Ella + ella = Ella
Los jueves a las 20.30 se presenta en el Teatro Beckett la obra teatral «Bestia, dispositivo para ser ella” , una apuesta que bucea entre los límites de la ficción y la realidad y que disecciona la mítica figura de Eva Perón animándose a revelar una parte de lo que se esconde tras aquello que representamos. Por Hernán Bayón, para ANRed.
A veces sucede que los caminos subterráneos que llevan de la ficción a la realidad, o de la realidad a la ficción, son tan estrechos que comienza a faltar el aire y la distancia de lo recorrido ya no permite la concesión de dar marcha atrás y volver sobre los propios pasos. Siguiendo ese camino de exploración «Bestia, dispositivo para ser ella” no es una obra más que presenta una historia simple de digerir para el espectador en la comodidad de su silla.
Y sin embargo, el comienzo es tan sencillo e hipnótico que desconcierta: en un sótano una actriz se encuentra investigando la vida de un mito, la historia de Eva Perón, y en esa investigación teatral la representación de la vida de Eva de repente se transforma en una luz que revela los rincones olvidados de su propia vida. La actuación entonces se desdobla borrando los límites entre lo que es la realidad y la ficción en un circuito que se retroalimenta en la construcción de un personaje. ¿Pero cuál de los dos es el personaje? ¿La mujer que entregó su vida a una causa y que se convirtió en una pieza fundamental de un movimiento político o la actriz que la interpreta y que encuentra en la vida de Eva retazos de su propia vida?
Ambas son actrices y esa identidad compartida (además de la de género) vuelve la investigación mucho más intensa en ese dispositivo que es la actuación. La ficción no solo es el puente sino también aquello que sostiene. En el caso de Eva Perón la actuación parece ser la posibilidad no solo del hacer político, sino también de la construcción de una identidad política para una sociedad espectadora. Para la actriz que la representa la ficción es aquello que le permite descubrirse en la vida de Eva.
Sin dudas, es revelador el cuidado trabajo corporal de la actriz Rosario Alfaro que lleva al límite la tensión de cada emoción, de cada gesto. Con una mínima escenografía pensada para ser vislumbrada desde todos los ángulos en una especie de prisión de la mirada, «Bestía, un dispositivo para ser ella” refleja el trabajo de la directora Jimena Kroucco que construyó con esta obra un hermoso dispositivo para seducir a los espectadores. Un sueño compartido donde uno se puede despertar al final con la extraña sensación de haber recorrido un camino que nos hace preguntar donde empieza y termina la realidad, por dónde se entra y se sale de la ficción de una vida, y sobre todo, cuál es ese impulso animal, bestial, que nos empuja a buscar el sentido último de la existencia.