«Somos la descripción del gris de la periferia de la ciudad»
Empezaron tocando blues con apenas cuatro integrantes. Hoy son once músicos que crean cada una de sus interpretaciones fusionando diversos ritmos que imposibilitan catalogarlos dentro de un determinado género. Ese género que siempre intenta rotular y limitar la libertad creativa. «El Portón» es una banda que nació y creció dentro del conurbano bonaerense, pero que en la actualidad es conocida en todo el país. La coherencia es una de las principales armas de este grupo que junto al talento y la sensibilidad confabulan para narrar musicalmente la realidad a la que están expuestos. Siempre manejándose de forma independiente y sin trazar con la industria. «Cada uno sobrevive de otra cosa y vive espiritualmente gracias a El Portón». Una frase pronunciada por el cantante de la agrupación que resuena por su autenticidad. Fotos ANRed.
Ahora están cantando en vivo, ante un público que los ovaciona y los festeja. Que baila y aplaude. Son 11 personas que hacen música. La crean, la sienten y la tocan. Cada uno con su respectivo instrumento representa su vivencia. Fusionando diversos géneros entre los que predominan el candombe, el rock, el tango y la música latinoamericana. Sus letras reflejan la situación social de un conurbano bonaerense prisionero de la pobreza y de la desigualdad.
Ellos saben de lo que hablan. Nacieron hace 12 años en Lomas de Zamora y desde entonces recorren asambleas barriales, organizaciones piqueteras, comedores populares, MTDs, fábricas recuperadas. No toman prestada una realidad para exhibirla en sus shows, sino que expresan lo que sienten y lo que viven convirtiendo en arte su cotidianidad.
Sí, «El Portón», una vez más, la está partiendo con su espectáculo. Reproduciendo parte de un repertorio que incluye sus dos discos editados hasta la fecha: «Mañana capas no estoy» y «Conurbano». Prescindiendo de un escenario que pierde su valor ante la ausencia de sus artistas, en contacto directo con su gente, en el medio del Parque Lezama y en medio de la conmemoración por los 30 años de las Madres de Plaza de Mayo.
Pero antes del recital, ANRed pudo charlar con uno de los integrantes del grupo, Carlos Delvecci, voz de la banda y responsable de la mayoría de la composición de los temas. «Nacen como milongas», nos dice el cantante, aunque al instante aclara que «cuando llegan a los ensayos, esas creaciones son desarmadas y destrozadas. Es un libre albedrío»
«La inspiración surge de la observación directa. Vas andando en el tren y hay algo que te pega. O una frase escuchada. Todo puede ser un disparador de un quibombo que tenés adentro y ni lo podés saber. Son puertas que se abren solas», relata el músico, quien además aclara que «para decidir tocar algo en el portón se debe hacer una asamblea y votar. ¡Es un bardo!»
ANRed: ¿Todas las decisiones se toman colectivamente?
-Carlos Delvecci: Sí, somos once integrantes que debatimos todo. Nadie es líder. Las discusiones de base son muy complejas porque cada uno tiene su pensamiento diferente. Lleva tiempo, hasta para hacer una canción. Traer un tema nuevo es fuerte, porque se decide si se va a tocar o si es necesario arreglarlo o desecharlo definitivamente. Todas las decisiones se toman en grupo. No existe la figura del líder.
ANRed: Ustedes son un grupo independiente, ¿cómo hacen para poder mantenerse?
C.D: Nos mantenemos gracias al grupo humano. Llevamos 11 años sin sacar guita. Acá no está Sony Music poniendo la plata. Cada uno sobrevive de otra cosa y vive espiritualmente gracias a «El Portón». Por ejemplo, para grabar el segundo disco tuvimos que vender un colectivo que habíamos logrado comprar gracias a un pozo que fuimos juntando. Todo es así. Lo poco que se gana va a parar un fondo común para que la maquinaria siga funcionando.
ANRed: ¿Es en esta independencia en dónde se encuentra una de las bases fundamentales del grupo?
C.D: Tal cual. Es nuestro caminar, nuestro andar, negarlo sería necio. Porque si no, por un lado, estaríamos diciendo algo y, por el otro, tranzando. Vos sabés como es esto. Es un pacto con el diablo, si es que este existe. Firmas con una compañía, lográs la plata, te sacan en televisión, pero eso tiene un costo y es que el disco es de los tipos. Graba esto, hace lo otro. Ellos quieren guita. Y nosotros llevamos 11 años bancándonos, caminando por nuestra cuenta. Entonces, imagínate, qué carajo nos puede importar eso. Somos consecuentes con lo que decimos. La otra vez fuimos a tocar para los cartoneros, allí en Bajo Flores, en un galpón, y me podrían haber pagado con toda la plata que quieran, pero nada supera el estar tocando en ese lugar, con un locro haciéndose para mil tipos con la leña. Ver los carritos, estar con esa gente. Es una emoción muy grande. Prefiero tocar acá y no que me estén garpando. Sí, yo me puedo ir muy contento con la guita a mi casa, pero esto es otra cosa y es que estás vivenciando lo que realmente estás diciendo.
ANRed: ¿Podés arriesgarte y decirnos cuál es la esencia de «El Portón» en cuanto a su ritmo musical y en cuanto a lo social?
-C.D: Es difícil, en ritmo no te lo puedo decir porque es una mezcolanza. Si afirmo que es música latinoamericana está mal hecho y si digo rock también. Es una fusión. En cuanto a la esencia social… es la descripción del gris de la periferia de la ciudad. Porque no es ni negro ni blanco, es gris. Osvaldo Risone decía: «es el gris destino de periferia que tiene la ciudad, que no está en el centro ni en el campo». Y tiene razón, está en el medio. Vos vas al conurbano y hay 8 millones de personas que están viviendo en un propio país.
ANRed: ¿Cuál es tu opinión con respecto a la ley del músico que el Gobierno de la Ciudad quería poner en vigencia y que obligaba a todos los artistas a matricularse?
C.D: Estamos en contra porque es una cagada. A nosotros, los que estamos abajo, nos revienta. Apenas podemos mantener la maquinaria de una banda sin sacar un mango. Es más, a veces tenemos que pagar para poder tocar. Entonces, cómo vamos a pagar un monotributo. Uno vive de otra cosa y aporta a la cultura.
ANRed: ¿Cómo viene la mano a la hora de conseguir lugares para poder tocar?
C.D: Al tener mucha convocatoria no hay lugares para nosotros. Luego de Cromañon se cerraron muchas puertas. El teatro Verdi, de La Boca, es uno de los pocos lugares que está quedando para poder expresarnos. En el conurbano es imposible poder tocar. Y en Capital ahora tampoco hay lugares; no es que no te dejen, no hay espacios. O tenés que tener los hiper teatros que hay que llenarlos y ponerse con mucha guita o si no los lugares chiquitos que no da para nosotros.
–ANRed: ¿Y cómo se resiste ante esto?
C.D: Y, la verdad es que ahora no estamos tocando mucho. Eso lo tenemos que planificar en las reuniones, el cómo seguir. Que también es dificultoso. Estamos viendo de hacer un mes en un mismo lugar, 4 fechas seguidas en un mismo espacio.
ANRed: Suelen tocar seguido en el interior de nuestro país, ¿cómo es esa relación?
C.D: Es otro contacto totalmente distinto al de acá. Porque llevás la realidad del conurbano allá. No es que en el interior no exista la pobreza, lo que no existe es el fenómeno del conurbano bonaerense y en cada tema que nosotros tocamos lo podemos explicar. Las letras nuestras, nuestra música define de otra manera distinta a la de los medios lo que es el conurbano.
Un conurbano que mira y espera. Que retrocede y padece. Mientras sus artistas verdaderos lo plasman sin espejismos ni falsas retóricas. Tal cual es y tal cual vive. Acercarse y escuchar a «El Portón», es una forma de poder rozar la realidad. De empezar a ser cada vez más. Pero para modificarla es necesario poder ir un paso más allá.
Mariano Minasso
EL PORTON: Leonardo Zumbo (piano y teclados), Juan Sak (flauta, saxo y tenor), Diego Román (timbaletas, bongó, y accesorios), Hugo Claverie (batería y tambores de candombe), Pablo Sensottera (guitarras), Cristian Acosta (congas), Carlos Delvecci (voz), Nicolás Porley (saxo alto y soprano), Diego Batla (bajo), Horacio Viola (trompeta), Juan Pablo Rallis (voces).
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