19/07/2014

Chile: A recuperar el Cobre

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Hace 43 años, el 11 de julio de 1971, los trabajadores y el pueblo chileno por medio de la movilización y ejercicio de su poder político, consiguieron la nacionalización del que fuera y es el principal recurso natural y sueldo de Chile, el cobre. Con el El Golpe Militar del 11 de septiembre de 1973 la situación cambió con la «Ley Orgánica Constitucional Sobre Concesiones Mineras”. El pasado viernes 11 de julio se realizó una jornada nacional de protesta de organizaciones obreras, campesinas, estudiantiles y de pobladores, por la renacionalización del cobre. Por Jorge Peña Maturana para ANRed


Es 13 de julio y el día de la Dignidad Nacional ya dejó de ser noticia, lo que en 1971 fuera el hito más trascendente en la historia de Chile después de nuestra independencia, hoy ocupa parte de la agenda noticiosa de un día, empujado por la audacia y la valentía de los trabajadores y movimientos sociales que han hecho del 11 de julio una jornada de protesta.

Pero los estudiantes de la UNE (Unión Nacional Estudiantil), los campesinos de MODATIMA (Movimiento por la defensa del agua, la tierra y el medio ambiente), el Movimiento de Pobladores Ukamau y sobe todo nosotros, los mineros subcontratados del cobre organizados en el Sindicato SITECO, seguimos con nuestra convicción política intacta, con nuestra vocación de soberanía y dignidad nacional más alta que nunca, pues la recuperación de nuestro cobre no es una consigna, es parte de un sentir mayoritario de la población chilena y es parte también de nuestro programa estratégico de cambios para Chile.

Que el cobre sea de todos los chilenos y chilenas es un deseo mayoritario e indiscutible, así lo consigna la encuesta del CEP (Centro de Estudios Públicos) del año 2013 y otros sondeos de opinión pública. En el año 1971 se aprobó por unanimidad su nacionalización y cuarenta y dos años después y tras un profundo proceso de privatización de la industria cuprífera, aún, más del 80% de la población chilena sigue estando a favor de la renacionalización del metal rojo.

Esta opinión del pueblo chileno tiene un argumento de base: Chile, siendo uno de los países más desiguales del mundo y que carece de derechos sociales garantizados por el estado, es a su vez la única gran potencia cuprífera a nivel mundial, cubriendo más del 30% de toda la comercialización del cobre de mina.

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Tenemos la fuerza

La nacionalización del cobre, decretada hace más de cuarenta años ya, fue posible en gran medida porque los trabajadores de Chile se lograron organizar y articular en torno a la demanda estratégica para el mejoramiento de las condiciones de vida. En 1951 se funda la Confederación de Trabajadores del Cobre y con ello se le da un mayor impulso a la organización de los trabajadores y su fuerza de movilización. Fue la acción de los viejos antiguos, uno de los elementos que obligó al Gobierno de la época a generar una nueva política con respecto a las empresas del cobre, logrando establecerse la Ley de Nuevo Trato donde se otorga «“entre otras cosas- un ingreso al Estado por medio de impuestos a las empresas mineras como a su vez la creación del Departamento del Cobre.

La organización y acción de los trabajadores chilenos fue un factor determinante para la chilenización del cobre y la posterior nacionalización del mineral. Por tanto, sobre nuestros brazos, templados en las profundidades de la cordillera, recae la responsabilidad de retomar el camino y redoblar la fuerza para rescatar la industria minera del saqueo transnacional.

La fuerza está, así quedó demostrado con nuestro despliegue hace un par de días. La jornada de protesta del viernes 11 de julio, impulsada por el bloque social «Unidos Venceremos”

y facebook evidenció una altísima capacidad de organización, de operatividad y un respaldo social con un importante potencial.

La jornada comenzó al cantar de los gallos. A las 07:00 am en punto se inició la obstaculización de las principales arterias vehiculares en la región metropolitana. Posteriormente, alrededor de 500 vecinos integrantes del Movimiento de Pobladores Ukamau, acompañados de la Unión Nacional Estudiantil y el MODATIMA ocuparon la calzada sur de la Alameda hasta que fueron retirados por la fuerza pública, no sin antes oponer una férrea resistencia, prolongando el operativo de carabineros más de lo esperado y causando conmoción en toda la prensa nacional. Alrededor de las 10:00 AM, dirigentes sindicales encabezados por Viviana Abud, Secretaria General del SITECO, encaraban al Ministro de Educación, en plena ceremonia oficial en Rancagua, dejándole en claro cuál es la opinión de los trabajadores y los estudiantes, que no se sienten representados por sus «reformas educacionales» y que no nos conformamos con cambios cosméticos, por cuanto tenemos claro que para una verdadera reforma educacional es preciso «Renacionalizar el Cobre” y devolvérselo a los chilenos como hiciera el mas digno de los presidentes que ha tenido nuestra patria: Salvador Allende, que nacionalizó el cobre el 11 de Julio de 1971. Esta acción liderada por Viviana Abud del SITECO tuvo amplia cobertura nacional. Un par de horas después, un centenar de jóvenes estudiantes acompañados de dirigentes de MODATIMA y el Movimiento de pobladores Ukamau, ocuparon los accesos y dependencias del edificio de Angloamerican en una acción limpia y ordenada, dejando un mensaje claro: las empresas extranjeras y privadas, que saquean indiscriminadamente nuestro mineral, no son bienvenidas en nuestro país.

Un par de horas después, comenzaba el operativo de los mineros contratistas de El Teniente, logrando congregar a más de 2500 trabajadores del metal rojo en la carretera del cobre, paralizando la faena y dejando claro que los mineros de Chile tenemos plena consciencia de nuestra tarea histórica.

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Plan Nacional de Producción Cuprífera

La protesta organizada es manifestación de nuestro descontento y nuestra voluntad de un nuevo Chile y tiene como propuesta un cambio en la explotación del metal rojo, dirigido por un Plan Nacional de Producción Cuprífera, y no es cosa menor plantearlo así, ya que los chilenos llevamos décadas convencidos que son los «técnicos” y los «privados” quienes tienen las capacidades de echar a andar un país y llevarlo al desarrollo. Pero la misma administración de nuestro bien natural estratégico demuestra lo contrario.

Hoy las mineras privadas no hacen más que extraer el cobre de manera irracional y sin planificación de mediano plazo para venderlo barato sin ningún valor agregado. No les interesa el desarrollo del país, nuestra economía, nuestro futuro ni el de nuestros hijos. Solo piensan en el valor del cobre en la bolsa de valores internacional para poder adquirir lo antes posible las riquezas para su inmediatez.

Nosotros debemos y podemos pensar en largo plazo. Porque no queremos el cobre para llenarnos los bolsillos. Queremos el cobre para cambiar Chile y avanzar en mejorar las condiciones de vida de toda la población y proyectar nuestra existencia. Las empresas privadas del cobre y los políticos actuales solo miran el mineral para sus beneficios personales e inmediatos, nosotros en cambio debemos mirar al metal rojo impulsando un Plan Nacional de Producción Cuprífera.

El desarrollo de un Plan Nacional de Producción Cuprífera implica que como país desarrollemos una estrategia en la cual podamos considerar variables sustanciales para nuestro bienestar a futuro que hoy no se abordan. Una estrategia en la cual podamos considerar el tipo de industria cuprífera que queremos desarrollar, velando por invertir en industria de refinamiento para integrar mayor valor agregado a la extracción del mineral y en eso impulsar una fórmula que permita alargar la vida de la industria cuprífera disminuyendo el nivel de extracción del mineral.

Junto con ello trabajar por un plan de mitigación del impacto ambiental, siendo capaces de valorar a la relación con la naturaleza y la salud de las personas en igual nivel que los beneficios económicos que trae la extracción del mineral.

Por ello el Plan Nacional requiere una nueva industria minera que invierta lo necesario en el control eficiente de sus desechos, como también, en la modernización de sus procesos, aun cuando esto signifique menores utilidades contables. De esta forma, la baja en la utilidad cuantitativa será ampliamente compensada por utilidades de orden cualitativo: el derecho a una calidad de vida digna para las chilenas y los chilenos de zonas mineras, que representan la cuna de gran parte de los recursos del país, pero que lamentablemente hoy viven en el desprecio y desamparo.

Y finalmente considerando la cantidad de millones de dólares adicionales que se tendrán en las arcas fiscales apostar a un gasto presupuestario que enfatice en el cambio de matriz energética y la cobertura de los derechos sociales de primera necesidad.

Solo el pueblo chileno puede asegurar aquello. Porque solo una propiedad colectiva es capaz de poner intereses colectivos por delante. Y es eso hoy urgente, posible y necesario. Los trabajadores del cobre tenemos una gran responsabilidad, pero no podremos hacer esto solos. Es tarea de nuestras familias, nuestros hijos, nuestros hermanos. De todos y cada uno de los sectores sociales que entendemos que el abuso e injusticias no se pueden mantener más. La unidad del movimiento social ya echó a andar, pero faltan muchos más aún. El camino está trazado, solo podremos transitar en el si estamos unidos. Unidos Venceremos.


Jorge Peña Maturana es Presidente de SITECO (Sindicato Interempresa de la Gran Minería y Ramas Anexas)



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