Vivas nos queremos
La Coordinadora Antirrepresiva lgbtttiqp realizó ayer en La Plata una intervención para visibilizar el crimen de odio de Laura Moyano en Córdoba y reclamar justicia «para todas las trans y travestis, maricas y tortas asesinadas”. Por Julia Porto, para ANRed.
Somos las que aparecen desde los rincones y los márgenes cada vez que hay que poner el cuerpo: Laura Moyano, travesti y trabajadora sexual asesinada en el barrio Villa Alende Parque de la ciudad de Córdoba, catapulta con su muerte nuestras presencias. En la esquina céntrica de 8 y 50, ante los Tribunales Federales de La Plata y frente al Mc Donald’s, la Coordinadora Antirrepresiva lgbtttiqp se instala, en medio de la vorágine por las PASO del domingo próximo que puebla el centro de militantes, volanteros, carteles, bandas con trompetas e inflables gigantes.
Laura, tu muerte llega desde la obra en construcción en la que hallaron tu cuerpo golpeado el 25 de julio pasado, en Donato Álvarez al 9600, hasta esta esquina higienizada de otra ciudad. «Queremos y exigimos justicia y esclarecimiento, queremos y exigimos hoy y todos los días por transformaciones reales y efectivas para las comunidades trans «“ travestis”, señalan desde la Coordinadora. Suena música ochentosa, cuelgan banderas de las rejas que bordean Tribunales. «Basta de transfobia”, dice junto a la caricatura casi tamaño real de una empoderada en tetas que saca músculos al mejor estilo we can do it.
«Las chicas trans siguen trabajando en la calle, no hay inclusión real”, dice Diego Thill Caselli, señalando la vulnerabilidad del colectivo. «Esto pasó siempre, pero hace veinte años no existían las leyes que hay ahora”, agrega. Rocío, o la Pupé, refuerza: «Te terminan matando por travesti”. En La Plata existen casos que argumentan esa afirmación: son los asesinatos impunes de la Moma y de Lucha. A la Moma la encontraron ahorcada el 19 de octubre de 2011. A Lucha la habría prendido fuego el marido. La Pupé identifica «un conjunto” de causas para que los asesinatos de trans y travestis continúen sucediendo: «Es la heteronorma, la transfobia, el machismo, la homofobia. También el racismo, ser pobre. Está todo mezclado”.
De pronto se acercan a esta esquina de la ciudad higienizada una señorita policía local y dos caballeros policías locales. En tu cuerpo uniformado, blanco y heterosexual hay cadáveres, podría haber dicho Néstor, el que cultivó el oficio de poner palabras una junto a la otra. Las tres jóvenes presencias de uniforme quieren saber:
¿Por qué están acá?
Una travesti asesinada en Córdoba. Libertad en nuestras vidas y cuerpos. Presencia pacífica hasta las seis de la tarde. La Coordinadora Antirrepresiva lgbttiqp de La Plata explica y les da volantes.
Volantes que dicen: «No no no no no y no más policías ni más patrones, queremos vidas alegres, sin odio transfóbico, llenas de pasiones y libertades”.
Aparecen tiras de alfombra roja y el nombre de Laura se escribe con glamour tercermundista en la vereda.
Laura tenía 34 años y había vuelto a estudiar.
«Porque vivxs nos queremos. Seguimos resistiendo siempre”.
