Gualberto Solano se encadenó otra vez frente al juzgado de Choele Choel, Río Negro, por su hijo desaparecido

Mientras es elevada a juicio la causa por la desaparición de Daniel Solano, ocurrida en noviembre del 2011 después de que quisiera iniciar medidas de fuerza contra la empresa terciarizadora que lo estafaba a él y a sus compañeros, el juez penal a cargo de la investigación niega pericias sobre un jagüel donde testimonios refieren que podría estar el cuerpo del joven. Agotado y tras cuatro años de acampe frente al juzgado, Gualberto Solano está otra vez encadenado y en huelga de hambre seca. Por El Zumbido. Foto Facebook

Pese a que distintas pruebas apuntan a que el cuerpo de Daniel Solano, desaparecido en Choele Choel, podría estar en el jagüel del campo La Manuela, el juez penal Julio Martínez Vivot negó que se realice la inspección pertinente. Por su parte, los abogados de la familia están consiguiendo los equipos para realizarla de forma particular.

Ante esta situación y apenas unos días después de que se elevara a juicio la causa, el padre de Daniel Solano se encadenó en la puerta del juzgado e inició una huelga de hambre. El hombre permanece viviendo en un acampe frente a ese edificio desde el día en que desaparecieron a su hijo, reclamando por poder llevarse su cuerpo a casa.

Daniel Solano había viajado desde Salta para trabajar en la industria de la fruta. Fue contratado por la empresa Agrocosecha, a través de la cual prestaba servicios para la multinacional Expofrut. Las mencionadas empresas colaboraban entre sí para estafar a los obreros y el joven tartagalense no lo toleró. El mismo día que convenció a otros compañeros de iniciar medidas de fuerza fue desaparecido.

La noche del 5 de noviembre, Daniel Solano salió a bailar y fue sacado del boliche por la policía de Río Negro. Desde ese entonces, no volvió a ser visto, aunque testimonios dan cuenta de que lo mataron a golpes. Tenía 26 años. A la causa están vinculados dos asesinatos de obreros más de la fruta.

El sábado desde las 14 horas se realizará un «abrazo al acampe” en donde está instalado Gualberto Solano desde hace casi cuatro años. No es la primera vez que el hombre lleva adelante un reclamo de estas características y en la última ocasión terminó muy mal de salud.