27/10/2014

Desaparecidos y silenciados: de Argentina a México

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A 10 días de la aparición del cuerpo de Luciano Arruga, el caso sigue rodeado de irregularidades institucionales, poca y defectuosa cobertura de los medios masivos, y falta de respuestas de parte de las principales autoridades bonaerenses. En México se cumple un mes de la desaparición forzada de los 43 estudiantes, también con poca cobertura de los medios masivos. Además hoy, 27 de octubre, se cumplen 8 años de la muerte de Brad Will corresponsal de Indymedia asesinado en Oaxaca, México, mientras cubría la represión hacia la APPO que también contó con un fuerte cerco mediático. Por Ramiro Giganti, para ANRed / Videos: TV PTS, QM Noticias.

1) A 10 días de la aparición de Luciano Arruga

El pasado 17 de octubre, luego de 5 años y 8 meses de impunidad, ocultamiento y cercos mediáticos, fue encontrado sin vida el cuerpo de Luciano Arruga, luego haber sido enterrado como NN, en el cementerio de Chacarita. Luciano habría sido atropellado en la General Paz tres horas después de desaparecido, y luego operado sin éxito en el Hospital Santojanni. Todavía no se tiene información sobre qué ocurrió durante esas tres horas, lo que se sabe es que su familia había visitado el hospital buscando a Luciano esa misma noche sin recibir información alguna. Gran parte de los medios masivos, que durante más de 5 años dijeron poco y nada sobre la desaparición de Luciano, tomaron las conjeturas para instalar la hipótesis del accidente y cerrar el caso. Poco y nada dicen de las denuncias probadas de torturas del destacamento del Lomas del Mirador, donde el mismo Luciano fue castigado el 22 de septiembre del 2008, unos meses antes de su desaparición.

Mientras en algunos informes aparecen algunas precisiones sobre el caso, lo que abunda, principalmente, desde los titulares – que es lo más leído – es la confusión, en el mejor de los casos. Disfrazados de «pluralidad de voces” los mismos medios masivos que ocultaron el caso durante años, contrastan la hipótesis del «accidente” con algunos datos contundentes que derrumban esa hipótesis, pero al ubicar lo primero en los títulos es esa la información más difundida, aún en los medios que desarrollan el caso.

Al desigual tratamiento de la información se le suma el desigual tratamiento de esta noticia en relación a otras, en los pocos momentos que es tratado. Un ejemplo de ello fue cuando el martes pasado el programa «Palabras más, palabras menos” del canal TN, conducido por Ernesto Tenembaum y Marcelo Zlotogwiazda. Fue de los pocos de ese canal que trataron el tema, sin embargo, la primer media hora (dato no menor sabiendo que el programa sale a las 23 horas, lo que puede generar que mientras más tarde salga un informe menos audiencia tenga) fue dedicada a debatir sobre si Tinelli es o no una «personalidad destacada de la cultura”, mientras que la entrevista a Vanesa Orieta solo ocupó los últimos 10 minutos, y para incrementar la banalización del caso su apellido fue mal escrito (el zócalo decía «Vanesa Orieto”).

Si alguien piensa que «a caballo regalado no se le miran los dientes”, es importante insistir en que el derecho a la información no es un regalo, es un derecho.

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No es la primera vez que ocurre con uno de los pocos programas que por lo menos alguna vez trató el tema, aunque tarde y no con toda la información pertinente. En el año 2010, con más de un año de impunidad y poca difusión en los medios, este programa fue uno de los primeros de ese canal en informarlo (aunque muy tarde, ya que durante los primeros meses ningún canal de televisión informó sobre Luciano, recién a partir de aquella acción en el programa CQC, empezó a aparecer el caso en algunos pocos medios televisivos, aunque no lo suficiente).


Sin embargo, en ese año, ese mismo programa contó con un contraste violento: al bloque siguiente de informar sobre el caso Ernesto Tenembaum entrevistó a Francisco De Narvaez. No le hizo ninguna pregunta sobre el caso, ni sobre la ONG VALOMI, conducida por Gabriel Lombardo, perteneciente a su misma fuerza política, cuando esa organización había promovido la creación del destacamento Donde Luciano había sido brutalmente castigado. Si la orden era no preguntarle nada comprometedor por algún interés espurio, esto es un «piedra libre” a la corrupción, pero si no se le preguntó nada por desconocimiento, lo que queda en evidencia es que estos periodistas, tan prestigiosos y bien remunerados no serían tan buenos en su profesión. ¿Cómo es posible que activistas o integrantes de medios alternativos conozcamos lo que ellos, comunicadores de élite, no conocen?

Volviendo a estos 10 días. La noticia fue desapareciendo de los medios masivos, pero no de los medios alternativos y comunitarios. El miércoles pasado se realizó una emisión especial en conjunto entre varios medios alternativos del programa «Desde Afuera” de Radio Zona Libre, pero junto con La Retaguardia y retransmitido por muchas otras radios alternativas y comunitarias de la RNMA. En un emotivo programa, de más de 3 horas de duración, repasaron viejas entrevistas a Vanesa, y con Moni, la madre de Luciano, en el piso realizaron también emotivas entrevistas a Pablo Pimentel, de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH) de la Matanza (que viene acompañando el caso desde el principio), Nora Cortiñas (madre de Plaza de Mayo), Nilda Eloy (compañera del desaparecido Julio López) y Angélica Urquiza (madre de «Kiki” Lezcano, también asesinado por la policía y enterrado como NN, en otro caso rodeado de irregularidades institucionales).
Siguiendo con el doble discurso en torno a los Derechos Humanos: el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, durante un homenaje en el Teatro Argentino en La Plata por el aniversario de la fundación de Abuelas de Plaza de Mayo, evadió responder una pregunta sobre el caso Luciano Arruga.

Aparentemente, para muchos funcionarios, los Derechos Humanos son más importantes para hacer campaña que para comprometerse con el respeto a estos. Siguiendo con esto, otro funcionario claramente responsable por su cargo, el actual Ministro de Justicia bonaerense Ricardo Casal, en ese entonces (2009) también Ministro de Seguridad, declaró que «el caso de Luciano Arruga es un tema Hospitalario” . Ricardo Casal tiene un prontuario consecuente con estos episodios: en 1973, con solo 18 años fue designado agente del Servicio Penitenciario Bonaerense en la Unidad 9 de La Plata, a través de gestiones de familiares directos. Luego del golpe de estado en 1976 Casal permaneció en la Unidad 9 y fue ascendido sucesivamente en la carrera penitenciaria. Entre 1976 y 1982, varios presos políticos que pasaron por la Unidad 9 lo habrían reconocido participando en interrogatorios realizados en salas especiales dispuestas en el penal. El «ex” represor fue quien estaba al frente de la conducción de la policía bonaerense durante la desaparición de Luciano Arruga, y actualmente sigue ocupando el cargo como Ministro de Justicia de la Provincia de Buenos Aires.

La desaparición de Luciano se dio en el medio de un contexto de fuertes campañas mediáticas de criminalización de la pobreza y la juventud, donde el discurso en torno a la «inseguridad” estaba dirigido hacia pedidos de mayor mano dura, y un fuerte Lobby de varios sectores para bajar la edad de inimputabilidad (es decir, condenar a menores). El silencio de los medios sobre un caso de un pibe desaparecido y muerto sin motivo, que había sido castigado por la policía en un destacamento creado en torno a demandas de «mayor seguridad” no es casual: difundir esa noticia significa el derrumbe de los argumentos de quienes piden mayor «mano dura” o criminalización de jóvenes y pobres. No es un hecho aislado. Algo similar sucede, por ejemplo, cuando en un actual contexto donde se habla mucho y se informa poco sobre «inseguridad y narcotráfico” y no se le dedica el espacio mediático pertinente a una noticia internacional de gravedad como es el caso de los 43 estudiantes desaparecidos en México.

2) La impunidad y los desaparecidos en México: una historia repetida

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La relación entre el caso de Luciano Arruga con la desaparición forzada de los 43 estudiantes mexicanos de la Escuela Normal rural de Ayotzinapa, no tiene solo a la figura del «desaparecido” como eje común, sino también por el cerco mediático y la prueba, al conocerse más información sobre que los cuerpos policíacos y los grupos criminales son una misma cosa. Es decir, que las fuerzas represivas que justifican su existencia como «fuerzas de seguridad” son quienes generan la inseguridad y el crimen.
Estos hechos ocurrieron entre la noche del 26 y el 27 de septiembre, hace exactamente un mes, cuando policías municipales de la ciudad de Iguala (Estado de Guerrero) atacaron a estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, periodistas y civiles en cuatro episodios de violencia. Además de los 43 estudiantes desaparecidos hubo 6 muertos y 17 heridos.

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Este hecho tiene antecedentes recientes, ya que en 2011 los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa se trasladaron a Chilpancingo de los Bravo (capital de Guerrero) para solicitar el cumplimiento de un pliego petitorio, que entre otras cosas demanda la reparación de las instalaciones del plantel y el aumento a los recursos para su sustento. Ante la negativa a sus reclamos el 12 de diciembre de ese año, los manifestantes bloquearon la Autopista del Sol y fueron reprimidos por la policía. Durante ese episodio murieron por disparos dos estudiantes (Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús). Un empleado de una estación de servicio sufrió serias quemaduras al intentar apagar el incendio causado a dos bombas dispensadoras disparadas por la policía, y murió días después.

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La represión policial y parapolicial en México tiene una larga historia. Durante el año 2006, la ciudad de Oaxaca atravesó un fuerte conflicto iniciado por una huelga docente, pero que terminó repercutiendo en toda la ciudad e incluso el país. Esta mención conecta lo mencionado anteriormente con otro episodio de represión, muerte y cerco mediático donde también aparece el rol de los medios alternativos, como un protagonista ignorado.

3) A 8 años del asesinato de Brad Will

Parece un tema distinto pero no lo es. Tal vez la mayoría no recuerde aquellos episodios de lucha en Oaxaca, y lo que fue la Asamblea Popular de los Pueblos de Oaxaca (APPO). Lo cierto es que la ciudad fue protagonista de una enorme insurrección que atravesó casi todo el año 2006, llegando a desplazar a las instituciones gubernamentales creando una organización comunal que se sostuvo durante meses, no sin fuertes episodios de represión con desaparecidos y muertos.

«La casa de gobierno estaba vacía, las calles tomadas, sin embargo desde la autogestión el sistema funcionaba”, comentó una argentina que visitó Oaxaca entre mediados de septiembre y fines de Octubre. Los testimonios dan cuenta de un proceso, que nació con una huelga docente, pero que desembocó en 5 meses con una ciudad prácticamente «tomada” por una rebelión popular. «Las autoridades no pasaban las barricadas. Municipios autónomos se empezaron a formar en los alrededores de Oaxaca”, relató esta argentina.

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Sin embargo es importante mencionar que la insurrección en Oaxaca no fue algo totalmente espontáneo o disparado solamente por una huelga docente, sino que es una lucha que viene gestándose años atrás. «Todas las cuadras tenían su plantoncito, en donde se juntaban vecinos, no necesariamente militantes, incluso viejitos, que se juntaban y tenían sus asambleas”, continuaba el relato.
El rol de los medios corporativos ligados a sectores gubernamentales fue de una alevosía inocultable. El cerco mediático fue enfrentado desde los medios alternativos, principalmente las radios comunitarias que informaban lo que los medios masivos callaban. Tanto «Radio Cacerola” , como «Radio Plantón” , ocuparon un rol importante, junto a Indymedia y otros sitios mediante los cuales se difundía por internet el conflicto hacia el mundo.

Uno de los asesinados fue el corresponsal y documentalista Brad Will, integrante de Indymedia Nueva York, pero conocido y querido por varios activistas y comunicadores de Latinoamérica (incluído quien escribe) por sus viajes acompañando movimientos sociales en todo el continente.

TAPA_5-69.jpg Brad fue asesinado el viernes 27 de Octubre de 2006 en Oaxaca, cuando cubría aspectos de la violencia desatada en el centro de la ciudad por el conflicto entre el sindicato de maestros junto a la APPO, y las autoridades de la entidad. Brad había sido desalojado de una ocupación en Nueva York, demandó a la policía por abuso y con el dinero que recibió emprendió un largo viaje por América Latina. A este viaje en el 2002 le siguieron otros en los que acompañó y cubrió muchos acontecimientos importantes del continente: desde las movilizaciones contra los organismos multilaterales en Fortaleza y Quito; la resistencia de los sin techo en Goiania; las movilizaciones de la comunidad Aymara en El Alto en Bolivia; los piquetes y asambleas populares en Argentina, hasta la comuna de Oaxaca, en México. En Buenos Aires, visitó fábricas recuperadas, como también la Villa 31 y solía merodear por la biblioteca de la FLA, en el barrio de Constitución.

La muerte de Brad tiene muchos elementos de una fuerte carga emotiva, por un lado porque «filmó su propia muerte”, algo similar a lo que había ocurrido con el camarógrafo y periodista argentino Leonardo Henrichsen en Chile, mientras filmaba la sublevación militar conocida como el «Tanquetazo”, pocas semanas antes del golpe de estado que derrocó a Allende.

Brad Will recibió un balazo mientras filmaba los ataques de sicarios que respondían al PRI. Si bien en ese año, medios locales señalaron que Pedro Carmona, un ex presidente vecinal del municipio de Santa Lucía del Camino, fue quien disparó contra Brad Will el 23 de Mayo del 2012, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Oaxaca junto con elementos policiales de la Agencia Estatal de Investigación detuvieron a Lenin Ovidio Osorio Ortega, acusado de ser el autor material del asesinato. Osorio Ortega al momento de la detención contaba ya con antecedentes penales y según la propia investigación ya había sido detenido por portación ilegal de arma de fuego.

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En los informes de medios masivos sobre la muerte de Brad, se habló de él como «periodista independiente” o «cineasta” pero en la gran mayoría se omitió informar que pertenecía a la Red Indymedia, probablemente para evitar darle difusión a un medio alternativo que comunica por fuera del Lobby empresarial corporativo. Incluso, desde el gobierno de Oaxaca se llegó a hablar de Indymedia como una red «terrorista”.


Notas en ANRed sobre Luciano Arruga:

 Volver a desaparecer a Luciano Arruga

 La movilización que rompió un cerco: la historia de Luciano Arruga

 La mamá de Luciano Arruga y sus palabras necesarias

Noticias en ANRed sobre los 43 normalistas desaparecidos:

 Ayotzinapa: ocultamiento y complicidades

 México: justicia por caso Ayotzinapa

 México: Paro y movilizaciones exigen justicia por caso Ayotzinapa

 Pienso»¦ luego me desaparecen

 Los 43 estudiantes mexicanos continúan desaparecidos

Notas en otros medios sobre el proceso de Oaxaca y el asesinato de Brad Will:

 Historias de Oaxaca

 Brad Will asesinado en Oaxaca: «mataron a uno de los nuestros»

 Fuerzas federales irrumpen en Oaxaca



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