21/05/2014

Recambio histórico tras las elecciones en la India

Foto_tapa_india.jpg En una derrota sin precedentes del gobernante Partido del Congreso, el armado opositor Bharatiya Janata Party (BJP) logró obtener la mayoría absoluta en el Parlamento tras asegurarse 335 escaños de los 543 en juego y su líder, Narendra Modi, se convierte en el primer ministro del país. Las elecciones generales indias, las más masivas y prolongadas del planeta, transcurrieron a lo largo de cinco semanas y registraron una participación récord del 66,38%, al concurrir a las urnas algo más de 551 millones de personas, sobre un padrón de unos 800 millones de habitantes habilitados para emitir el sufragio. Por Laureano Larroza para ANRed


El pasado viernes por la tarde el Partido del Congreso, presidido por Sonia Gandhi, en el poder desde hace diez años, reconoció su derrota en las elecciones legislativas, tras un descenso de su popularidad a causa de escándalos de corrupción y un débil crecimiento económico. De esta manera, el partido nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP) aprovechó la frágil situación del goerno y se impuso en las votaciones, logrando cosechar la victoria en 274 distritos electorales. En cambio, el partido de Gandhi ha obtenido solamente 44 escaños, su peor derrota en la historia.

El dato más significativo es el fracaso la Alianza Progresista Unida (UPA), que formada por el Partido del Congreso y otros agrupaciones regionales solo ganó 61 curules, 169 menos que en los comicios de hace cinco años. La Alianza Democrática Nacional, que encabeza el BJP, por el contrario, alcanzó 198 puestos más que en los comicios del 2009, a cuenta de los que perdieron la UPA, otros partidos (13) y la izquierda (10).

Conforme a la Constitución india, ahora que el BJP ha obtenido la mayoría absoluta, su líder no necesita recurrir a negociaciones con otros partidos políticos para formar un nuevo gobierno, dejando lugar a que Narendra Modi se convierta en primer ministro del país. El líder fundamentalista hindú, de 63 años e hijo de un vendedor de té, desbordó todos los pronósticos y condujo al BJP a ganar más de la mitad de los asientos en la Lok Sabha o cámara baja del Parlamento, algo que ninguna fuerza política lograba en la India desde 1984.

El dirigente festejó su victoria desde Vadodara, en el estado de Gujarat, del que hasta ahora era ministro principal, en medio de los gritos de sus seguidores, que celebraban el triunfo que pone fin a dos mandatos consecutivos del partido del Congreso. «La fiebre de la elección ya pasó y la gente dio su veredicto, que dice que necesitamos llevar a India hacia adelante para cumplir los sueños de los 1200 millones de indios”, señaló Modi, que luego agregó: «quiero que el siglo XXI sea indio. Esto tomará diez años, no mucho”.

«No hay enemigos en la política y la democracia, solo competidores. Esa es la belleza de la democracia. La fuerza de la democracia yace en unir a todos. Pese al claro mandato queremos mantener a todos unidos», sostuvo Modi, una figura controvertida para muchos indios. El nuevo primer ministro resaltó que «esta es la primera vez que un partido con una base ideológica nacionalista ha conseguido la mayoría”. El dirigente hindú se comprometió, durante la campaña electoral, a reactivar la economía de su país, la tercera economía asiática después de China y Japón, y a luchar contra la inflación y el desempleo o subempleo que afecta a millones de jóvenes. Tras una década de crecimiento superior al 8%, el PBI está en fase de desaceleración, con una expansión de 5% en 2012/2013.

Modi llegó el sábado pasado a Nueva Delhi, capital del país, para transmitir su agradecimiento a los votantes. Allí lo esperaban los principales líderes del BJP, con quienes el futuro jefe de gobierno se reunió después para acordar la agenda de trabajo de los próximos días. De Delhi, Modi viajó a la ciudad sagrada de Varanasi (o Benarés, unos 690 kilómetros al sureste de Nueva Delhi), donde alcanzó un resonante triunfo electoral, para ofrecer sus rezos en el templo de Kashi Vishwanath y participar en varios actos religiosos y políticos.

En tanto, el saliente primer ministro, Manmohan Singh, tuvo su última reunión de gabinete el mismo día y presentó su dimisión ante el presidente Pranab Mukherjee. Singh aseguró en su último discurso transmitido por la televisión nacional que dio lo mejor por la prosperidad del país y deseó éxitos al gobierno que encabezará Narendra Modi. «Hice cuanto pude por servir a la nación y deseo al próximo gobierno lo mejor, espero que logre mucho más”, subrayó el dirigente.

Singh no tuvo reparos en dirigirse a quienes lo acusaron durante años de participar en maniobras corruptas. «Mi vida como funcionario es un libro abierto. Siempre he intentado hacer lo mejor a la hora de servir a nuestra nación», aseveró, para después agregar que «debo todo lo que tengo a este país, a esta gran tierra nuestra en la que yo, que nací sin privilegios durante la Partición (el proceso de independencia del Imperio Indio-Británico a mediados del siglo XX), recibí el poder suficiente para ocupar un alto cargo. Y ha sido una deuda que jamás podré pagar».

Asimismo, tanto la presidenta del Partido del Congreso, Sonia Gandhi, como su hijo y candidato a primer ministro, Rahul Gandhi, reconocieron el viernes por la noche su responsabilidad por la debacle electoral. «El Congreso lo ha hecho bastante mal, tenemos mucho de lo que pensar. Como vicepresidente, me considero responsable», afirmó Rahul Gandhi. Los dos presentaron su renuncia a sus puestos en la dirigencia del partido, aunque la dirección lo rechazó inmediatamente. De esta manera, el histórico partido volvió a cerrar sus filas alrededor de los dos dirigentes, descendientes del histórico referente de la independencia del país y ex primer ministro, Jawaharlal Nehru, y de los ex primeros ministros asesinados, Indira Gandhi y su hijo Rajiv Gandhi.

Así las cosas, se espera que a más tardar hoy, Modi asuma su nuevo cargo. La carrera política del líder hindú comenzó en 1971 cuando ingresó en el Rashtriya Swayamsevak Sangh (RSS), grupo de extrema derecha hindú que simpatizó con la Alemania nazi.Tras más de diez años en la organización, Modi empezó a militar en 1985 en el BJP, partido hinduista con un perfil más moderado, pero que se inspira en la doctrina del RSS. Con la estructura del BJP, en 2001 fue candidato al gobierno local de Gujarat, y recibió el cargo de primer ministro regional.
La gestión de Modi en ese estado estuvo marcada por un conflicto intercomunitario, que generó el temor entre minorías como la musulmana, en un país en un 80% hinduista. En febrero de 2002, 59 peregrinos hindúes murieron al incendiarse el tren en que viajaban y radicales hindúes acusaron a activistas islámicos de prender fuego al convoy. Como represalia se dio comienzo al denominado «Pogrom de Gujarat”, una matanza indiscriminada de más de un millar de musulmanes.



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