Continúa la impunidad racista en EE.UU. con más muertos por la policía

La justicia estadounidense decidió, otra vez, no imputar a policías que estrangularon en la calle a un hombre; agentes de la «seguridad” mataron a un niño de 12 años por llevar una pistola de juguete; a un joven de 28 le dispararon «por accidente” ; y encontraron misteriosamente muerto a un testigo del caso de Ferguson. Todos estos muertos eran negros; de hecho, una persona negra desarmada es asesinada por la policía cada 28 horas. Las manifestaciones continúan siendo masivas y algunas fueron reprimidas. Intelectuales, activistas y deportistas famosos también se suman a los reclamos. Por Lorenalia M., desde Estados Unidos, para ANRed

Eric Garner, padre de 6 hijxs, es otro afro estadounidense que murió -el 17 de julio- asfixiado por la policía. Falleció luego de que varios agentes lo increparan por las calles de Staten Island de New York, acusándolo de estar vendiendo cigarrillos sueltos. Discutieron, lo tiraron y retuvieron contra el suelo a la fuerza, se arrojaron encima de él y lo estrangularon mientras él decía al menos 11 veces: «no puedo respirar, no puedo respirar”.

El Gran Jurado de New York decidió la semana pasada no imputar a ningún policía por la muerte de Garner. Este fallo sin argumento hizo que miles de personas se manifiesten en cientos de ciudades de los Estados Unidos de América. La gente realizaba simulacros de muerte en forma de protesta y llevaban pancartas con consignas como «no puedo respirar” y la ya conocida «la vida de los negros importa”. Las protestas se realizaron de costa a costa y en ciudades importantes como New York, Seattle y San Francisco, entre otras.

Muchas de las manifestaciones han tenido detenidos y la policía actuó de manera violenta. Así fue como sucedió en California en una protesta que salía de la Universidad de la Ciudad de Berkeley, el sábado 6, donde cientos de personas, la gran mayoría estudiantes de la Universidad de dicho distrito, protestaban por los asesinatos y la injusticia racial que ocurrió con los casos de Michael Brown en Ferguson (Missouri) y Eric Garner en New York. La policía dispersó con bombas de humo, gases lacrimógenos, golpes y varias personas sufrieron quebraduras. Desde hace años no se vivía una represión tan dura en esa ciudad.

Los manifestantes quedaban anonadados ante la brutal represión policial y les preguntaban a los uniformados: «¿Que están haciendo? ¡Esto es completamente inaceptable!”. La única respuesta que tuvieron fueron palos y una persecución de varias horas. Uno de los manifestantes declaró al medio Alter-Net que los ciudadanos de Berkeley tenían que estar «avergonzados con el ayuntamiento y el Gobierno de esta ciudad donde los políticos al mando son del Partido Demócrata”, aludiendo al partido de Barack Obama, que en teoría es menos conservador que el opositor Republicano.

Ver el video:

Al Sharpton, reconocido reverendo bautista, político y activista por los derechos civiles y por la justicia social estadounidense, convocó a una marcha en Washington el sábado13, para exigir medidas al gobierno federal. Sharpton expresó: «Primero debemos enfocarnos en que el Gobierno federal haga en el siglo XXI lo que hizo en la mitad del siglo XX. La intervención federal tuvo que venir al sur a proteger los derechos civiles y el voto de las personas. La intervención federal debe venir ahora y proteger a las personas de los grandes jurados estatales que continúan exonerando cualquier búsqueda de reparación en el ámbito policial. Y de eso es lo que trata el sábado 13”.

La familia de Garner planea demandar a la ciudad por homicidio culposo, por causar agonía con dolor y sufrimiento y por violaciones a los derechos civiles.

Los deportistas negros concientes de lo que sucede en Estados Unidos se solidarizan con la causa y se manifiestan antes de salir a jugar en partidos que son televisados y vistos por millones de personas. Así lo han hecho jugadores de la NBA como LeBron James de Cleveland Cavaliers, Derrik Rose de Chicago Bulls y varios jugadores de los Nets. Todos tenían remeras que decían «no puedo respirar”, aludiendo a las últimas palabras de Eric Garner.

También se manifestaron 5 deportistas de fútbol americano del equipo St. Luis Rams que salieron a jugar con las manos arriba aludiendo al signo de protesta que significa «Manos arriba, no dispare”, que han utilizado los manifestantes en la calles refiriéndose al acto que realizó Michael Brown antes de ser asesinado por un policía. Lo paradójico fue que la Asociación de Agentes de la Policía de St. Louis declaró que está «profundamente decepcionada» por los jugadores que enviaron un mensaje silencioso, pero fuerte antes de jugar el partido contra los Raiders de Oakland.

En los medios masivos de comunicación ya es un dato a viva voz que cada 28 horas muere una persona negra desarmada en manos de la policía. La cifra da cuenta que estos casos son moneda corriente y que la justicia no hace nada para revertirlo, pero lo relevante en la actualidad es que parte de la sociedad comenzó a protestar ante estos hechos de odio racista de las instituciones del Estado.

Otro joven negro murió en manos de la policía en Brooklyn

Akay Gurley era un joven negro de 28 años, padre de una nena y bailarín en un grupo de una iglesia. El 20 de noviembre fue baleado «accidentalmente” por un policía cuando se encontraba desarmado en el hueco de una escalera poco iluminada de un edificio de viviendas sociales de Brooklyn. Las autoridades declararon que al oficial se le disparó «sin querer” el arma y que en este momento está trabajando en tareas administrativas.

Un dato curioso es que Peter Liang, el oficial que le disparó a Gurley, no respondió al contacto por radio con la policía durante más de seis minutos después del tiroteo. En su lugar, envió un mensaje a su representante del sindicato para pedir consejos. Durante ese tiempo vital para un baleado, Liang no llamó a la ambulancia y lo terminó haciendo un vecino, pero ya era demasiado tarde cuando llegó al hospital.

Kevin Powell, escritor, activista de la comunidad negra y portavoz de la familia de Gurley, dijo que quiere que el oficial sea imputado por homicidio:”No creemos que esto haya sido solo un accidente. Sentimos que esto es parte de un patrón de desprecio temerario por la vida de los jóvenes, especialmente los jóvenes de color en nuestra comunidad, es decir, los jóvenes afroestadounidenses y latinos. Esperamos que el alcalde, tal como creemos que lo es, sea sincero en sus esfuerzos para obtener justicia en este caso, particularmente a la luz de la falta de condena por parte de un Gran Jurado en el caso de Eric Garner”.

En Estados Unidos, se espera entonces la reunión en New York del «Gran Jurado” que es la instancia donde analizan si un caso va a Corte o no, para decidir si habrá juicio para Akai Gurley. Hay que tener en cuenta que los grandes jurados de los casos de Michael Brown y Eric Garner han dicho que no era necesario que vayan a Corte porque no había «evidencias de crimen” por parte de la policía.

Un testigo del caso de M. Brown desapareció y lo encontraron muerto

Shawn Gray, un joven negro de 23 años, testigo del caso de Michael Brown, fue visto la última vez cuando salió del restaurant donde trabajaba en la noche de Día de acción de Gracias hace más de diez días y lo encontraron muerto en el Rio Des Peres de St. Luis, Missouri el 4 de diciembre. La familia reclama que se investigue su dudosa muerte porque, desde un principio, la policía no estaba investigando la desaparición y luego de insistir lo han encontrado varios días después. Gray, podría haber sido de nuevo testigo si se realiza un juicio al policía Darren Wilson y también podría haber dado información para futuras investigaciones. Es curioso como los medios de comunicación estadounidenses no comentan ni asocian este crimen con todo lo sucedido hasta ahora.

En Ohio la policía mato a un niño de 12 años

Tamir Rice, un niño afroamericano de 12 años de edad fue muerto a tiros por la policía el mes pasado. Rice, que estaba en sexto grado, fue asesinado después de que una persona llamó al 911, donde reportó haber visto al niño con un arma, la cual resultó ser una pistola de perdigones. Sin embargo, en varias ocasiones la persona que llamó dijo que le parecía falsa.

Un video muestra al oficial de la policía de Cleveland Timoteo Loehmann disparar al niño inmediatamente después de salir del patrullero desde una distancia de unos 10 metros. El jueves 4, el fiscal general Eric Holder declaró que el Departamento de Justicia ha encontrado un patrón o práctica de «uso irracional e innecesario de la fuerza» por el Departamento de Policía de Cleveland. Esto evidencia la brutalidad policial y el miedo racista de la sociedad estadounidense.

Son interesantes las reflexiones que realizaron Graham Weatherspoon, detective afroamericano retirado del Departamento de Policía de Nueva York y Mychal Denzel Smith, escritor joven y activista por los derechos humanos en el noticiero Democracy Now.

Graham Weatherspoon reflexiona que en su experiencia como detective vio durante años que todos los procedimientos ante este tipo de hechos son racistas; y eso involucra a la institución policial que es racista y no prepara a sus agentes para salir a la calle, a los médicos que ocultan este tipo de hechos en las guardias de los hospitales y a la Justicia Penal que no aplica justicia con casos de la comunidad negra. Refiriéndose al asesinato de Garner, el detective retirado comenta que en New York es un delito grave cortarle la respiración y la llegada de sangre al cerebro a una persona, pero más aún cuando se muestra indiferencia a la vida humana.

Mychal Denzel Smith dice que lo que se está discutiendo es la capacidad de eliminación de la vida de la comunidad negra: «La razón por la cual Michael Brown estuvo en la calle tirado cuatro horas y media se debe a que se trataba de un hombre negro. La razón por la que la policía se presentó en la escena a disparar a Tamir Rice cuando él estaba sosteniendo una pistola de juguete en Cleveland es porque él era un muchacho negro. Tenemos un sistema con leyes racistas e injustas, por lo tanto, la aplicación de la ley entonces no tiene más remedio que ser racista e injusta”.

Ambos concluyen que no se está hablando solo de la brutalidad policial, sino de problemas raciales y que lo principal es ver cómo se de-construye en la sociedad estadounidense la supuesta amenaza que es la negritud, y el resto de las comunidades que no son blancas, y eliminar el paradigma racista.

Fuentes: Alter-net.org; Democracy now; Hip hop news