le han hecho la punción a las 10 y media de la noche, tengo testigos que salí después de las doce de la noche. A esa hora recién lo han subido arriba a clínica médica a internarlo”.

Domingo Sebastián Arce sigue sin aparecer. María buscó ayuda primero con un abogado, el doctor Salinas. «Ahora realmente quiero otro abogado porque él no hizo nada. Es hijo del juez Salinas de San Pedro y le tuve que pagar y solo logré que llevara el expediente a San Pedro, porque yo no quería que tenga acceso al expediente (Fernando Lobos) porque es amigo del doctor (director del hospital) y va a sacar algún papel de la denuncia («¦) Quiero un abogado que se mueva, por eso vi al doctor Julio Luna que es de la Tupaj (Katari)”

María pudo sobreponerse a pesar del dolor («Anduve muerta en vida. Estuve internada dos veces acá en Jujuy, me han hecho dos veces transfusiones de sangre”). Y en el camino fue encontrando compañeros y compañeras que fueron con ella al hospital donde vio por última vez a su marido cuando lo dejó, luego de asearlo, para irse a juntar unos pesos con su puestito en la feria de Libertador. «La marcha que hemos hecho, que me presenté sola y con la doctora Mercedes que han ido y con Pablo Pimentel (APDH La Matanza), me ha servido de mucho. Fuimos a la Fiscalía con Amalia (mamá de Luz Gómez) también. Dijo que ella iba de nuevo a investigar que iba a llamar a las enfermeras al médico de guardia, dijo cómo puede ser que un paciente se les vaya habiendo tanta seguridad”.

María fue citada a declarar pero la notificación le llegó el mismo día que tenía que presentarse, con casi nada de tiempo para llegar a horario. «Pero yo igual fui el viernes y no me han atendido, me dijeron que me iban a volver a citar de nuevo para tomarme la testimonial del hecho. Yo fui a San Pedro a ver al doctor Luna antes de la marcha. Él me dijo que iba a ver el expediente y averiguó y me dijo que ya lo estaban por cerrar al caso”.

María es una mujer delgada, de baja estatura y de piel morena que no se resigna y que entre la opción de dejarse morir o pelear ante la indiferencia y la impunidad, optó por este último camino. María recurrió a los medios alternativos, comunitarios y populares en el XII Encuentro convocado por la RNMA para difundir su dolor y pedir que la ayudemos. Y acá estamos para acompañarla.

Contacto: María 03886 433023



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