13/05/2006

Un encuentro con la historieta argentina

eternauta1.jpgANRed preparó material de lectura para tomarse el micro y viajar a Campana. En esa ciudad se realizó la segunda edición de Expocomics 2006. Los organizadores convocaron a Francisco Solano López, de quien aseguran «es un prócer de la historieta nacional, es el dibujante de varios clásicos argentinos; entre ellos el mejor de todos, El Eternauta». Este énfasis de los organizadores por reivindicar la personalidad que logró la historieta argentina desde su nacimiento es vital en estas congregaciones que operan desde la autogestión y que necesitan definirse frente a «la cultura masiva».


eternauta6.jpgEl sábado 6 de mayo, ANRed dejó la capital para trasladarse a Campana y hurgar en el variopinto mundo del comic. Inmejorables condiciones climatológicas hicieron del mero viaje un condicionamiento al buen ánimo. Cerca del club Social, donde se realizó el encuentro, grandes afiches y pasacalles tornaron imposible, aún al más despistado, equivocar el destino. Dentro, la poca holgura del salón generaba un clima intimista. Los expositores estaban alineados junto a las paredes y en el centro se colocaron dibujos sobre paneles de distintos artistas. El concurrente podía ojear y curiosear cuanto quisiera el material disponible en las mesas, en algunos casos se entregaba gratuitamente. También este cara a cara con el autor fue una oportunidad para conocer los pormenores de llevar adelante una publicación.

La historieta es el noveno arte, el reconocimiento a nivel mundial y su aceptación por el público adulto se confirma con la popularidad de dibujantes y guionistas: sus obras en las grandes editoriales del género fantástico son las grandes productoras de los mitos actuales. Personajes e historias son llevados, muchas veces, con dispar éxito al cine. Esa hermandad con lo cinematográfico ayuda a familiarizar la producción de la historieta y le quita ese prejuicio que la asociaba a un mero entretenimiento infantil. Cualquiera que haya visto Sin City reconoce a Frank Miller como su autor; aún cuando haya visto dos horas de tiros y trompadas, entiende que este arte maneja recursos estéticos y tiempos propios y sabe que la pantalla algo le está escatimando. En ese cuadro por cuadro (que se puede ver con la mayor calma) o en los globitos (viñetas) que enuncian los pensamientos de sus personajes y en otras elecciones de color y diseño; en todas esas cuestiones propias del género, la historieta adquiere un interés particular. Ese interés hace que un público heterogéneo en cuanto a la temática, se relacione, intercambie espacios y experiencias.

eternauta7.jpgLa invitación que renovaron este año Pablo Stadelman y Agustín Grassi, como organizadores del evento, agrega al itinerario del comics una posta más de encuentro. Las propuestas de los expositores fueron muy variadas en cuanto a lo temático. Se pudo hojear y curiosear fanzines, videos, remeras, libros de dragones, trabajos al estilo japonés (manga); pero además de esos íconos de consumo mundial encontramos la impronta del artista local. Porque existe un camino recorrido por la historieta argentina antes de convertirse en el glamoroso «comics», y los nombres de los artistas fundadores son muchos. En este caso el homenajeado fue Francisco Solano López. Los organizadores aseguran «es un prócer de la historieta nacional, que no necesita presentación, pero si no sabes quien es, te cuento que es el dibujante de varios clásicos argentinos, entre ellos el mejor de todos, El Eternauta. Me parece que esa es ya mucha información». Este énfasis de los organizadores por reivindicar la personalidad que logró la historieta argentina desde su nacimiento es vital en estas congregaciones que operan desde la autogestión, y que necesitan definirse frente a «La Cultura» de lo masivo.

«La Fiera: los antihéroes de sus páginas recorrían todo el espectro de marginalidad en una ciudad siempre indiferente»

Los años del menemismo signaron un contexto desfavorable para aquellos que por entonces buscaban canales de expresión para sus inquietudes culturales. Los poetas, escritores y dibujantes que no se identificaban con la frialdad del momento, al igual que otras ramas del arte, integraban las filas del «under». En ese mundo subterráneo apareció una publicación mensual llamada «La Fiera». El contenido era irreverente al estilo Charles Bukowski, «los antihéroes de sus páginas recorrían todo el espectro de marginalidad en una ciudad siempre indiferente».

eternauta3.jpgANRed recorrió los stands buscando algo que tuviera algún anclaje con la realidad ya que, definitivamente, no vive en el mundo de los dragones ni en ciudad gótica. Entonces, se topó con Setro, uno de los autores de la «La Fiera». Esta revista surgió en 1994 y en la actualidad cuenta con doce años de presencia en la calle.

«Fuimos parte de la contracultura en plena época menemista. Luego del auge de ‘Fierro’, la historieta como género entró en crisis, entonces con más razón se necesitaba volver a producir. Cansados de golpear puertas empezamos a crear nuestro lugar. No sólo para nosotros, había mucha gente que quería publicar y muchos que consumían comics», recordó Setro.

eternauta5.jpgAdemás, reflexionó sobre el eje temático: «Nuestra idea es hacer comic de corte urbano, ni manga ni heroico. ‘Comic de autor’. Esto no es una elección solamente estética, sino que no estoy de acuerdo la producción en serie, cuando se utiliza el estilo yanquee que una persona dibuja, otro entinta, el otro hace el guión. El comic de autor implica que el autor tiene una idea y la lleva a la practica, la dibuja, como mucho se puede sumar un guionista o un dibujante pero no hacer una parafernalia».

Para el autor de «La Fiera»: «El publico de historietas es como un ghetto que los une el amor por las viñetas. Si recorres los distintos stands, están representados todos los subgéneros: manga, terror, gótico. Yo los respeto a todos pero a mi me gusta lo posible».

El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano

«El Eternauta, inicialmente, fue mi versión del Robinson. La soledad del hombre, rodeado, preso, no ya por el mar sino por la muerte. Tampoco el hombre solo de Robinson, sino el hombre con familia, con amigos. Por eso la partida de truco, por eso la pequeña familia que duerme en el chalet de Vicente López, ajena a la invasión que se viene. Ese fue el planteo. Lo demás… lo demás creció solo, como crece sola, creemos, la vida de cada día. Publicado en un semanario, El Eternauta se fue construyendo semana a semana; había, sí, una idea general, pero la realidad concreta de cada entrega la modificaba constantemente. Aparecieron así situaciones y personajes que ni soñé al principio. Como el «mano» y su muerte. O como el combate en River Plate. O como Franco, el tornero, que termina siendo más héroe que ninguno de los que iniciaron la historia. Ahora que lo pienso, se me ocurre que quizá por esta falta de héroe central, El Eternauta es una de mis historias que recuerdo con más placer. El héroe verdadero de El Eternauta es un héroe colectivo, un grupo humano. Refleja así, aunque sin intención previa, mi sentir íntimo: el único héroe válido es el héroe «en grupo», nunca el héroe individual, el héroe solo», declaraba Héctor Germán Oesterheld desde el prólogo de una de las ediciones de la obra más importante de la historieta argentina.

eternauta2.jpgFrancisco Solano López es el coautor de «El Eternauta» y fue homenajeado en esta edición de Expocomic 2006. Al tomar la palabra hizo un repaso de su carrera: «Tengo 77 años y 50 de profesión. El año próximo se cumplen 50 años de El Eternauta. Conocí a Héctor Oesterheld en la editorial Abril, lo admiraba mucho. Cuando comencé a trabajar con él descubrí que este señor de apellido extranjero tenía una enorme cultura y una gran capacidad narrativa que nos seducía». Además, recordó: «junto a varios dibujantes como Alberto Breccia, Hugo Pratt, integramos la editorial Frontera creada por Oesterheld. Él se tomaba la narración de las historias con mucha sensibilidad, y nos las transmitía a los ilustradores. No hacía falta más que propusiera. El encanto de su capacidad narrativa cambiaba la visión de los editores capitalistas. Siguiendo sus historias, ilustrábamos al maestro de escuela, a la barra de amigos que después termina peleando en marte. Con toda naturalidad, el maestro de escuela se convertía en héroe y seguramente el dueño de editorial Abril las hubiera rechazado».

El 4 de Septiembre de 1957, en el primer número de Hora Cero, empieza la publicación del gran clásico de la historieta de Argentina: «El Eternauta», con dibujos de Solano López. La historia de la invasión extraterrestre se extendió hasta 1959.

Doce años más tarde en 1969 sale la segunda versión del clásico en el semanario Gente, con guión de Oesterheld y dibujo de Alberto Breccia. Oesterheld modificó el guión, planteando un conflicto entre el norte y el sur; Sudamérica es entregada a los invasores por las potencias del norte para salvarse; además le da más violencia al guión. La historia tuvo que ser resumida para no quedar trunca ya que la revista no quiso continuar con la publicación.

En diciembre de 1976 comienza a publicarse «El Eternauta» en Skorpio, realizada por los autores de la versión original: Héctor Oesterheld en guión y Francisco Solano López en dibujo. En esos años Oesterheld ya participaba políticamente de Montoneros. En esta edición es el líder del pueblo oprimido por los invasores y los organiza para resistir y luchar. La historia se terminó de escribir en la clandestinidad.

El 27 de abril de 1977 el autor es secuestrado por la dictadura militar.

eternauta4.jpgLos derechos de propiedad intelectual sobre la obra fueron cedidos por el autor en 1975 a la editorial Record que pretendía explotarlos de por vida. Tanto Solano López como la familia de Oesterheld iniciaron acciones legales que, en el caso de la familia, obtuvo un fallo favorable. Resta la resolución a fin de año, con respecto al dibujante.

«Mi intención después de la desaparición de Héctor fue continuar la historia porque volviendo al país me di cuenta que el personaje seguía viviendo en los lectores y en los potenciales lectores. Sobre todo este interés lo despertaba esa fantasía de que El Eternauta y su drama espejaban mucho de lo que pasó en el país a lo largo de las ultimas décadas. De alguna manera mi intención era darle un sentido a esa ilusión», señaló Solano López.

Marcos Prieto/ Mariana Collante



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