Presos en Barcelona por ser «sudacas»
¿Qué tendría de pecado ser sudamericano y residir en un país europeo? Mucho para el Estado Español. A 70 años del levantamiento franquista, aún quedan vestigios de este sistema totalitario e inhumano en algunos jueces de España, quienes basan sus decisiones en argumentos xenófobos y discriminatorios.
Por Jimena Rosli
Fotos: SUB Coop. de Fotógrafos
El lunes 24 de julio a las 17 hs., más de 50 amigxs y conocidxs de uno de los detenidos de la «Causa del 4F» se movilizaron en la Plaza San Martín, en Retiro, ante el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, en solidaridad con los tres presos y en rechazo a su injusto procesamiento. La causa por la cual permanecen en prisión, plagada de irregularidades, es poco difundida por los medios de comunicación argentinos.
El 4 de febrero de este año, un grupo de jóvenes venía caminando por la calle Sant Pere Més Baix de Barcelona, España. Al pasar por la puerta del teatro ocupado «Anarco Peña Cultural», donde se realizaba una fiesta, se encontraron con una discusión entre otro grupo que no podía ingresar al lugar y la Guardia Urbana (algo así como una versión argentina, pero violenta). Ya conocedores de los graves hechos de represión que siempre comete esta fuerza policíaca, junto con los Mossos d’ Esquadra, los recién llegados decidieron alejarse, pero los guardias comenzaron a pegarles brutalmente sin ningún motivo y a proferirles todo tipo de insultos.
En el medio de los incidentes, una maceta cayó de uno de los balcones del edificio en el cual se encuentra el teatro y dejó inconsciente a un agente, quien permanece internado en el instituto neurológico de rehabilitación Guttman de Badalona debido a una doble fractura de cráneo.
Como resultado de toda esta represión policial, fueron detenidas cuatro personas que salían de la fiesta y tres que ni siquiera habían entrado. El número total de detenidos se completa con dos chicos que habían tenido un accidente en bicicleta y estaban atendiéndose en el Hospital del Mar, a 15 cuadras de la fiesta. El agente que los detuvo se comunicó con la guardia urbana que se hallaba en la calle Saint Pere, le describió a estos chicos y por tener «estética okupa» y supuestas «heridas de pelea» se procedió a su detención.
De las nueve personas detenidas fueron liberadas con cargos hasta el momento del juicio las seis europeas y quedaron en prisión sin fianza tres de ellas, que ¿casualmente? nacieron en países de Latinoamérica: Alex Cisterna y Rodrigo Lanza Huidobro, en Chile, y Juan Pintos Garrido, en la Argentina. En su traslado a la cárcel y las 48 hs que estuvieron detenidos, hasta que declararon ante la jueza el lunes 6 de febrero, fueron torturados por la policía física y psíquicamente, además de ser humillados y amenazados de muerte con gritos de «están aquí porque Pinochet hizo mal su trabajo», «si os matamos ahora no le importará a nadie porque sois unos sudacas de mierda».
En reiteradas ocasiones, los abogados de la defensa pidieron la libertad provisional, pero les fue denegada, pese a que ninguno de ellos tiene antecedentes penales y tienen la doble nacionalidad europea en regla. En el caso específico de Juan, la razón que esbozó la Jueza Carmen García Martinez, titular del Juzgado de Instrucción Nº18 de Barcelona, fue que «su madre vive en la Argentina y se puede fugar».
Existen varias contradicciones en la causa, las más relevantes son: la limpieza de la zona de los incidentes por parte del Servicio del Ayuntamiento, antes que se recogiesen las pruebas, y los discursos contradictorios, ya que el Alcalde de Barcelona Joan Clos afirmó públicamente al mediodía que lo que hirió al policía fue una maceta y luego, esa misma noche a las 20 hs., la policía aseguró que había sido un proyectil desde la calle y que los culpables «estaban perfectamente identificados».
Más allá de que esto es una evidencia relevante para la causa, la jueza rechazó el pedido de citar a declarar al alcalde para que explique quién le informó respecto de la maceta. Esto se agudiza con los testimonios de los médicos que atendieron ese madrugada al agente herido, quienes afirmaron que al indagar sobre cómo se produjo la herida «ni sus propios compañeros tenían idea de cómo había sucedido».
Para aumentar el desconcierto, sin ningún tipo de nuevas evidencias, el 12 de junio se cerró el auto de la instrucción, elevándose los cargos de los presos a «atentado a la autoridad y lesiones graves agravadas por el uso de arma», cuyas penas pueden llegar hasta los 18 años; mientras que a los seis europeos en libertad se les redujo la pena a «atentado a la autoridad» (antes también estaban imputados por lesiones), con condenas de 3 años excarcelables.
Los tres chicos siguen en la cárcel desde hace más de cinco meses sin un derecho tan fundamental como es el de la presunción de inocencia y junto a Mariana, la madre de Rodrigo, realizaron una huelga de hambre durante treinta días, que se detuvo por el debilitamiento y la cercanía al peso de riesgo que los presos alcanzaron.
Hoy, los chicos aguardan -privados de su libertad- un juicio injusto, sin fecha de inicio y que únicamente cuenta con las declaraciones de la policía (ya que se rechazaron los testigos e informes de médicos forenses presentados por la defensa), que intenta arbitrariamente acusar a gente inocente, ya que lo que ocultan los medios de comunicación españoles es que el edificio de donde cayó la maceta es de propiedad del Ayuntamiento. Lo que evidencia su absoluta responsabilidad legal.
Contactos:
presos4febrerobcn@yahoo.com.ar
www.presos4f.blogspot.com
www.karcelona.revolt.org