Otra vez, la Policía Bonaerense implicada en un asesinato
Tras casi dos años de la muerte de Sebastián Nicora, en la localidad de Punta Indio, se conoció una nueva autopsia, que determinó que el joven había muerto de un disparo y no por un golpe. La causa lleva sus irregularidades desde el primer momento, ya que la Bonaerense estuvo encargada de «cuidar” el lugar del hecho hasta que llagara la fiscal. Allí pasaron muchas cosas, pisaron y caminaron sobre el terreno; rastrillaron en busca de más pruebas: no apareció ningún arma, sólo una remera con sangre, que finalmente no era sangre humana; intentaron rastrear el morral del joven que nunca encontraron; y así siguieron las (in)acciones que realizó la Policía en las primeras horas. Por Estefanía Velo para ANRed
El 14 de febrero de 2013, Sebastián Nicora, de unos 16 años, se dirigió al balneario El Pericón, de Punta Indio, junto a su amigo, un año menor, y alquilaron una habitación en un hostel. Dos jóvenes estigmatizados. Sebastián tenía todas las «marcas” que podía tener en una localidad de 9 mil habitantes, por ello la Bonaerense local lo conocía muy bien.
En horas de la madrugada encontraron el cuerpo del joven Sebastián. Por su parte, Sandra Raggio de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), que acompaña a Fernanda Nicora (su mamá), indicó que «no precintaron el área en el balneario más concurrido de Punta Indio en plena temporada. A la hora en que llegó la fiscalía había policías, curiosos, periodistas, caminando sobre el lugar”.
La causa está a cargo de la fiscal Ana Medina, quien dejó la investigación en manos de la Policía Bonaerense, y rápidamente señalaron como culpable al amigo de unos 15 años. Aquel febrero de 2013 la autopsia realizada por un médico de la Policía Bonaerense determinaba que había muerto producto de un golpe en la cabeza. No se supo cuáles fueron los motivos de los golpes, nunca apareció un arma, y las pruebas no fueron suficientes por lo que la Justicia Juvenil liberó a su amigo.
De esta forma, la causa parecía ir camino a encajonarse, pero con la lucha que encabeza su mamá, Fernanda, logró que se realizara una reautopsia y además se reunieron con la Procuradora General de la Corte Suprema Bonaerense para regularizar las investigaciones. Varios meses denunciando la manipulación de los efectivos policiales en el lugar de los hechos, y este año se encontraron con que el joven murió de un disparo y no como habían informado, de un golpe en la cabeza.
En tanto, las médicas Nora Sotelo y María Pons, que intervinieron en la reautopsia, concluyeron en que «la causal de muerte de Nicora Sebastián, de 16-17 años de edad, se produjo por traumatismo craneoencefálico con destrucción de masa encefálica, producido por proyectil de arma de fuego que ingresando por región frontal izquierda realizó una trayectoria de adelante hacia atrás, levemente de izquierda a derecha y levemente de arriba hacia abajo”. Nuevamente, un pibe menos, todavía queda develar si fue un caso de gatillo fácil en manos de la Policía Bonaerense.
El sábado se llevó a cabo una jornada cultural en el balneario El Pericón y en el anfiteatro de Verónica, en la que participó el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, entre otros referentes de organismos de derechos humanos y organizaciones sociales, por el segundo aniversario del asesinato de Sebastián; y principalmente «por verdad y justicia”, según afirmó su mamá, al tiempo que agregó: «Sebastián somos todos”.