15/10/2014

Entrevista a Estela De La Cuadra: testimonio de lucha y resistencia

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De humilde origen, de campos y caminos de tierra; de una juventud atravesada por la lucha y la resistencia política; y una madurez poblada de memorias de fuego. En diálogo con ANRed, Estela De La Cuadra, tía de Ana Libertad, la última nieta recuperada, nos ofrece una crónica detallada de tres generaciones enmarcadas por la lucha por los Derechos Humanos, y las resistencias a la represión de la dictadura y al olvido en el paso del tiempo. Por ANRed / Fotos: Lula Guaquel. (Entrevista: Segunda entrega)


Entrevista a Estela De La Cuadra (Segunda entrega)

Tras las huellas del represor: los primeros pasos de las Madres

Haciendo un repaso de los pasos que comenzaban a hacer los padres de Estela, luego de la desaparición de uno de sus hermanos «“Roberto José- la entrevistada dijo que: «Así empezó la cuestión para mamá y papá, sobre qué hacer. Lo primero que hicieron fue el Habeas Corpus. Esa fue una medida urgente, legal. Cuando mamá fue a encontrarse con su consuegro, también obrero de YPF,él le dijo que habían secuestrado a la esposa de Roberto José. Como faltaban sus documentos, le dijo que iba a ir a YPF y lo iba a pedir en personal. Pero ahí le dijeron que el día anterior ya habían retirado el legajo de Roberto José. De todas maneras un abogado hizo el Habeas Corpus que posteriormente, lo desaparecieron también.”

Contextualizando el relato, Estela comentó que en 1977, mientras sus padres pensaban cómo continuar la búsqueda de su hijo desaparecido, nació su segundo hijo.
«En enero de 1977 Elena y Héctor nos contaron que estaba embarazada. Si era varón se iba a llamar Estaban, por el padre de Héctor y si era nena Ana, en homenaje a Ana Santucho (fusilada de cinco tiros estando embarazada de cinco meses). Enero del «™77 fue la última vez que veo a Elena, que ya sabíamos que estaba embarazada, y a Héctor.”

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Un rato después, De la cuadra comenta cómo son secuenstrados su hermana y cuñado: «El 23 de febrero de 1977, en La Plata, en la calle 33 entre 24 y 25, son secuestrados en casa de una odontóloga compañera de militancia, mientras realizaban una reunión en su consultorio. En esa reunión estaban la doctora Norma Estela Campano de Cerro, Elena, Héctor, Pedro Simón Campano (estudiante de la facultad de humanidades, que había sido policía y dejó luego de explicarle a sus hermanos por qué dejaba la policía, que no tenía nada que ver con eso y que además, había sido trabajador del Astillero Río Santiago, donde era delegado de un cuerpo de delegados fantástico); también estaba «el pancho” Luis Fracarolli Molina, que había activado y era delegado del Ministerio de Economía y pertenecía a la cátedra de Psicología General I; y «el negro” Bonín, Eduardo, que era el referente del cuerpo de delegados. Se los llevaron en un operativo terrible. Según se dijo en el barrio esa noche, cuando los intiman, porque habían copado las azoteas y demás, salió primero una mujer joven embarazada. Elena era delgada, así que la panza seguro era notoria, y era verano, con lo que habría estado con un vestidito liviano. Y sí, tenía panza. Después salió un hombre alto y flaco, «el flaco bara”, Héctor; y después, los demás.”

Elena De La Cuadra, niñez y juventud.

A la madre de Estala, entonces, cuando se entera de la desaparición de su hija «“la segunda desaparecida de la familia- ya sabía cómo operar, con el Habeas Corpus. Tenía la experiencia de Roberto José, pero lo que se le presentaba de novedoso, un embarazo de por medio. Según Estela, su padre estremecido «no podía concebir semejante cosa”.

Nuevo escenario: ahora son los nietos detenidos-desaparecidos

«Entonces empezaron a hacer sus movimientos. Fueron y visitaron a distintas autoridades, iglesias, etc. Continuaron con los Habeas Corpus nuevamente (todo esto está documentado, ya que logré rescatar los originales de la Corte). Así fueron caminando las iglesias, los distintos sacerdotes de barrio o lo que sea, y todos los fueron encaminando a que vieran a Graselli.”

«Emilio Teodoro Graselli era el secretario particular del Vicario Castrense, que era «el capo de tuti capi”, que asistían a las fuerzas armadas del país, a sus familias y a sus sirvientes. Este hombre atendía en la Capilla Estela Maris, que es la que está en Comodoro Py.

¿De qué dio cuenta todo esto?: que ya tenían todo organizado. Qué tenía que hacer, quienes asistían espiritualmente a los represores, con los familiares de los reprimidos, de los desaparecidos, qué función cumplieron.

Con el tiempo, veríamos que cumplieron la función de polea de transmisión de las políticas que la Iglesia elaboró con los militares. «Más claro hechale agua”, está situación se terminó de ventilar con lo de Mendía en Bahía Blanca y «la solución final”. Después de secuestrar a miles de personas, qué hacían con los cuerpos: tirarlos al mar fue una solución cristiana.

Con todo eso es que ellos formaron parte de esa política represiva. Y siguieron siendo activos en cuanto a la tarea de canalizar a los familiares para el lado que ellos quisieron: desinformarlos, desorientarlos, socavarlos moralmente o como sea, en nombre de Dios, de Jesucristo y todo lo que se les ocurrió. Esa función tuvo Graselli.”

En este marco, lo que le dijeron cuando empezaron a moverse a los padres de Estela al igual que los del ”negro” Bonin, y de Baratti y algunos más que tenían a sus hijos desaparecidos fue «bueno, dentro de una semana vuelva”. Según De la cuadra, al volver los padres a la semana siguientes recibieron una respuesta poco alentadora: «señora usted no me dijo que Elenita estaba embarazada”. Esto se debía a que sus padres no habían nombrado el embarazo ni tampoco la relación entre Héctor y Elena ya que «tenían terror de meter la pata, no era por negarlos sino por protegerlos de esa cuestión porque no sabían cómo resolvían esa situación”.

«Graselli dijo eso y ¿cómo supo él que Elena estaba embarazada?. Les dijo que estaba en La Plata, a las afueras de La Plata. Mamá le preguntó: dónde, concretamente. Y Graselli les dijo que no se lo podía decir, porque iba a empezar a dar vueltas por el lugar e iba a ser peor para ella. Luego de esto mamá hizo un recurso de amparo por NN persona por nacer.”

Elena De La Cuadra (derecha) y una amiga.

Con sus acciones, los padres de Estela lograron que en aquel invierno, en el juzgado de Cordero, con la asesora de menores Pegenauti se hiciera lugar al amparo de esa persona por nacer. Este recuerda que los padres le decían que «estamos orgullosos, contentos, mirá lo que hemos logrado”.

«Los hijos que hoy te faltan, le está faltando a la patria”

«Esta situación de compartir información; de encontrarse en lugares como, por ejemplo, lo de Graselli, los juzgados, las Casas Cuna, Hospital de Niños, la visita a todos los partidos políticos (ir a ver a Balbín de la UCR). Todo esto facilitó que las madres de los desaparecidos se conocieran. Y se fueron encontrando.

El 30 de abril de 1977 se realizó la primera marcha, que fue gestada desde esos lugares de intercambio de información. Ahí estuvo Hebe de Bonafini, su hijo había sido secuestrado ocho días antes que Elenita. Compañero nuestro, Jorge era de la Faculta de Física.

Alicia

Se logró realizar esa marcha, Plaza de Mayo fue un esbozo. Desde ese invierno, mamá y papá acuden al encuentro con Hebe de Bonafini, donde pensaron qué hacer y qué no hacer. Yo les había llevado una poesía que decía (ya no me olvido de lo que decía esa partecita) «˜los hijos que hoy te faltan le están faltando a la patria»™. Ese fue mi aliento, para que sigan, para que caminen. En todo ese es el invierno del «™77, se encontraban con Hebe y se iban a la plaza para hacer la ronda. Papá, camina por las veredas de enfrente a la plaza.”

El cerco se cierra y adentro sólo queda el Terror de Estado

«En septiembre de 1977, en Mar del Plata, fue secuestrado un concuñado mío y su mujer. Raulito Bur y Alicia, su esposa, dejando cinco hijitos. Raúl era el cuñado de Soledad, mi hermana que para entonces ya estaba exiliada en Italia. Con ellos desaparecidos, los militares ocuparon los campos que tenían cerca de Mar del Plata, esto formó parte de la represión a la organización donde estábamos nucleados nosotros; y de toda la represión que se gestó en Mar del Plata. Esto agravó la situación.

Fijate vos: una consuegra de mamá, la mamá de Héctor, con un hijo desaparecido; y, ahora, otra consuegra de mamá, que también se suma con otro hijo desaparecido.

En octubre del mismo año -1977-, fueron a reclamar a la junta de los militares, las madres y otros familiares de desaparecidos y fueron reprimidas. En esa represión mamá terminó detenida por la policía. En este contexto verla, se hacía cada vez más difícil.

Después que ocuparon el campo de Mar del Plata, gendarmería ocupó otro campo de mamá y mi hermano en Corrientes. El cerco de a poco se cerraba. Esa política de cerco y aniquilamiento que implementaron los militares en Argentina, sobre las familias de los militantes de una organización, se iba cerrando.

Pasó el tiempo y liberaron mamá. Por mi lado, con mi esposo compramos una casa, con documentos falsos, porque ya no se podía hacer nada, la situación se volvió insostenible y nos fuimos a vivir ahí en octubre del «˜77. Pero rápidamente, en noviembre, tenemos que abandonar la casa. Ya era una carrera de obstáculos, tuvimos que dejar la casa e irnos otra vez. Yo me voy por un lado con mi hijo menor, y mi hijo mayor y Gustavo se va a la casa de otro compañero. De nuevo separados.”

Ahora abuelas: la situación de nietos desaparecidos se generaliza

«Con esto, apareció otra cuestión. Además de esas madres que tenían sus hijos desaparecidos; estaban otras abuelas, que les faltaban sus nietos. Esto aportó una nueva perspectiva, distinta. Habían comenzado a intercambiar experiencias, se nuclearon y se organizaron por este particular.”

«Hacia fines de aquel año, apareció en casa de «Licha” «“mamá de Estela De La Cuadra- una abuela y contó su situación. «Esta abuela, era «Chicha” Mariani. Mamá la integró, la puso en conocimiento de que había otras, le habló de Plaza de Mayo y de las cosas por hacer. El 6 de diciembre de 1977, se juntaron un grupo de madres en la casa de Castillo Barrio, que era una madre y abuela de Plaza de Mayo, junto a Norita Cortiñas, Goyena y mamá. Otra abuela y mamá de Plaza de Mayo, era Marta Vásquez, de línea fundadora, la consuegra de Gelman, tal vez se me olvida alguna, sin querer. Se reunieron para hacer las listas con los nombres de los desaparecidos. Porque para diciembre, habían planeando la publicación de una solicitada con esta lista de desaparecidos. La situación siguió siendo complicada. Marta Vásquez vivía en la calle Juncal (Capital Federal).”

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«Ella comentó que durante los días previos a las reuniones por la conformación de la lista de desaparecidos, había visto un allanamiento de la Policía Federal, donde se llevaron primero a los adultos y luego a los niños.»

«Además, contó cómo había visto en cada esquina de su casa, de la cuadra de su casa, a un agente de civil que estaba ahí y hacía vigilancia. Ella tenía ya a su hija desaparecida, su hija muy jovencita desaparecida, con todo el grupo de trabajo en las villas de los Jesuitas y pensaba que sus hijos estaban con Montoneros. Por esto asumió que la vigilancia era por sus hijos, y demás. Justamente su marido, que llegaba al amanecer, porque volvía de cuidar a su madre que estaba en el hospital (o algo así), había visto todo ese despliegue. Marta le contó todo esto a mamá, pero le dijo: «˜bueno, está bien; pero no podemos hacer nada con eso; sigamos haciendo esto, que esto es lo que ayuda»™. La elaboración de las listas.”

«Rápidamente, mamá le contó a las otras madres esa situación vivida con Marta, y Hebe le dijo: «˜vamos con Azucena (Villa Flor)»™, así le contaban eso que sabía. Se lo contaron y se fueron a La Plata con Hebe; donde papá la esperaba en Plaza San Martín. Luego de esto, secuestran a Azucena. Otra compañera desaparecida. Se tienen que ir de La Plata. Pero papá se quedó, por esa situación de que permanentemente liberaban detenidos. Entonces «Toto” y «Kica” Bonafini, y mamá, se fueron a la playa, a una casita que tenían los Bonafini cerca de la costa.”

Otro golpe del terror: «Operativo Escoba”

«Al volver, mamá se enteró que su nieto y su segundo yerno, habían sido secuestrados. Mi hijo mayor y mi marido, desaparecidos. El día 6 de diciembre, mientras mamá estaba en Capital armando la lista, papá tenía al ejército en su casa: preguntaron por mis hermanos, si estaban en Europa, querían saber. La que quedaba era yo.”

De izquierda a derecha: Estela De Carlotto,

«Días después José, mi hijo mayor, es recuperado por su abuelo: ayudado por una abuela que había ido a buscar a sus nietos a la Comisaría 17 de la Federal, de Las Heras y Pueyrredón. Según me contó, esta señora llegó y dijo: «˜me llevo a mis nietos»™, que eran dos nenes. Y una mujer de la comisaría le respondió: «˜bueno, si no se lleva éste, que es hermoso, me lo quedo yo»™. En ese momento los chicos le dijeron: «˜abuela, no podemos dejar a nuestro primito»™. Entonces se avivó y se los llevó a los tres. Así recuperé a mi hijo.”

«En ese momento, se llevaba adelante en el país un operativo militar que se llamó «Operativo Escoba”, que se desarrolló en Mendoza, en San Luis, en el Norte, en Entre Ríos, en Santa Fe, en Buenos Aires, en La Plata, en Mar del Plata, etc. Un operativo conjunto, el 6 de diciembre, el «Operativo Escoba”. Ahí el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) quedó, como dirían, «˜en coma cuatro»™. De ese operativo, más tarde que temprano, todos los niños secuestrados fueron devueltos. Fue un operativo del batallón 601”

«A mi marido lo secuestraron ese 6 de diciembre. En el mismo día, en La Plata, hubo otro secuestro de un padre y una madre. Pasó el tiempo, llegando a fines de enero, principios de febrero de 1978: mientras iba a la Plaza San Martín, mamá se encuentra con una señora sentada en un banco. Ella había sido secuestrada y detenida junto a su marido, y mamá lo sabía. «˜Nelba, ¿qué haces acá?»™, le preguntó, a lo que le respondió: «˜Licha, andate, andate»™. Se la llevó con ella y la incorporó a la ronda de la plaza. Luego supe que era Nelba Falcone, que había sido secuestrada junto a su marido y liberada del mismo campo de concentración donde estaba mi marido. Ella trajo las primeras noticias de mi marido (Gustavo).”

La familia Falcone «tenían a Claudia Falcone, desaparecida de la Noche de los Lápices, y toda otra parte de la familia, entre la clandestinidad y el cautiverio. Ella «“Por Nelba- se incorporó como una de los primeros testigos en la causa de mi marido, junto a mi suegro (quien era oficial de la marina) y Marta Vásquez.”

«Pasa el tiempo, y un día aparece en casa, en una reunión que había organizado mamá, una madre y abuela «“que era Estela de Carlotto- mandada por Nelba Falcone, que era su consuegra. Y a partir de ahí fue cobrando forma la cosa. Se conformó todo un grupo activo, de muchas madres de compañeros míos, de la facultad, del trabajo, de YPF. Se formó un grupo letrado y muy formado políticamente. Todo esto hizo que Plaza de Mayo se convirtiera en una cosa muy consistente”.

Continuará…

Primera entrega:
8627

Tercera entrega:
8766



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