Después del referéndum: ¿Adónde va Grecia?
El resultado del referéndum griego, convocado casi de urgencia y con muy poca anticipación, ha sido un fuerte golpe para el poder financiero internacional y un espaldarazo para el gobierno. Se abre ahora un tiempo de definiciones. Por Eduardo Lucita
Aquella Grecia que fuera cuna de la democracia en el mundo, que luchara denodadamente por su independencia que enfrentara con decisión y coraje la invasión alemana, se hizo nuevamente presente. El 61 por ciento obtenido por el No es un duro golpe a los poderes instituidos y una muestra de rebeldía e insubordinación. Un verdadero acto de soberanía popular como pocas veces hemos visto en las últimas décadas.
Objetivos contradictorios
Desde que en enero pasado ganara las elecciones Syriza el nuevo gobierno anunció un cambio en la orientación económica, de acuerdo al llamado Programa de Tsalonia, anticipando que iniciaría un proceso de renegociación de la deuda y frenaría las agresivas medidas de austeridad impuestas por la Troika y llevadas adelante por los gobiernos anteriores. Desde hace cinco meses busca dar pruebas de buena voluntad ante las instituciones, intenta llegar a un acuerdo que permita continuar pagando la deuda sin mayores ajustes a los ya realizados e impulsar las inversiones para dinamizar la economía. Esto es sin traspasar la llamadas «líneas rojas” de su programa identificadas como de «supervivencia social”. Una contradicción en sí misma, la experiencia Argentina y de otros países latinoamericanos, como la de la propia Grecia en estos cinco años pasados, muestra que no es posible cumplir estos objetivos en paralelo.
La democracia y los límites del capital
Ante el estancamiento de las negociaciones, porque la Troika subía cada vez más las exigencias de ajuste, y con el default en el horizonte, ya que no podía hacer frente a los vencimientos, el gobierno convocó al referéndum para que la ciudadanía decidiera si estaba dispuesta a seguir con los planes de ajuste o no. Fue una respuesta audaz y valiente al ultimátum «o esto o nada” de las instituciones financieras. Es el pueblo griego es quién tomará directamente la palabra: «porque nosotros sólo somos los agentes, y el pueblo griego, el principal” fue el argumento.
La respuesta de la Troika y la UE no se hizo esperar: el problema de la deuda es un problema técnico económico, «no se resuelve con el voto popular”. Traducido: estaban diciendo la democracia tiene límites y esos límites los pone el capital.
Lo que en realidad buscaban la Troika y buena parte de la UE es la capitulación del gobierno y la caída de Tsipras, por temor al efecto contagio hacia otros países de la región, también endeudados, con déficit y en crisis.
La geopolítica del FMI
Dos días antes del referéndum el FMI dio a conocer un informe «“que la UE trató de bloquear- sobre la sostenibilidad de la deuda griega. Su conclusión no admite dudas: «»¦es insostenible”, y propuso una quita del 30 por ciento y una reestructuración a 40 años con 20 de gracia.
¿Qué es lo que ha motivado este cambio de frente tan abrupto? Semanas antes el presidente Barak Obama había manifestado su preocupación respecto de una posible salida de Grecia del euro y la crisis que implicaría para la UE, un aliado estratégico para la disputa con Rusia y China. Además su ubicación geográfica le asigna un rol geopolítico preponderante en la región, hay allí una base de la OTAN. Se sabe, buena parte del endeudamiento griego es por compra de armamentos a Alemania y Francia y sus fuerzas armadas son hoy de las mejores equipadas de la Unión, Grecia ocupa el cuarto lugar en gasto de armamentos. Se entiende así la preocupación de EEUU y como jugó su influencia en el Fondo.
Debilidades del frente acreedor
Así la Troika se ha fracturado, el FMI se desprende de la CE y el BCE. Luego del resultado también hay divisiones en la UE y sus instituciones, fuertes diferencias entre Alemania y Francia e incluso puede haberlas en el gobierno alemán. También se verifica el impacto en los partidos griegos que apoyaban el ajuste, sus principales dirigentes han renunciado a sus cargos. Es que si se tiene en cuenta que los votos de la coalición de gobierno mas la ultraderecha de Amanecer Dorado suman el 47 por ciento, la diferencia con lo obtenido por el NO solo se explica por el traslado del voto de los otros partidos. Mientras que EEUU presiona para un acuerdo que no ahogue a Grecia.
La fragmentación entonces ha cambiado de lado. Mientras los trabajadores, los pobres, los jóvenes, las clases medias bajas, los sectores golpeados por la crisis se consolidan detrás del 61 por ciento, los partidos del ajuste y el frente de los acreedores -instituciones y gobiernos- no encuentran en la nueva situación un eje que los centralice.
Final abierto
Al momento de redactar esta nota, miércoles 8 de mañana, el gobierno Tsipras ha presentado un nuevo pedido de rescate «“para pagar vencimientos, dar liquidez al sistema y ganar tiempo- y debe presentar un plan de reformas a ser aprobado el domingo. Sin este plan de reformas, ha dicho la canciller alemana, no estarían dadas las condiciones para un nuevo rescate. En tanto que el presidente de la CE adelantó que «las instituciones acreedoras ya tienen un escenario detallado de cómo sería una eventual salida de Grecia de la Zona Euro”
Así lo que reina es la incertidumbre, se multiplican las reuniones y los planteos se miden por horas. Si el BCE no autoriza nuevos cupos de financiamiento los bancos griegos quebrarían y la crisis escalaría nuevos peldaños. En países de la Eurozona crece la idea que no se puede seguir con las políticas del ajuste estructural, empujadas por Alemania para países de productividades tan diferentes. Aún si se aprobara el nuevo esquema del FMI, siendo importante reduciría la relación Deuda/PBI a solo el 120 por ciento, esto es solo tiraría el problema para más adelante. Del otro lado con el aplastante resultado del referéndum el presidente Tsipras fue plebiscitado, no podría regresar de Bruselas con un nuevo pacto de ajuste a cambio de una reestructuración. Su mandato es otro, y es necesario tener en cuenta que la izquierda anticapitalista, ha ganado espacios tanto dentro como fuera de Syriza, ha sido decisiva para la obtención del 61 por ciento y presiona por una salida más radical.
Si la UE siguiera adelante con sus políticas la soberanía y la misma supervivencia de Grecia estarían en juego y crecerían más los partidarios de la suspensión de los pagos y la salida del euro. Lo que inevitablemente sería acompañado de la nacionalización de los bancos y un férreo control de cambios.
La antigua Grecia está a punto de reverdecer sus laureles, y escribir así una nueva página de la historia. Los próximos días serán decisivos.
Todo por el Euro
Conviene repasar rápidamente como se llegó a esta encrucijada. Fue en el 2001 cuando para ingresar a la zona euro el gobierno derechista de entonces falsificó las estadísticas con el asesoramiento de Goldman Sachs y la mirada complaciente de las autoridades de la UE y el BCE.
En el 2004 el gobierno conservador de entonces asumió la organización de las Olimpíadas, el déficit fiscal pegó otro salto y comenzó la política de endeudamiento, en la que los gastos en armamento jugarían un papel importante. Con la crisis mundial del 2008 estalla también la crisis de la deuda, que alcanzó la magnitud de 450.000 millones de euros. El gobierno socialdemócrata de PASOK se vio en la obligación de sincerar las estadísticas, (se conoció entonces que el déficit fiscal que se suponía era del 3 por ciento, en realidad alcanzaba al 12. Y que la relación Deuda/PBI que se decía era del 13 por ciento alcanzaba en realidad al 113). Desde entonces ya hubo dos rescates y reestructuraciones a cambio de políticas de ajuste estructurales cuyo saldo ha tomado estado público ahora: el PBI cayó un 25 por ciento en cinco años, la desocupación está en el 27 por ciento y en ascenso, pero ese porcentual alcanza al 60 entre los jóvenes. Las jubilaciones fueron en promedio reducidas en un 60 por ciento. Un tercio de la población está por debajo de la línea de pobreza, pero entre los jubilados este porcentual llega al 62, el sistema de salud está al borde del colapso. Pero no alcanzan los fríos números para dar idea del drama social. Las calles de las principales ciudades están pobladas de pobres e indigentes, al anochecer muchas familias encienden velas porque no pueden abonar las facturas energéticas, la tasa de suicidios se incrementó en un 35 por ciento en 2011-2014.
Mientras el gobierno buscaba negociar, el Parlamento aprobó la constitución de la Comisión de la Verdad, un grupo de expertos nacionales y extranjeros encargado de realizar una auditoría de la deuda. Esta comisión presentó un pre-informe a mediados de junio pasado demostrando el carácter ilegal, ilegítimo y odioso de la deuda. Incluso mostrando que solo el 10 por ciento de la misma había sido afectado a gastos corrientes, el 90 restante fue para salvar a los bancos.