29/07/2014

Trotsky o Chevron

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Parte de esta nota fue publicada por el diario Río Negro en respuesta a la publicada por Aleardo Laría sobre las empresas bajo control obrero y «el éxito de Trotsky”. Aquí la versión completa de «Trotsky o Chevrón”, del obrero de FaSinPat, militante del Partido de los Trabajadores Socialistas y ex diputado por el FIT Raúl Godoy. Publicado en El Zumbido.


El miércoles 23 de julio, el vicedirector del diario Río Negro, Aleardo F. Laría Rajneri, publicó un «informe especial” sobre lo que él denomina «el singular éxito de Trotsky en Neuquén”. Lo que empieza como una «crónica” sobre el desarrollo y programa del FIT (conformado por el PTS, el PO e IS) termina en una serie de ataques a las gestiones obreras. Más allá de la clara ideología derechista y antiobrera de quien escribe, lo más grave del artículo es que está plagado de «imprecisiones”, por no decir mentiras.

Como militante trotskista desde mi juventud, fundador del PTS, obrero de Zanon desde hace 20 años y parte el Sindicato Ceramista, al ser nombrado en el artículo, solicito «derecho a réplica” al diario Río Negro.
En defensa del «control obrero” y nuestra democracia
Uno de los ejes de la nota de Laría es desprestigiar las gestiones obreras ceramistas, mostrando su supuesta «ineficiencia” comparada con la producción capitalista.

Esconde Laria que Zanon surgió como respuesta ante el cierre de más de 2 mil fábricas en el 2001, que provoco casi 4 millones de trabajadores desocupados.

«La gestión asamblearia no parece un método adecuado para dirigir una empresa y la pretensión de igualar los salarios expulsa a los trabajadores más especializados”, dice. Tanto la gestión obrera de Zanon y la de Stefani, como ahora la puesta a producción sin patrón de Cerámica Neuquén, fueron medidas que tomamos en defensa propia los trabajadores frente a patronales que, o bien se borraron de sus fábricas, o pretendieron despedir masivamente. En nuestro evitamos que casi 500 obreros (y detrás de cada trabajador hay una familia) quedaran en la calle.

El otro elefante que quiere esconder Laria en un baño es la gran estafa y fraude que estos empresarios vaciadores cometieron contra los trabajadores, sus familias y la comunidad: Zanon sumo 190 millones de dólares de deuda entre créditos del Estado, del Banco Mundial, y bancos de las Islas Caimán. Por estos desfalcos fue condenado. «Modus operandi” que repite Villafranca de Cerámica Neuquén. Eso sí, ambos empresarios hacían sus aportes «generosos” a las campañas de los partidos.

Una de las primeras resoluciones de la gestión obrera en Zanon fue la votación, democrática en asamblea, de las «Normas de convivencia.” Terminado el despotismo patronal fuimos los propios obreros los que establecimos nuestros mecanismos. Toda indisciplina o actitud que va contra algún compañeros/a o la gestión obrera de conjunto es discutida en nuestras «jornadas” (asambleas mensuales de toda la fábrica donde se discuten los problemas políticos y productivos) y se resuelve si se observa al compañero, o si se le aplica alguna sanción. Sólo ante faltas muy graves y reiteradas se ha llegado al extremo de desafectarlo. Es una infamia la afirmación que «según esas reglas, el cese también podía ser dispuesto por el «alejamiento de la dirección político-sindical” o el incumplimiento de la norma que obligaba a la participación obligatoria en marchas convocadas por el sindicato.” En Zanon y el Sindicato Ceramista existe libertad de tendencias políticas, ideológicas y religiosas, y no perseguimos a nadie por su pensamiento. En la Comisión Directiva existen miembros que ingresaron como minoría en las últimas elecciones, derecho conquistado producto de la reforma del estatuto del SOECN en el año 2005, por lo cual convivimos militantes con compañeros independientes con distintos pensamientos.

Otra mentira es sobre la cantidad de obreros: en 2001 éramos poco más de 300, de los cuales 250 decidimos defender las fuentes de trabajo. La gestión obrera creo los otros 200 puestos de trabajo que hay actualmente.

Cuando hablan de los subsidios que recibe la gestión obrera, debería decir que son los mismos que recibía la supuesta «eficiente” gestión privada. No existe ninguna fábrica ceramista de la Argentina que haya renovado su maquinaria sin un crédito. El mismo crédito que venimos reclamando y que nos niega o dilatan, tanto el gobierno nacional como el provincial.

Como el pez por la boca muere, Laría dice que todo comenzó porque yo, en calidad de militante trotskista no quise aceptar despidos en la fábrica. Distorsiona que todas las decisiones las tomamos en asamblea y no tal o cual persona. Y lo peor: defiende el «derecho” de las patronales para despedir y que los obreros y obreras nos quedemos en la calle, con lo cual está promoviendo la desidia, irresponsabilidad y parasitismo de empresarios como Zanon y Villafranca ¿No le da vergüenza?

La «democracia” para ricos y nuestra historia
Laría hace una defensa cerrada de la «democracia” garante de la propiedad privada, y de los negocios de las multinacionales imperialistas en particular. Condena los cortes de ruta y las medidas de acción directa (a las que denomina «excesos que se hacen en nombre de la clase obrera”). Afirma que «es probable que en un clima tan hostil desistan de venir a radicarse a Neuquén muchas empresas multinacionales acostumbradas a tener mejor acogida por parte de sus anfitriones.” Se refiere a empresas como Chevron, que no tienen ningún inconveniente para avasallar derechos del pueblo mapuche, o la autopartista norteamericana Lear, que despidió a más de 230 trabajadores y no deja ingresar a la planta a su Comisión Interna, violando todas las leyes nacionales.

Dejemos para quienes quieren ensuciar la historia, la comparación de la lucha de Leon Trosky con la aberrante degeneración de Stalin a la causa socialista. Justamente fuimos los trotskistas quienes luchamos contra la burocratización de la URSS. Y eso se pagó heroicamente con la vida. Los «singulares trotskistas” del PTS, echamos raíces en Neuquén y todo el país: el trotskismo ha ganado carta de ciudadanía en la Argentina.

Por ello no queríamos dejar pasar los errores que plantea Laría en el «informe especial” de nuestra propia historia.

Para terminar, el ataque de Laría contra los trabajadores y la izquierda no es casualidad. Es una política nacional, porque ante el chantaje de los fondos buitres, los despidos y suspensiones en la industria, vendrán nuevos golpes contra los trabajadores. Y los trabajadores responderemos: desde nuestra experiencia, desde nuestras conquistas, y desde nuestras organizaciones, en eso consiste su preocupación. Por eso el ataque a los obreros, a sus experiencias y a sus organizaciones.

Nota de Aleardo F. Laría:

Neuquén: la saga de las empresas bajo «control obrero»



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