24/06/2006

«Hay un desequilibrio y una desproporción absoluta en todos los órganos de gobierno universitario»

1-28.jpgEl jueves 22, una multitudinaria asamblea interfacultades resolvió la toma total de la sede neuquina de la Universidad Nacional del Comahue (UNCO) en el marco de un plan de lucha por la democratización de la unidad académica. En esta entrevista, Guillermo Martín Martínez, presidente de la Federación Universitaria del Comahue (FUC) explica el conflicto y sostiene: «Acá hay un conflicto político muy serio que atraviesa a la universidad y hay una crisis sin precedentes porque los sectores que estaban participando del cogobierno con proporciones marginales no están dispuestos a seguir haciéndolo así. Esto obliga a la necesidad de discutir una reforma política plural.»


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 ¿Cuál es el origen del conflicto?

 Guillermo Martín Martínez: El origen del conflicto tiene que ver con una necesidad que empezado a discutir en la universidad: una reforma política que permita una participación plural en todos los ámbitos de la universidad, sobre todo en aquellos sectores en que se toman las decisiones, que son los Consejos Directivos y el Consejo Superior.

Originalmente, hubo toda una cuestión técnica legal de procedimientos que nosotros agotamos, como convocar a un Consejo Superior extraordinario para discutir el temario de la Asamblea Universitaria. Finalmente, no se dio lugar a este pedido y se convocó a una asamblea únicamente para elegir rector. Nosotros, de ahí en más, nos empezamos a manifestar para discutir que no se priorice la elección del rector a la elección de una reforma política, a través de una reforma de estatuto que contenga éstos ejes de lo que denominamos Democratización.

Hay antecedentes en la Universidad del Comahue acerca de esta discusión. En el año 2002, la asamblea que elige a la anterior rectora (se refiere a Ana Pechén), tenía, dentro de sus temas, el trabajo acerca de la democratización en dos ejes: uno, que era elección directa de autoridades y el otro, era claustro único docente. Esa asamblea pasó a cuarto intermedio y nunca se reconvocó.

En el 2003, se volvió a llamar a una Asamblea Universitaria que contenía estos puntos y hubo algunos problemas de regularidades en la presentación de los proyectos y en la interpretación del temario que obligaron, a los sectores estudiantiles, a impedir que se haga esa asamblea porque iba a salir una reforma muy retrograda respecto de lo que era el estatuto. No constituía ninguna base sino que era un riesgo serio de que se volviera incluso a la Reforma del ’18, en la que prácticamente, a través del aumento de las proporciones de los sectores docentes, se excluían a los demás órganos de gobierno.

Esos son los antecedentes, el claustro único docente y la elección directa. Esta última, tiene que ver con cómo se eligen las figuras del decano y del rector, que actualmente se hace de manera indirecta. Al decano lo eligen los consejeros directivos y al rector, los decanos, los consejeros directivos y los consejeros superiores. Frente a esto se presentaba la posibilidad de elegirlos de manera directa a través de un voto ponderado por cada uno de los claustros y cada una de las unidades académicas.

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 ¿Esa elección qué porcentajes tendría?

 GMM: Había muchos proyectos. En principio se ponderaba que el aporte relativo de cada uno de los claustros sea el mismo. Es decir que el total de los votos de los estudiantes sea un cuarto de los votos; el total de los votos de los no docentes era un cuarto del total y el total de los votos de los graduados y los profesores sean los mismos.

Hubo varias propuestas de implementaciones porque hay facultades muy chicas, hay otras muy grandes, también hay facultades en que la cantidad de no docentes es disímil respecto a otras, entonces, era bastante complicado de implementar sin que haya algún tipo de desequilibrio. De todas formas, el tema de la elección directa es un eje sobre el cual sacamos ya la democratización porque creemos que lo importante de esto y la consecuencia de la reforma del ’18 es juntamente reafirmar el cogobierno universitario. Elegir de manera directa a un rector o a un decano significaría atribuirle funciones por encima de ese cogobierno y no como actualmente es, que el decano es el presidente de un órgano de gobierno y representante de una facultad de la misma forma que el rector es representante del Consejo Superior, el presidente y representante de una universidad. Pero no tienen atribuciones de gestión y de decisión que superen las incumbencias de cada uno de esos órganos de gobierno.

Nosotros decimos que, si dan a elegir de manera directa estas figuras por encima de los órganos colegiados y de los órganos de cogobierno, sería darle un carácter relativamente superior al que actualmente tienen y reafirmar el cogobierno. Así que no hemos corrido del eje de la elección directa y actualmente no estamos a favor.

Con respecto al otro eje, que es el claustro único docente, actualmente, la universidad tiene un poco más de dos mil docentes, los cuales están desglosados en profesores y sus tres categorías que son: titulares, asociados y adjuntos; auxiliares de docencia: ayudantes de primera, los jefes de trabajos prácticos y después son los demás claustros. La propuesta del claustro único es que todos aquellos que ejerzan roles de docencia dentro de la universidad participen políticamente dentro de un único claustro. Esto es importante porque, actualmente, los profesores que se han regularizado a través de concurso, participan a través del claustro de profesores y, los no regularizados, pero que igualmente son profesores, participan del claustro de graduados.

O sea que hay una usurpación de claustros en algún sentido, porque los que serían docentes estarían participando a través de un claustro de graduados, dejando por fuera a aquellos graduados que están fuera de la universidad. Digamos que hoy tienen copada su participación por los sectores docentes.

Esos son básicamente los dos ejes históricos sobre los que se ha discutido en la universidad.

En función de los planteos que se están haciendo en este momento y la resolución del Congreso Extraordinario de la Federación que tuvimos los sectores estudiantiles, se estimó que aparte del eje de claustro único docente, debiera reflotarse un reajuste de las proporciones en las que participan los sectores estudiantiles en los órganos de gobierno. Por ejemplo, en los órganos directivos hay seis profesores y tres miembros de cada uno de los claustros, de forma que el 40% de las decisiones del consejo directivo, corren por cuenta de un solo sector. En el Consejo Superior, si bien los sectores tienen cinco cada uno, hay nueve decanos que son profesores y alteran todas las proporciones, con el agravante de que los sectores que participan del claustro de graduados, no son en sí graduados, sino que son docentes pero con menor nivel en la categoría de docentes.

De los 2000 docentes hay solamente 470 profesores regulares. Es decir que, la cuarta parte, tiene concentrado el poder de toda la universidad, porque tienen la mayoría en todos los órganos de gobierno, de forma que 470 sobre 35 mil, que es más o menos un censo de la comunidad universitaria, son los que regulan cada una de las decisiones de la universidad.

Entonces, hay un desequilibrio y una desproporción absoluta en todos los órganos de gobierno universitario y nosotros estamos convencidos que es necesario rectificar. En principio, deben aumentarse la participación de los sectores estudiantiles en los órganos de cogobierno y eso es lo que nos ha traído hasta acá. Después, todo esto que es el eje original sobre el que estábamos discutiendo, se agravó con una pseudo Asamblea Universitaria que se hizo en la ciudad de Cipolletti, en función de que nosotros habíamos ocupado el edificio en el que se iba a sesionar esa asamblea, y decidieron hacerla en un sindicato con la participación de algunos de los asambleístas. A partir de este hecho, se ha abierto un nuevo eje de discusión acerca de cómo se legitima una gestión universitaria, que nosotros sostenemos que no existe.

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 Ahora que la jueza Carolina Pandolfi aprobó la elección del rector, ¿cuál es la situación de ustedes? ¿Cómo piensan afrontarlo?

 GMM: El fallo de la jueza es escandaloso en términos de que, primero, genera un antecedente muy grave para el resto de las universidades porque implicaría que cualquier órgano de gobierno, con el sólo hecho de tener quórum, podría juntarse en cualquier lugar con una convocatoria absolutamente informal y violando todos los estatutos de las universidades. De hecho, el quórum, que en su sentencia la jueza argumenta que, como esta reunión de asambleístas tenía quórum, era una asamblea. Y no era una asamblea porque debe tener quórum pero legalmente constituida en un espacio de convocatoria definido, con una metodología de trabajo definida y todo eso se violó. No existió Asamblea Universitaria y el fallo de la jueza es de un corte netamente político y aparte es, en término de argucias legales, absolutamente insostenible. Nosotros confiamos en que los sectores que hicieron la presentación original fueron sectores docentes que no los dejaron presentar sus listas, y que apelarán el fallo y tendrán algún resultado favorable.

También hay que decir que la Asamblea Universitaria no está legalmente conformada, porque no están conformados los representantes del Consejo Superior de los claustros de estudiantes, graduados y profesores. Es decir que de los cuatros claustros, hay tres que no tienen consejeros superiores y a la Asamblea Universitaria la conforman los consejeros directivos, los decanos y los consejos superiores. Faltan elegirse tres decanos, faltan los representantes de tres de los cuatro claustros y, aparte, hay ilegalidades en la convocatoria y en la conformación de la elección tan grande que de ninguna manera puede considerarse eso una Asamblea Universitaria.

Lo dijo Boccanera (se refiere a Daniel Boccanera, ex decano de la facultad de Ingeniería) «vamos a trabajar para que dentro de cuatro años seamos la mayoría total y absoluta». Es gravísimo porque no hay posibilidad de pensar diferente, porque no solo quieren dejar fuera de la universidad al movimiento estudiantil que puede estar más o menos radicalizado, sino que al profesor pequeño burgués que se le ocurre opinar un poquito en disidencia, ya ahí lo matan.

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 ¿Hay alguna instancia donde ustedes puedan presentar una propuesta de democratización?

 GMM: Sí, estamos trabajando para presentar una propuesta a futuro del consenso del sector estudiantil. De hecho, el primer congreso que tuvimos hace unas semanas era con el objetivo de empezar a avanzar con cuestiones con las que acordemos y empezar a fundar un nuevo proyecto. Y nosotros seguimos en esa instancia y sabemos también que, necesariamente, después vamos a tener que salir a discutirlo con el resto de los sectores.

Actualmente, en la toma del rectorado, nos venimos juntando con sectores de oposición que son los que se han acercado a discutir cuál es la caracterización que los sectores hacen de los que significaría un proceso de redemocratización de la sociedad. Bueno, todo esto enmarcado en una situación muy conflictiva donde los medios reflejan solamente una campana.

La política de universidad que ellos quieren imponer es un proyecto totalmente servil a lo que es la Ley de Educación Superior. Una universidad reducida, con un perfil de extensión hacia el mercado. Por ejemplo, Boccanera es el principal gestor de introducir la ley adentro de la universidad. Una semana antes de que comenzara el conflicto, con una impunidad total y demostrando que realmente le importa poco, impuso las PPS (Prácticas Propiedades Supervisadas) en la carrera de ingeniería, votadas y propuestas por un estudiante, de estos grupos autoconvocados que arman ellos, la proponen y la votan. Obviamente, todos los estudiantes de ingeniería se vuelven en contra. Pero actúan con tal impunidad, no les importa nada. Y esto de gobernar con la jueza lo venimos sufriendo desde la toma del 2004 hasta ahora.

Aún cuando sea válida la resolución de la jueza, tiene irregularidades gravísimas, entre ellas la falsificación de un acta de asistencia, que en su sentencia habla de un quórum fundado en un acta de asistencia. Esa acta está adulterada porque figuran como presentes consejeros directivos de cada uno de los claustros, siendo que estaban acá en Neuquén. Y aún cuando el quórum sea una condición suficiente para determinar si hay asamblea, que de hecho no lo es, ni siquiera estaba el quórum.

Esto demuestra que la universidad no puede gobernarse a través de fallos judiciales ni a través de actas notariales en escribanía. Acá hay un conflicto político muy serio que atraviesa a la universidad y hay una crisis sin precedentes porque los sectores que estaban participando del cogobierno con proporciones marginales no están dispuestos a seguir haciéndolo así. Esto obliga a la necesidad de discutir una reforma política plural y va a significar la resignación de la cuota de poder que han retenido el sector de los profesores.

Insistimos que esta concentración que ha sido mala y que ha sido distorsiva de lo plural en la universidad, no es algo asociado directamente a la figura del profesor sino que es la lógica de esta misma concentración de poder, la que hace que estos sectores conformen una especie de camarilla que toman las decisiones de la universidad. Sostenemos que no depende de ellos sino que es una cuestión asociada a la concentración de poder.

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