Conflicto en Motorarg, la sombra de los 90
Los trabajadores de Motorarg empresa que se dedica a la producción de bombas de agua ubicada en Valentin Alsina, se manifestaron el viernes 12 de diciembre en la puerta de la fábrica para reclamar a las autoridades de la misma que se cumpla con el pago del bono de fin de año, como así también reclaman el pago del ítem variable acorde al índice de inflación. Por EL Roble
Motorarg es una fábrica que se dedica a la producción de bombas de agua. Durante más de 20 años los trabajadores no tuvieron delegados que los representaran, como consecuencia de la gestión conjunta del departamento de recursos humanos y el sindicato UOM Avellaneda.
Hace 4 años lograron formar un cuerpo de delegados resultado de la organización interna de los obreros. Los mismos vienen logrando conquistas tales como: porcentajes sobre el convenio, categorías, un bono de fin de año. Desde septiembre del 2014, la comisión interna pidió un ítem variable con la inflación.
«Los compañeros partieron de la estimacion de que la empresa, tan solo en septiembre, recaudo como mínimo 13 millones de pesos, con un piso de ganancia neta de 8 millones. La empresa puede mejorar las condiciones de vida de aquellos que le generan tremenda ganancia. Pero como contrapropuesta los trabajadores solo tuvieron dilaciones hasta que entrado diciembre se encuentran que no solo se desestima el pedido, sino que se quita el bono logrado años atrás. Y encima les dan un bono ínfimo, condicionado a un indice de productividad inalcanzable y la suspensión de todo reclamo de la comisión interna durante tres meses. Ante la situación los trabajadores en asamblea decidieron manifestarse este viernes 12 en la puerta de la fábrica para luego movilizarse por el Valentín Alsina, donde está la planta junto con otras del mismo gremio” corresponsal de El Roble
¿Cuál es el trasfondo de todo esto?
Motorarg está decidida a ganar sin mirar a quienes pisan, por lo que desde un tiempo atrás se viene dedicando a importar desde China las mismas bombas que se producen en sus talleres, adecuándolas para que parezcan de industria nacional, trabajo que realizan los mismos obreros de Motorarg. Por esto es que crearon una empresa fantasma, Imprexpro, al mismo que contratan como gerente de recursos humanos a una sanguijuela llamada Héctor Muro Cash. Este personaje no tiene miramientos al intentar amedrentar a los trabajadores declarando abiertamente sus intenciones contra su organización. Su intención es eliminar toda resistencia para poder implementar un plan de reducción de personal y dedicarse de lleno a la importación.
¿Cuál es el papel del gremio en todo esto?
En los alrededores de Motorarg existen varias empresas del gremio. Varias de ellas están con problemas similares, tal como es el caso de Prosidar, la cual estuvo en conflicto por despedidos hace poco y que gracias al esfuerzo común de los compañeros se pudieron evitar pero que ahora se están enfrentando a un ataque sobre su bono. En vez de encabezar un plan de lucha a fin de garantizar a todos sus afiliados poder cubrir con sus necesidades, en el preciso instante de las acciones la UOM seccional Avellaneda, con toda pompa y formalidad, festejaba su fin de año. A pesar de los pedidos de los trabajadores no hubo el más mínimo apoyo. Fuimos trabajadores de otras fábricas, que padecemos las mismas condiciones que nos impone el capitalismo, los que apoyamos a los compañeros de Motorarg. Pero cuanto más se podría esperar de una seccional que responde los lineamientos de toda la UOM. Calo, su secretario general y pata sindical del gobierno K, mientras que pide bonos ínfimos pero dejando la decisión a las Cámaras de industria, permite que en otra seccional, la de Vicente López, se cometa un acto aberrante contra los luchadores. En la empresa Metalsa, la seccional no solo permite que se produzcan despidos en masa, sino que además, a lo Pignanelli en Lear, busca desaforar de manera mafiosa al único delegado independiente que no firmo los despidos. Una táctica nefasta que las burocracias están empezando a aplicar con demasiada frecuencia. A todo esto el gobierno responde con una clara posición de clase: Denuncia trabajadores en lucho, como los petroleros de las Heras o los de Gestamp, aprueba por decreto leyes antiobreras como la ley antiterrorista, adopta la politica de apoyar a las burocracias mafiosas, paga seriamente a los capitales parásitos. Todo en el marco de un plan de ajuste exigido por las cámaras empresariales a fin de allanar el camino para un cambio de ciclo aun más conservador.
¿Cómo continua en Motorarg?
Hace aproximadamente un año y medio los compañeros lograron frenar despidos a traves de las acciones emprendidas, entre las que se contaron la movilización. Una victoria en este frente de batalla particular no solo significara mejorar las condiciones de vida de los compañeros, sino también poner un freno a las intenciones de este empresario, de toda la clase empresaria, en su intento por destruir puestos de trabajo genuinos a fin de aumentar sus ganancias. La importación es una táctica muy beneficiosa para ellos pero nociva para los trabajadores. Ellos pretenden volver al neoliberalismo noventista donde tenían vía libre para hacer lo que quisieran. Como clase debemos dar una respuesta, en cada lugar que se pueda.