23/08/2014

La nieta 115 recupera su verdadera identidad

BARATTI_Hector-_Elena_De_La_Cuadra.jpg A solo quince días de haber encontrado al nieto de Estela de Carlotto, una nueva nieta, la número 115, también recuperó su identidad luego de 37 años. Se trata de la hija de Héctor Carlos Baratti y de Elena De la Cuadra, ambos víctimas del terrorismo de Estado de la última dictadura civico-militar. Es la nieta de Alicia «Licha» Zubasnabar de De la Cuadra, una de las fundadoras de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo, que lamentablemente falleció en junio de 2008. Su madre, Elena, según testimonios de sobrevivientes, dio a luz el 15 de junio de 1977 en la comisaria 5ta. de La Plata y la llamó Ana Libertad. ANRed reproduce comunicado de Abuelas de Plaza de Mayo


Reproducimos comunicado

Las Abuelas de Plaza de Mayo tenemos la inmensa felicidad de anunciar que encontramos a la nieta 115, hija de Héctor Carlos Baratti y de Elena De la Cuadra. Se trata, además, de la nieta de Alicia «Licha» Zubasnabar de De la Cuadra, una de las fundadoras de la Asociación, que lamentablemente falleció en junio de 2008 sin abrazar a su nieta.

Licha_de_DeLaCuadra.jpg

Elena estaba embarazada de cinco meses al momento del secuestro. Por testimonios de sobrevivientes, se pudo saber que, el 16 de junio de 1977, dio a luz durante su cautiverio en la Comisaría 5ta de La Plata a una niña a la que llamó Ana Libertad, que hoy recupera la identidad.

La familia

Elena nació el 15 de junio de 1954 en la localidad de Sauce, provincia de Corrientes. Su familia la llamaba «Lena». Héctor nació en Ensenada, provincia de Buenos Aires, el 27 de marzo de 1949. Sus amigos le decían «Flaco Bara».

Elena y Héctor militaban en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML) y fueron secuestrados por la Policía Bonaerense el 23 de febrero de 1977 en La Plata. Ambos estuvieron detenidos en la Comisaría 5ta., donde nació Ana Libertad. Héctor también fue visto en la Comisaría 8va. de La Plata y Elena posiblemente haya permanecido en el centro clandestino de detención «Pozo de Quilmes».

Elena continúa desaparecida. Héctor fue asesinado y sus restos fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense.
Las familias De la Cuadra y Baratti buscaron siempre a sus seres queridos. La Abuela «Licha», además, ya había sufrido la desaparición de su hijo Roberto José.

Fue en la casa de Licha donde se produjeron las primeras reuniones de lo que más tarde se conocería como Abuelas de Plaza de Mayo. Al principio fueron doce mujeres pero al poco tiempo éramos muchas más. Licha fue la primera Presidenta de Abuelas y buscó a su nieta desaparecida hasta el día de su muerte.

El caso

En 2010, Abuelas y la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi) recibieron una denuncia con información sobre una joven que podría ser hija de desaparecidos. Luego de una investigación documental, el caso fue remitido por la Conadi el 26 de febrero de 2013 a la Unidad Especializada en Casos de Apropiación de Niños durante el Terrorismo de Estado, de la Procuración General de la Nación.
Esta Unidad, creada en 2012 a instancias de Abuelas, realizó una investigación preliminar que en agosto de 2013 fue enviada a un juzgado federal, solicitando la extracción de sangre. Al enterarse de la existencia de una causa judicial, la joven llamó a Abuelas para realizarse voluntariamente el análisis genético.

Como se encontraba en el exterior, la extracción se produjo el 25 de abril de este año a través del Consulado del país en el que reside. La muestra llegó el 8 de mayo a la Argentina y fue recibida por la Dirección de Derechos Humanos de la Cancillería. Este organismo la remitió al Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG) para efectivizar el estudio.
Ayer, el Banco informó al juzgado que la joven es hija de Héctor Baratti y Elena De la Cuadra. Se preservan los datos de la causa y del juzgado para evitar que trascienda información que podría dañar la privacidad de esta víctima de apropiación.

Destacamos que este es el primer caso investigado por la Unidad especializada en apropiación que finaliza con la restitución de identidad de una de nuestras nietas. Además, evidencia la coordinación de distintos organismos del Estado que trabajaron mancomunadamente para la resolución de este delito de lesa humanidad.

Es inmensa la felicidad que nos produce comunicar la restitución de otra nieta a tan pocos días de la última. Agradecemos a todos aquellos que se hacen eco de esta noticia y reiteramos la importancia que significa para el proceso de restitución, el trabajo responsable de los medios, respetando la intimidad de las víctimas y los datos sensibles para que las investigaciones judiciales lleguen a buen puerto.

Elena y Héctor llamaron a su hija Ana Libertad. Hoy ella logró adquirir ese bien tan preciado que sus padres le desearon con su nombre: bienvenida Ana a tu libertad.



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