19/08/2014

Michael Brown: otro fusilamiento policial en Estados Unidos

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El 9 de agosto, el policía Darren Wilson, de la ciudad de Ferguson, Missouri, fusiló a Michael Brown (18). La versión del policía yanki para justificar lo que allá se llama «happy trigger” es calcada de las que a diario escuchamos en boca de los policías de gatillo fácil de estas latitudes: Wilson dijo que el chico «lo agredió físicamente” y se tuvo que defender. Por CORREPI para ANRed


El «problema” es que la autopsia cuenta otra historia. El chico recibió 6 balazos, todos a distancia, dos de ellos en la cabeza. Uno de los tiros (el fatal) ingresó en la parte superior del cráneo, sin que haya indicios de que el policía estaba subido a una escalera. Además, los demás disparos indican que estaba arrodillado o agachado y con los brazos levantados al momento se ser herido. ¿Les suena?

No menos familiar es que la defensa policial haya empezado por difundir un video en el que se ve a alguien parecido a Michael Brown robando unos cigarrillos en un kiosko, una media hora antes de que fuera ejecutado. Igual que nuestros compañeros familiares, la madre declaró indignada a los medios: «No hay nada en los hechos policiales que pueda justificar su ejecución a manos de un policía cuando tenía las manos levantadas, la señal universal de rendición”.

El lunes 11, ante el esfuerzo de las autoridades por ocultar la identidad del asesino, y su abroquelamiento para justificar el homicidio, estallaron las protestas masivas, en una localidad signada por una enorme mayoría negra y pobre. Los gases lacrimógenos y los bastones se descargaron sobre centenares de manifestantes que reclamaron frente a la comisaría local, dejando heridos y 32 detenidos.

La reacción popular forzó un cambio de discurso. Se dio a conocer el nombre del asesino y el propio jefe de policía admitió públicamente que «el robo no está relacionado con el contacto inicial entre el agente y Michael Brown”, sino que el hecho ocurrió cuando «el joven estaba caminando en medio de la calle y bloqueando el tráfico”. Naturalmente las protestas continuaron, y la respuesta del gobierno fue que el gobernador decretara el estado de emergencia, con toque de queda, y enviara a Ferguson la Guardia Nacional, lo que tampoco alcanzó para desmovilizar a los vecinos, que conocen bien la frecuencia de estas prácticas de control social que, en EEUU, se descargan, como en todos lados, sobre los más vulnerables.

No es casual, y abona la conclusión del objetivo de disciplinamiento difuso sobre las clases populares del gatillo fácil y las detenciones arbitrarias, que prácticamente todos los casos conocidos de fusilamientos y tortura policial en EEUU, tengan como víctimas a hispanos, negros e inmigrantes, todos pobres (1).

La minoría blanca y rica no está sola en su cruzada de defensa de la policía. El Ku Klux Klan, la bien conocida organización de extrema derecha, movilizó militantes de tres estados diferentes que viajaron a la zona de Ferguson para recaudar dinero. Charles Murray, líder de los Caballeros del Nuevo Imperio, uno de los grupos que integra el KKK, declaró: «Las donaciones han de ser de diez dólares o más. Todo el dinero estará destinado al policía que hizo su trabajo contra ese negro criminal”. Además de organizar la «vaquita” al mejor estilo criollo, anunciaron una serie de actos públicos, en los que advirtieron a quien quiera protestar que portarán armas.

No ha circulado información que indique que algún demócrata proponga aplicarles la Patriot Act o alguna otra ley «antiterrorista”.


(1) Otros casos:

1. El 3 de marzo de 1991, en Los Ángeles, el taxista negro Rodney King, fue perseguido por un patrullero en una autopista. Cuando se detuvo, lo bajaron del auto y lo molieron a palos. La escena fue filmada por un automovilista. En abril de 1992, los cuatro policías fueron absueltos en un juicio oral, lo que desató la reacción de los barrios pobres de Los Ángeles, que por una semana fue escenario de una revuelta popular. La represión dejó como saldo 60 muertos y 2.000 heridos. El entonces presidente George H. W. Bush (padre) dijo tras el fallo: «El sistema del jurado ha funcionado. Lo que hace falta ahora es respeto por la ley”.

2. El 9 de agosto de 1997, en Nueva York, el electricista haitiano de 30 años Abner Louima fue detenido a la salida de un boliche. Lo acusaron de haber golpeado a un policía, que luego dijo que se había confundido de persona. Fue golpeado y trasladado a la comisaría, donde continuó la golpiza, que le voló los dientes e incluyó su violación anal con un palo de escoba. Lo llevaron a un hospital por la mañana argumentando que era «un homosexual con prácticas anormales». La comunidad haitiana se lanzó a las calles, acompañada por hispanos y negros. Louima se convirtió en activista antirrepresivo.

3. El 4 de septiembre de 1999, Amadou Diallo, inmigrante de Nueva Guinea de 23 años, fue acorralado por la policía en un pasillo de su casa en el Bronx, porque se parecía a un violador buscado. Uno de los policías gritó «Â¡Gun!» porque vio que metía la mano en el bolsillo. Le dispararon 41 balas, y 19 lo atravesaron. En la mano tenía su billetera, con el documento que quería mostrar a la policía. Un año después, todos los policías fueron absueltos.

4. El 16 de marzo de 2000, Patrick Dorismond, portero afroamericano de un bar, fue asesinado por la policía tras un «malentendido”.

5. En 2001, en Cincinatti, Timothy Thomas (19, negro) fue perseguido por 10 policías que lo arrinconaron y dispararon a quemarropa en el pecho. Estaba desarmado. La población negra pobre salió a las calles a protestar. La represión produjo 80 heridos y 200 detenciones.

6. El 15 de febrero de 2002, en Los Ángeles, Gonzalo Martínez, de 26 años, hijo de una pareja de argentinos, iba con su auto cuando la policía le hizo señas para que se detuviera. Como tenía el registro de conductor vencido, intentó escapar. Finalmente se detuvo. Bajó del auto, se puso en la boca un cigarrillo que estaba fumando y levantó las manos. En ese momento, los policías dispararon 34 balazos, de los cuales ocho le dieron en el cuerpo. El resto dio en el auto y en una casa cercana, donde casi hieren a una chica de 13 años que estaba durmiendo. Todo fue filmado por otro vecino. Hubo grandes movilizaciones populares.

7. El 25 de noviembre de 2006, en Queens, Nueva York, el estudiante negro Sean Bell festejaba su despedida de soltero en un bar con amigos. Al salir, un grupo de policías de civil y agentes encubiertos les disparó unas 50 veces, confundiéndolos con una banda de delincuentes. Sean murió la víspera de su casamiento.

8. Un domingo de octubre de 2007, Jayson Tirado, de 25 años y origen puertorriqueño tuvo un incidente de tránsito menor con un policía que trabajaba encubierto. El chico sacó la mano por la ventanilla, y levantó su dedo medio. El gesto motivó que el policía le dispara tres veces. Murió en el acto.

9. En octubre de 2013, Miryam Carey, una mujer negra de 34 años, iba en auto, en Washington, con su hija de un año en el asiento trasero. Como no conocía la ciudad (era de Connecticut) se acercó demasiado a un puesto de seguridad del servicio secreto cerca del Capitolio, y cuando los agentes la rodearon, dio marcha atrás, rozando a un agente y escapó. La persiguieron hasta que detuvieron el auto. Cuando ella quiso salir del vehículo, le dispararon seis veces. Un transeúnte filmó el fusilamiento.



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