02/03/2015

«Que aparezca el rubio del pasaje”

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En la capital cordobesa, organizaciones anti represivas, sociales, políticas y culturales realizaron una jornada el 19 de febrero al cumplirse tres años de la desaparición Facundo Rivera Alegre, «el rubio del pasaje”. Junto a Viviana, madre de Facundo e impulsora de la actividad, estuvieron presentes Angélica, madre de Kiki Lezcano, y Mónica y Vanesa Orieta, madre y hermana de Luciano Arruga. Sus testimonios hablan de una lucha a nivel nacional y de la certeza de que la defensa de los derechos humanos también debe hacerse en democracia. Otra lucha por memoria, verdad y justicia. Por ANRed.


El 19 de febrero, organizaciones políticas, sociales, culturales y de derechos humanos se convocaron en la ex plaza Vélez Sarsfield, rebautizada con el nombre de Facundo, para acompañar a Viviana Alegre, madre de «el rubio del pasaje”. La jornada, que comenzó en los Tribunales cordobeses, contó con una muraleada y culminó con un acto. La plaza estaba cubierta de banderas que congregaban desde organizaciones de izquierda hasta agrupaciones y partidos pertenecientes al oficialismo nacional.

Los medios comunitarios desde Buenos Aires y de Córdoba acompañaron la jornada y la RNMA llevó a cabo una cobertura especial desde la Plaza Facundo Rivera Alegre. Desde ANRed tomamos testimonio de los familiares allí presentes.

Acompañando a Viviana, se encontraban Angélica -madre de Kiki Lezcano, asesinado por la policía en 2009- y Vanesa y Mónica -hermana y madre de Luciano Arruga, desaparecido en 2009 y encontrado a través de la lucha de su familia en 2014. También se acercaron familiares de Ezequiel Reynoso, quien en febrero fue baleado por un policía cordobés durante un operativo de control vehicular.

«Pasaron tres años y el Facu sigue desaparecido, en el estado de Córdoba, en un estado democrático donde no queremos que sigan pasando estas cosas y en donde lamentablemente la violencia institucional día tras día nos sigue golpeando con víctimas, con asesinatos y con gatillo fácil. Facundo Rivera Alegre era un joven como los miles de jóvenes que salen todos los fines de semana a divertirse y que desde esa madrugada del sábado 19 de hace tres años está desaparecido y que después de mucha lucha el nombre de Facundo se fue instalando. Una bandera, un símbolo, un pedido de justicia permanente. Hoy, en la plaza Vélez Sarsfield lo seguimos pidiendo. Seguimos pidiendo a Facundo Rivera Alegre. Que aparezca con vida. Que aparezca `el rubio del pasaje´”, fueron las palabras que dieron inicio a la actividad.

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Viviana Alegre, madre de Facundo Rivera Alegre:

«A los treinta meses de la desaparición de Facundo yo dije que mi hijo se había ido a un baile de cuarteto de la banda de Damián Córdoba en el estadio del centro y que yo todavía lo seguía esperando. Anoche como no podía dormir me fui a al centro y pasé por la supuesta parada del colectivo que mi hijo tomó, porque la verdad que es muy difícil a estos tres años, terriblemente difícil, no tenerlo, no sentirlo, no abrazarlo. Sobre todas las cosas la impunidad de esta justicia que lo único que hizo fue desviar e involucrar a tres personas: dos hijos de una mujer narco que tiene un amparo político-policial y una persona del cementerio que dijo que Facundo estaba cremado cuando jamás apareció algo como para que digan que Facundo este cremado.

«El fiscal Moyano lo único que hizo fue hacer el trabajo acorde a lo que su jefe, el doctor De la Sota, exigía y después le dio un premio ascendiéndolo a Fiscal General de la Provincia de Córdoba. Ese fiscal general hace unos días atrás hizo la convocatoria para el 18F exigiendo justicia. Con todo respeto yo también exijo justicia, creo que lo que ha pasado, todos los sabemos, se merece justicia este Fiscal (referido a Nisman). Nosotros también le queremos decir al doctor Moyano que por qué no hablo del 19F. Que hace tres años Facundo está desaparecido, no se puede llegar a esta causa con homicidio cuando supuestamente tienen esto, aquello, escuchas telefónicas que solamente lo hace la policía, donde las tres personas que están implicadas tienen el amparo del doctor De la Sota, de la justicia provincial, de la policía provincial.

«El juicio comienza el 18 de mayo y ya su hijo cumple cuatro años y dice «yo lo quiero escuchar a mi papa”. Yo lo tengo a él en un timbre del celular, es lo único que puedo hacer, se abraza a un cartón para decir «papá querido”. Entonces yo lo único que pido, dado que hoy la secretaria de la Cámara 11 del Crimen que se ve que se le quemó la cabeza de tantos años de no saber hacer su trabajo, de no poder tratar con víctimas, cuando un compañero, Emiliano, y Vanesa, la hermana de Luciano Arruga, le dijeron «usted no puede faltarle el respeto a una madre que le desaparecieron un hijo”. ¿Saben lo que contestó? «¿Y yo qué culpa tengo? Que lo vaya a buscar”. Entonces como me dio vía libre dije: no los buscan ellos, lo buscamos nosotros. Por eso, lo único que le digo a Facundo, donde quiera que este, descansa en paz Facundo, que de los culpables nos vamos a encargar nosotros. Exigimos justicia. Ni un pibe menos. Muchísimas gracias a Angélica, a Mónica, a Vanesa y a los tíos de Ezequiel. Yo los invito para hacer una gran marcha el 18 de mayo para cuando empiece el juicio oral. Los necesito para tocarles la oreja y para decirles que así se llama la plaza y a De la Sota que queremos justicia y saber dónde está Facundo Rivera Alegre ¿Cómo más se los tengo que decir?”

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Angélica, mama de Kiki Lezcano:

«Primero quería referirme a Viviana, a esa persona, a esta madre con esos ovarios tan grandes que desde hace tres años de la desaparición de su hijo pedimos (como todos los que están acá) la aparición de Facundo ya. No queremos más la perdida de nuestros hijos. De corazón a corazón, junto a Viví nos hicimos unos cuantos kilómetros de Buenos Aires para estar acompañándola y la queremos mucho porque vemos que es una luchadora y una referente de todas las madres a la que nos tocó esto. Mi hijo Kiki tenía 17 años, vivíamos en Villa 20. En el 2009, el 8 de julio fue desaparecido y ahí empezó una lucha de una madre que teniendo ocho hijos en casa, salió a buscar uno. Cuando se te cierran las puertas, cuando te ven sola nadie te abre las puertas y sino está el dicho «se habrá ido con una noviecita”, «estará por algún lugar, señora, no se preocupe”. Todo eso decían en la comisaria de la 52.

«Así fueron pasando los meses haciendo marchas, juntándome con un grupo de jóvenes que daban apoyo escolar en Villa 20, que conocieron el caso y se acercaron para ver cómo me podían ayudar. Ahí empezamos a hacer marchas como estamos haciendo hoy acá, reclamos, todo en Villa 20. Pasaron dos meses y medio y lo encontramos a Kiki, no de la manera que quisiéramos.

«Facundo Cubas, el juez al que le tocó la causa de mi hijo, dijo «aparecieron los chicos” y yo le contestó por teléfono «¿Con vida? ¿Aparecieron? ¿Están detenidos?”. «No, uno está fallecido. El desapareció con un chico, Ezequiel Blanco, de 25 años que también era un amigo del barrio y otro hay que ir a reconocerlo a la morgue judicial”. Me dijo todo para que vaya a la morgue judicial. Ahí fui y cuando voy llegando con mi familia y miran el papelito y me dicen «No. Ese fue enterrado como NN”. Ya lo había enterrado Facundo Cubas, habíamos hecho miles de marchas, denuncias por todos lados pidiendo que lo busquen a Kiki. Cuando me encuentro con eso mi hijo ya había sido enterrado hacía ya un mes, después de esa agonía de traerlo a Kiki, yo no dejó de decirlo, de decirme, que tuve que traer un cajón, tuve que besar un cajón, tuve que mirar un cajón porque mi hijo dijo «ya vuelvo mama” y tuve que conformarme con esto.

«Ellos ocultan la verdad y a mí me decían «ese chico quiso robarle la camioneta a Santiago Veyga y ahí se armó como un tiroteo”. Nunca hubo un tiroteo, nunca hubo una bala servida, encima le plantaron un arma a Kiki. Pero no solo eso, sino conformándose con este mundo corrupto, con aquellos que tienen autoridad, con aquellos que se creen dueños de la verdad, dueños de la vida de nuestros hijos. Apareció un video, en noviembre de 2009, un video que decía «muerte a los guachos” que mostraba como mi hijo agonizaba y ellos (los policías) que estaban alrededor, decían «este guacho se tiene que morir”. Con todo eso de prueba, tres veces fue sobreseído Veyga por falta de pruebas, porque hicieron desaparecer la ropa, porque no pudieron periciar las armas.

«Así fui organizándome, con la lucha. Con hacer visible el caso de mi hijo. Por eso más que nunca estoy acá en esta plaza. Por eso ya no voy a callar jamás. Porque hoy, hace cinco años estoy esperando un juicio, hoy a cinco años, Santiago Veyga vuelve a ser procesado, después de que volvimos a apelar. Todos tenemos ese dolor, pero podemos transformarlo en algo. En lo que lo transformamos nosotros, en lo que nos transforma a nosotros cada día que nos levantamos a las seis de la mañana para ir a la escuela. Lo transformamos en lucha”

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Mónica, madre de Luciano Arruga:

«Quería agradecerles principalmente a todos por estar hoy acá. Por acompañar a Viví y por hacer de esta lucha, una lucha grande. Quiero recordar que es la segunda vez que vengo hoy acá. Hace cuatro años fui invitada por la Red de Medios Alternativos, nos juntamos acá y a uno de nuestros compañeros se lo llevaron por estar tomando cerveza en la vía pública. En ese momento hicimos una movilización a la comisaria y a ese chico lo habían golpeado, pero lo sacamos. Yo le dije a una chica «¿Qué esperan para juntarse? ¿Qué están esperando que no hacen algo? ¿Están esperando que pase lo de Luciano?”. Una persona por ahí me dijo «Ah, pero lo de Luciano acá no pasó.” Yo lo tomé de quien venía y le dije que no se dejen atropellar así, que hagan algo. La chica me dijo «eso es normal, es moneda corriente” pero no tiene que ser así. ¿Qué están esperando? ¿Qué acá haya un Luciano? Lamentablemente y hace tres años estoy acá pidiendo justicia y pidiendo aparición con vida para Facundo. No me gusta estar acá, no tendría que estar acá. Si todos nos hubiéramos juntado, si no fuéramos tan egoístas y nos juntaríamos más. Nosotros somos muchos y ellos son muy pocos. Nosotros les damos el poder y ellos lo agarran. Ellos son bichos que se alimentan de nuestro miedo y nosotros se lo tenemos. No se olviden de eso. Una vez lo dije en Choele Choel con el caso de otro desaparecido, Daniel Solano. No digan que eso no pasa en ciertos lugares. Es un ser humano y nadie tiene derecho a arrebatarle la vida. Nadie tiene derecho a desaparecerlo. Nadie tiene derecho a hacer con nuestros chicos lo que hicieron con Facundo, a desaparecerlo hace tres años.”

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Vanesa Orieta, hermana de Luciano Arruga:

«Admiro y valoro mucho la lucha de mi vieja, la lucha de Viviana, de Angélica, la lucha de madres y padres que se levantan pidiendo justicia por sus hijos. Esto ocurre. Ocurre y es moneda corriente. Las estadísticas, números fríos y calculadores que se manejan, hablan que un pibe por día muere víctima del gatillo fácil.

«Me gustaría hablar un poco de lo que nosotros manejamos dentro de «Familiares y Amigos”, sobre qué significa la violencia institucional. Cuando uno habla de violencia institucional habla de diferentes formas de violencia por parte del Estado. Que una persona viva en una villa, es violencia institucional. Que una persona, un niño, no tenga que comer, es violencia institucional. Que un joven, un hombre, una mujer no se puedan atender en un hospital público es violencia institucional. Nosotros lo que estamos mencionando acá particularmente es violencia por parte de las fuerzas de seguridad, gatillo fácil y desapariciones forzadas. Eso tiene que quedar bien claro, porque si no se pierde mucho lo que uno denuncia. Se denuncia la violencia institucional como parte de un mecanismo siniestro de todos los gobiernos de mantener a los pobres como pobres y particularmente los pobres sufren otra forma de violencia institucional, que es la represión por parte de las diferentes fuerzas de seguridad.

«Se pronostica también con otros números fríos y calculadores que son más de cinco mil los muertos por el gatillo fácil y que son más de 200 las personas desaparecidas en democracia. No voy a puntualizar en ningún gobierno, pero si hay que decir que desde la apertura de la democracia hasta hoy, ningún gobierno le ha dicho basta a ninguna de las fuerzas de seguridad. Y siguen matando a nuestros pibes y creo que para, realmente, reforzar a la democracia, realmente protegerla, lo que realmente hay que empezar a hacer es tener una mirada solidaria y no vale defender ningún gobierno si lo que está en juego es la vida de muchos pibes de los barrios humildes.

«Quiero denunciar que la violencia por parte de las fuerzas de seguridad existe, no tiene que poner en riesgo a ningún gobierno, en todo caso lo que tiene que hacer es obligar a esos gobiernos a que realmente le pongan punto final a la muerte de nuestros pibes en los barrios. El caso de mi hermano, es un caso particular y violento. A Luciano primero le ofrecen robar para la policía y con su negativa lo que ocasionó fue una serie de tensiones arbitrarias, con esa metodología de detener a los jóvenes por averiguación de antecedentes. La averiguación es muy rápida, se hace por vía telefónica pero la policía la utiliza para llevarse al pibe detenido, para someterlo, para torturarlo, para involucrarlo en redes delictivas, para que salgan a robar para ellos, es algo muy común.

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«Este es un problema para los jóvenes, es necesario encontrar el compromiso de parte de todas las organizaciones sociales y políticas, organismos de derechos humanos y empezar a trabajar solidariamente. Los muertos no pueden solamente salir en la foto en una bandera, los muertos que tenemos los familiares tienen que ser respetados y tienen que ser levantados en lucha por todos sin ningún tipo de discusión y en total acto de solidaridad para defender nuestra democracia.

«Nosotros mantenemos desde «Familiares y Amigos” la convicción de que debemos ejercitar una memoria dinámica. Qué queremos decir con esto: que no se puede defender la democracia si creemos que solamente se violaron los derechos humanos durante la última dictadura militar, eso es una memoria estática. Y eso es lo que no sirve. La memoria dinámica nos obliga a mantener bien alto los nombres de los 30 mil que se llevaron los genocidas, pero a entender que las herramientas que utilizaron esos nefastos las siguen utilizando en democracia y no hace falta nada más que ver esos casos no sucede solo en algunas provincias. Eso habla de una problemática que no se traduce a un caso aislado sino en muchos casos a lo largo y ancho de nuestro país. Empecemos a tomar conciencia de que realmente estos hechos ocurren, que tienen que ver con un mecanismo que realmente sigue enquistado en nuestra sociedad de las manos de la fuerza de seguridad y que lamentablemente tanto los poderes políticos como los poderes judiciales en este sentido son cómplices de que esto ocurra.

«La palabra cómplice también nos debe alertar a todos. Si la mayoría de los responsables son cómplices de los distintos poderes, los familiares que están acá, están totalmente desamparados. Cuando nosotros empezamos a denunciar la desaparición de Luciano, como nadie nos daba bola, la justicia no investigaba pero el aparato político tampoco se involucraba, entonces a nosotros nos amenazaban, nos perseguía la cana, se metían con nuestra familia, se llevaban detenidos a nuestros amigos. Lo mismo le pasó a Viví, a Angélica, lo mismo le pasa a la familia de Daniel Solano. La familia de Solano hace cuatro años que está acampando en Choele Choel, hace cuatro años que están en una carpa hecha con bolsas de nailon y eso también es violencia institucional. Englobada no. La violencia institucional completa. Una familia que vive en una casa de bolsas de nailon pero que al mismo tiempo busca a su familiar desaparecido, pero que al mismo tiempo come mal, pero que al mismo tiempo no accede a la salud, pero que al mismo tiempo tiene que recurrir a mecanismos nefastos como son las huelgas de hambre que los enferma aún más.

«Los familiares cuando denuncian sufren la persecución policial, están solos, entonces tiene que aparecer la organización y la lucha solidaria, pero solidaria de verdad, no solidaria de la boca para afuera y realmente se necesita un mayor compromiso, las familias ponen en riesgo su vida, nadie pide que ustedes pongan en riesgo su vida por supuesto pero que si realmente empiecen a entender que las madres los necesitan. Viviana hizo un gran esfuerzo para hacer esta actividad y yo sé lo cansada que está ella , pero no puede estar así de cansada, porque ella también se merece descansar mientras busca a su hijo, entonces Viviana también se merece que hoy en Córdoba quede realmente organizado un grupo de jóvenes que la acompañe para organizar diferentes actividades antes del juicio y para que el tribunal el día del juicio se llene de gente en la puerta para presionar a los jueces y los fiscales que tienen que decir que pasó con Facundo Rivera Alegre y los obligo, déjenme que los obligue, a que realmente sean ustedes los que organicen para ese juicio una movida aquí para que todos los familiares vengamos desde los diferentes puntos del país a decir que la violencia por parte de las fuerzas de seguridad no son hechos aislados, que se dan a lo largo y ancho de todo nuestro país y que realmente queremos que termine y de esa forma realmente vamos a tener una memoria dinámica y de esa forma realmente vamos a defender los derechos humanos, y de esa forma le vamos a decir basta de asesinatos y desapariciones de nuestros pibes de nuestros barrios humildes. Viví, te bancamos y vamos a estar acá el día del juicio acompañándote.”

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Integrantes de la Coordinadora de Familiares de Víctimas del Gatillo Fácil:

«Hoy somos nueve familias, nos reunimos y comenzamos a organizarnos el año pasado para poder pedir justicia por nuestros hijos, Hoy estamos presentes acompañando a Viviana, a tres años de la desaparición de Facundo. Sabemos que eso hace la policía de De la Sota: persigue, tortura y mata a los pibes de Córdoba. Nosotros seguiremos en las calles luchando contra esto y denunciándolos. Les pedimos que nos acompañen en nuestra lucha porque creemos que la única forma de parar esto es siendo miles en las calles para poder pedir justicia. Que no haya nunca más un pibe muerto a manos de las policías”



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