23/07/2015

Por $400.000 dejan en libertad a los siete policías involucrados en la desaparición de Daniel Solano

sdc17037-720x400.jpgAsí lo informó Sergio Heredia, abogado de la causa que investiga la desaparición y muerte del joven tartagalense en Choele Choel, después de organizarse para reclamar por la estafa de la que era víctima por parte de la empresa terciarizadora Trabajo Argentino en complicidad con la multinacional Expofrut. Gualberto Solano ya decidió encadenarse e iniciar una vez más huelga de hambre. Por El Zumbido.


Desde el lunes, los policías Sandro Berthe, Juan Barrera, Pablo Bender, Diego Cuello, Andrés Albarrán, Diego Quidel y Héctor Martínez se liberaron de la preventiva luego de tres años de silencio y mentiras. En julio del 2012, los abogados de la causa lograron que los uniformados estén del otro lado de las rejas. La justicia no había investigado prácticamente nada y fueron Sergio Heredia y Leandro Aparicio quienes, con su incansable trabajo y acompañados por una gran movilización de organizaciones de Río Negro y Nequén, impulsaron las prisiones preventivas por las que tantos agravios recibieron.

Tres años es el plazo máximo para permanecer bajo prisión preventiva según la ley rionegrina. Es un plazo sumamente alto, pero aquí se trata de fuerzas de seguridad del Estado que mataron y desaparecieron a un trabajador, y que todavía se niegan a decir dónde está su cuerpo, para que su familia lo pueda velar como desea. La fiscalía, antes de que se agote ese tiempo, pidió una prórroga que fue desestimada.

La libertad de los policías responsables del crimen de Daniel Solano costará $400.000 y la instanca llegó porque la justicia se sigue negando a establecer una fecha para el juicio. La decisión de poner fin a la preventiva fue del juez Julio Martínez Vivot. La defensa de los represores cuestionó el monto de las fianzas. Los abogados de la familia Solano apelaron la liberación.

El abogado Sergio Heredia contó lo sucedido en las redes sociales y expresó: «cuando estaba en la taperita al mediodía, Gualberto Solano me comunicó su decisión de encadenarse en el Juzgado, que no quería que nadie lo acompañe y que no necesitaba ni agua, ni comida, ni carpa, ni fuego, ni nada, solo me pidió que le compre un féretro, un ataúd, y que se lo ponga al lado para cuando esto termine” y sentenció: «de lo que va a pasar, del desenlace fatal que esto va a tener, hago responsable a la justicia, al gobierno provincial, al gobierno nacional, al Señor Belloso, hago responsable a todos, absolutamente a todos”.

A Daniel Solano lo desaparecieron el 5 de noviembre del 2011. Llegó a Choele Choel desde Tartagal para trabajar en la cosecha, traído por la empresa terciarizadora que hoy funciona bajo la razón social de Trabajo Argentino. Cumplía funciones para la multinacional Expofrut. Indignado por las injustas estafas de las que era víctima junto a sus compañeros, decidió organizar una protesta. Pero esa noche salió a bailar y la última vez que se lo vio con vida lo sacaban del boliche policías que se desempeñaban como patovicas en el lugar.

Desde la desaparición del joven, Gualberto Solano vive en un acampe frente al juzgado, esperando una respuesta. Ya pasó por una extensa huelga de hambre que lo dejó muy deteriorado. Pero no se rinde y asegura que no va a volver a Salta sin el cuerpo de su hijo.



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