27/03/2015

Tucumán aguas adentro

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Pasaron más de dos semanas de las últimas tormentas y las miles de familias damnificadas salieron de las tapas de los diarios y de la agenda gubernamentalmás rápido de lo que baja el agua de sus casas. Una recorrida por Medinas y Los Agudo, una de las zonas más afectadas, pone en evidencia la real y difícil situación por la que atraviesa la provincia. Por ANRed, desde Tucumán


La mañana del lunes 9 de marzo Medinas amaneció bajo las aguas del río del mismo nombre, que desbordó de tal forma que el agua llegó a cubrir 1.50 metros en algunas de sus calles y se tuvo que evacuar a 600 vecinos, el 90% de su población. El agua también afectó a Los Agudo, dejando a gran parte de sus habitantes totalmente aislados. Pasaron dos semanas y la realidad no es muy distinta en el sur tucumano

La moto arriba de la mesa y las gallinas en el techo

El panorama es realmente desolador en Medinas. Las aguas bajaron sólo para desnudar el total olvido y la absoluta carencia con la que se vive en este rincón de la provincia. Los pocos muebles rescatados cuelgan del lugar más alto posible, lejos del barro de las calles y, por las dudas, de la marca que dejó impregnada el río a su paso en las paredes del pueblo y en las retinas de sus pobladores. Más allá, del otro lado del puente, se observan las montañas de colchones, cocinas, sillones y quien sabe cuántas cosas más totalmente inservibles.

Las calles son un total lodazal, ir a la escuela o al almacén se convirtió en un riesgo latente para niños y ancianos. Mientras frente a la plaza hay una topadora parada Antonio González intenta con su pala hacer que el agua estancada frente a las casas corra hacia el canal que se encuentra al final de la misma.

Antonio tiene 62 años y hace 16 que vive en Medinas. Dice que si bien algunas veces se juntó bastante agua en las calles es la primera vez que vive algo así desde que se mudó a esta localidad. Es por eso que al principio pensó que la tormenta del 9 de marzo sería como las anteriores pero desde que el agua empezó a entrar a su casa el caudal aumentó rápidamente y no le dio tiempo para hacer mucho. «subí la moto a la mesa pero igual le entró agua y le tuve que cambiar el aceite. Cuando el agua me daba por acá «“ señala con la mano su pecho abajo del cuello «“ mi mujer se asustó y entre varios vecinos la ayudaron a salir. Yo me quedé acá y pasé la noche en el techo con las gallinas que pude subir. Recién como a las tres de la mañana empezó a bajar el agua”

Los Agudo, el nuevo río

Los Agudo se encuentra unos cuantos kilómetros al Sureste de Medinas. Es una pequeña localidad, más bien dispersa, asentada a lo largo del camino que la une con Medinas y está rodeada de plantaciones de caña, las que se extienden hasta el mismo margen del río. El sector del Oeste es el que se encuentra en mejores condiciones, el agua casi no afectó las viviendas, los mayores daños fueron en el exterior de las mismas. Aquí los vecinos del sector central se autoevacuaron en casas de amigos y familiares.

En el sector central el agua no ha bajado en ningún momento en estos 15 días y hay lugares donde llega a 1 metro de altura. Esto porque a lo largo de más de tres kilómetros el rio ensanchó su cauce hasta llegar a las casas debido a un gran dique natural que se formó por la caída de algunos árboles de gran tamaño. Ante la ausencia total del estado en la zona los vecinos se organizaron para cortar la ruta, lo que provocó la rápida aparición de un funcionario y un técnico del gobierno que sobrevolaron la zona en helicóptero y descubriendo así los árboles caídos en el río. Sin el accionar de los damnificados probablemente esta situación aún no se conocería.

Este dique natural además provocó que el río se desviara tomando un nuevo cauce, precisamente el camino principal de Los Agudo, lo que derivó en el total aislamiento de los vecinos localizados en el sector Este del poblado. Sólo se puede llegar allí en helicóptero o en lancha.

No son tus diez mansiones, son los doce años de corrupción

La situación en Los Agudo es similar a la que viven los vecinos de El Molino, otra de las zonas más afectadas por las inundaciones. Allí fue justamente donde la senadora nacional, primera dama provincial y presidenta del partido justicialista tucumano, Beatriz Rojkés de Alperovich, trató de «pedazo de animal” y «vago de miércoles” a un vecino que la increpó por la inacción del gobierno. Ya antes había dicho «No podemos tener al señor Estado a la par de una familia que está borracha» a los padres de una nena de seis años asesinada y «Al menos ahora, Dora, vas a poder dormir tranquila, porque tu hijo no está más en la calle» a una madre de un hijo adicto que se había suicidado.

Estas declaraciones no son un exabrupto, no son hechos aislados ni mucho menos respuesta a provocaciones. Estas declaraciones expresan, entre otras cosas, el enorme desprecio que siente por los pobres, la total impunidad con que se maneja el clan Alperovich y la tremenda ignorancia política de quién fuera la tercera en la línea de sucesión a la presidencia. Pero por sobre todas las cosas la vergonzosa incontinencia verbal de la señora Rojkés expresa el profundo temor de la clase dirigencial a que de una vez y para siempre los oprimidos surjamos desde el barro y nos organicemos ante tanta barbarie para tomar en nuestras manos la rienda de la emancipación.



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