30/07/2015

Casiano Bache: volver a Ledesma después de 39 años

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Obrero de Ledesma, debió abandonar sus estudios primarios para trabajar en el surco. Fue detenido ilegalmente el 28 de julio de 1976, cuando se presentó espontáneamente en la Comisaría de Calilegua, al enterarse que lo buscaba la Policía por averiguación de antecedentes. Fue torturado, detenido y liberado el día 28/07/1978. Por Patricia Rodriguez para ANRed


Desde allí fue trasladado a la Seccional de Libertador General San Martín, para luego ser llevado a la Central de Policía de San Salvador de Jujuy. El mismo día lo trasladaron nuevamente al Regimiento de Infantería de Montaña (RIM) N° 20, donde estuvo detenido algunos días y torturado, para luego ser llevado en un camión junto a otras personas al Centro Clandestino de la Localidad de Guerrero. Posteriormente fue llevado al Penal de Villa Gorriti, para luego ser trasladado por vía aérea a la Penitenciaría de la Plata, desde donde fue liberado el día 28/07/1978. Casiano tardó 39 años en regresar a su pueblo. Aprendió a leer y escribir en la cárcel.

A continuación reproducimos las palabras con las cuales Casiano Bache recordó a sus compañeros desaparecidos:

«Un día como hoy se empañó de dolor el corazón de Alto Guerrero. La tranquilidad y belleza de este lugar eclipsaron con los colores tinte de sangre y los martirios. Ya nada sería igual en este cerro, porque los pájaros nocturnos, fueron testigos de tantas torturas y de nuestros cuerpos entumecidos de de frio y dolor».

Los dueños de nuestros destinos: los militares, los gendarmes, los policías, hubo sacerdotes, dueños de empresas y hasta civiles que se prestaron para acallar las voces de un país con ideales políticos.

Las mudas piedras de Alto Guerrero sintieron el peso de los borceguíes besando de sangres, picaneadas y latigazos cercenando mi cuerpo y cortando en tira mi camisa la que yo estaba estrenando ese día, ellos no se conformaron con eso, faltaba el famoso submarino, yo me entregué esa noche del 28 de julio y dije: «Hasta aquí llegué” y empecé a tragar agua, hasta que perdí la noción del tiempo. Recuerdo que dijeron:”Dejálo ya está muerto el muchacho”

Pero antes de eso estaban los compañeros de mi barrio de Calilegua, de Libertador General San Martin, todos con vida, todos estudiantes, todos sindicalistas, todos trabajadores de la empresa Ledesma.

Recordarlos a todos ellos, tal cual eran me causa un nudo en la garganta. Porque vi morir a mi mejor amigo, Domingo Reales, por ser estudiante, cuando me dijo:¡Casiano, hermano, me muero, me muero! Noche siniestra de muerte. También le toco a Román Rivero que lo torturaron hasta matarlo por ser sindicalista y luchar por una moneda más, los oí gritar, gemir de dolor ante tantos golpes, porque eran cuatro los portadores del silencio.

El sólo atinó a decir: ¡Mamá, mamita, ayudáme! Y todo quedó en penumbra. Solo la noche cómplice de Alto Guerrero, podrá rebelarnos el misterio oculto de lo ocurrido. Los sucedido, tantos homicidios cometidos por los torturadores. Y aún las almas de nuestros muertos, de nuestros desaparecidos claman justicia

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