14/03/2014

«Los estudiantes se educan para la liberación»

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El realizador del documental «De trapito a Bachiller”, Javier Di Pasquo, dialogó con ANRed acerca de las motivaciones y desafíos de volcarse a reflejar el mundo de los bachilleratos populares a través de la historia particular del «Gonza», quien logra dejar su pasado de trapito chuidacoches a egresado de un bachiller. También da cuenta de porqué eligió reflejar más el mundo de los alumnos que el de los profesores. Por Dino De Bórtoli, para ANRed.

Javier Di Pasquo amablemente accedió a darnos unos minutos en su lugar de trabajo para responder unas preguntas para ANRed.

ANRed: ¿Qué pensás sobre la movida documental acá en Argentina?

 Creo que estamos viviendo un momento único de la historia del documental argentino, por la cantidad de producciones, que da una variedad que antes no se había visto. Esto plantea nuevos problemas e interrogantes, como por ejemplo la distribución y la exhibición. El momento para el cine documental es superador a otras experiencias pasadas, plantea esas cuestiones que son importantes para que todo este esfuerzo que está haciendo el Estado a través del INCAA y de los documentalistas pueda ser reflejado, percibido y apreciado por la comunidad.

 ANRed: ¿Existe algún documentalista que consideres como un referente?

Foto_JAvier.jpg – Sí, son muchos, de los cuales me nutro habitualmente. Colegas y documentalistas ya pasados. A mí lo que más me interesa es la observación, pero también me interesa el espectador. Yo entiendo que el espectador está acostumbrado al relato hollywoodense, y no me resisto a ello. Trato en definitiva que el espectador se sienta cómodo, y yo a la vez transmitir el mensaje. Estoy en esa disyuntiva, por eso de lo que me nutro es la narrativa hollywoodense, porque sé que los espectadores están acostumbrados a ello y yo no pretendo cambiar al espectador, sino que pretendo que el espectador perciba las historias propias, las historias de acá nomás; que se pueda identificar con ellas, y a partir de ahí razonar y distinguir formas nuevas de organización social.

 ANRed: ¿Qué creés vos que es lo más importante que un realizador tiene que tener a la hora de pensar en hacer un documental sobre una temática social como es la película «De trapito a bachiller”?

 Yo creo que primero se tiene que desprender de su ideología, jerarquizar los temas que quiere tratar y que si encuentra una buena historia se agarre a ella. Todo lo demás, va a venir por añadidura. Porque creo que el documentalista tiene que relatar lo que ama y en eso va a estar implícito lo que quiere contar: lo ideológico, la denuncia, etc. Entonces si se instala en el lugar que ama, que quiere y que desea, si encuentra una historia va a ser súper potente para armar una película.

 ANRed: En los documentales – corregime si me equivoco – uno tiene (por más que no quiera) una idea sobre lo que pretende hacer. Pero, a la vez, como trabajás con la realidad muchas veces te podés llevar varias sorpresas. Entonces cuando decidiste empezar a filmar «De trapito a Bachiller», ¿qué esperabas encontrarte y qué fue lo que efectivamente encontraste la primera vez que fuiste a filmar?.

 Esperaba encontrarme un lugar más armónico (risas). Y me encontré un lugar que refleja las disputas, los cuestionamientos y sobre todo las discusiones de la calle. Esperé encontrarme un lugar más sintonizado entre todos, estudiantes y docentes. Y me encontré que hay también discusiones y desacuerdos, pero a pesar de ello se sigue adelante y se construye. Entonces mi percepción se vio mejorada más que nada. Y después con la historia de Gonzalo, que encontré, esperaba también un logro absoluto. Eso también es parte de mi prejuicio, ¿no? Lo que me di cuenta es que los logros absolutos no existen, hay pasos adelante pero también hay pasos atrás como toda historia.

 ANRed: ¿Cómo supiste del bachiller popular de la maderera Córdoba y cómo te recibieron cuándo dijiste que tenías intención de hacer un documental sobre ellos?

 Yo me enteré, en principio, del CEIP que es la Cooperativa de Educadores y Administradores Populares, que tienen no sólo el bachillerato de la maderera Córdoba, sino al IMPA y otros bachilleratos más. Me enteré de esta cooperativa, los contacté, y por una cuestión únicamente productiva y de ubicación, decidí elegir el bachillerato de la maderera córdoba. Porque quería asegurarme que podía hacer esta observación que yo quería, y esta era la forma de asegurarme que yo podía estar a toda hora y en todo momento en el lugar. Asi que les expliqué mi proyecto y me sorprendió con la amabilidad que me atendieron y me permitieron estar ahí. La verdad que nunca me cuestionaron ni me pusieron una condición para convivir con ellos. Ya rondando el tercer año (risas), se me acerca un profesor diciéndome que no era nada contra mí pero que en una asamblea habían preguntado en qué andaba porque todavía no les había mostrado nada, entonces ahí me di cuenta de como pasa el tiempo. Asi que les acerqué un poco de material y todo bien, era para preguntarme nada más.

– ANRed: Me acabás de comentar que el rodaje te llevó unos 3 años ¿cómo creés que influye esto en el contenido de la película? ¿Cuánto tiempo a la semana le podías dedicar?

 Yo le podía dedicar los 5 días de la semana, me acerqué de forma regular 3 o 4 días por semana durante los 3 años. Iba lo necesario, por eso había decidido hacerlo ahí. Yo creo que el tiempo de rodaje le dio al documental esa capacidad de producir elipsis temporales, que en un film de ficción lo hacemos cambiando vestuario o el maquillaje, pero en el documental se logra con el paso del tiempo. El paso de tiempo efectivo, porque en ese momento era fundamentalista de la observación y no quería ni recrear ni reproducir absolutamente nada. Entonces esa elipsis que se produce, que dinamizan el relato lo logré a través del tiempo de rodaje.

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 ANRed: ¿Osea creés que fue fundamental el tiempo de rodaje?

 Sí, y no solamente en la elipsis temporal, sino también en la intensidad de algunas escenas, a tal punto que muchos creen que hay escenas recreadas o dramatizadas. Creo que se logró por la cantidad de tiempo que estuve ahí y el gran acostumbramiento que produjo la presencia de la cámara.

 ANRed: Una de las cosas que llama la atención es cómo lográs captar a los chicos en actividades cotidianas, y cómo es el vínculo que ellos tienen con tu presencia. Parecen sentirse cómodos en todo momento, si no se olvidan de la cámara y los micrófonos hasta juegan con ellos. ¿Cómo lograste esto?

 Viste que los jóvenes son así también, ¿no? O sea, no solamente es mérito mío, ellos también son desprejuiciados y ponen los límites a prueba. Yo estaba ahí, y creo que me vieron como alguien más del bachillerato. Algunos me decían profe (risas), al principio no entendía, pensé: «¿Por qué me dicen profe?”. Los que no me conocían bien me decían así. Me veían a mí como un par del bachillerato, y creo que representa un poco la idiosincrasia del bachillerato de la maderera.

 ANRed: Entonces digamos, que más allá de la cámara ¿vos establecías un vínculo con ellos? De hecho en una toma se ve cómo estás filmando una asamblea, y antes de que empiece uno de los chicos te saluda. ¿No?

 Sí, entablamos una relación amistosa, de afecto con muchos de los compañeros que estaban estudiando. Creo que se entabló una relación de iguales, eso hizo que también que ellos aflojaran.

 En el film podemos ver una catarata de cambios en la vida de los chicos que transitan por el bachiller, ¿por qué decidiste enfocar el documental en los estudiantes y no en los profesores?

 Sí, fue una decisión tan clara como lo preguntás, me instalé del lado de los estudiantes, porque la tesis era que los estudiantes se educan para la liberación. Para averiguar el cómo se liberan era fundamental posicionarme del lado de ellos. También se hablaba mucho de la apropiación del lugar, por eso era importante ubicarme del lado de ellos. Paulo Freire habla de que el conocimiento se construye entre educandos y educadores, y también me daba más posibilidades de mostrar eso si me instalaba del lado de los estudiantes. Creo que este tema de la liberación lleva a decir que uno mismo puede construir su propio conocimiento, eso también me hacía posicionar del lado de los estudiantes, no son sólo los profesores que van a educar a alguien, sino que también son ellos mismos los que se educan. Todas esas cuestiones hicieron que me decida instalarme completamente del lado de los estudiantes que no sé si todo el mundo lo ha notado. La cámara ocupa el lugar de un estudiante.

 ANRed: ¿En qué momento decidiste empezar a conocer más de la historia de Gonza? y ¿cómo termina dándole, esta historia, el título al documental?

 Paradójicamente fue en los primeros días de marzo de cuando empecé a rodar que ya estaba sensibilizado por el tema de ubicar una historia que relate este recorrido por el bachillerato. Hasta ese momento no la había ubicado, y empecé sistemáticamente a conocer estudiantes: sus historias, sus deseos, sus anhelos. Conocí a Gonzalo y dije «esta historia de Gonzalo puede ser que traccione el relato del bachillerato.” Fue en los primeros días, cuando ya tuve las primeras entrevistas con él, con su día a día. Es más, hasta había fantaseado que la película se llame «El Gonza” los primeros días. Pero bueno varió un poquito porque no solamente es la historia de Gonza, hay un montón de compañeros que también transitan el bachillerato junto con él. Que además lo ayudan a él, y creo que también son protagonistas.

 ANRed: ¿Seguís en contacto con los chicos y con los profesores del bachi? ¿Qué es de la vida de Gonza?

 Sí, sigo en contacto. Ahora estamos preparando una proyección para otros bachilleratos populares que no pueden acercarse al cine Gaumont, que es donde estamos. Estamos por 3er semana y estamos peleando por la 4ta. Cuando cumplamos el mes seguramente vayamos a festejar porque es un hito importante para la película. Gonza relata en la película que él se había mandado una cagada y la tuvo que pagar, bueno específicamente no la había pagado por completo sino que estaba en juicio. Se tenía que presentar a firmar hasta que llegue la fecha del juicio. Él no se presentó, y ahora actualmente está esperando la sentencia en Marcos Paz. Está en una situación complicada porque la convivencia ahí se hace muy dura, no está acostumbrado a ese tipo de violencia asique nuevamente está sufriéndola.

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 ANRed: Una de las estudiantes que pasan por el bachillerato, reflexiona que en la maderera córdoba tienen sus propias ideas y que buscan que los estudiantes piensen cómo ellos, ¿qué pensás vos de esa reflexión?

 Partiendo de la educación pública, religiosa, empresaria»¦ todos quieren que piensen como ellos. La educación no es inocente, lo dicen los profesores durante el film, yo también lo creo. Hay un informe de la Universidad de San Juan que dice que la violencia escolar está dada por la estructura jerárquica de la educación. En el bachillerato de la maderera Córdoba no había violencia, que es un gran logro. Porque la jerarquía está nivelada por la asamblea, le dan voz a los estudiantes. La educación no es ingenua, existen ciertas ideologías y ciertas formas de ver el mundo que nos atraviesan por más que no nos demos cuenta. El bachillerato, por lo menos muestra esas ideologías. Yo aprendí qué era la ideología individualista, parece que todos los fracasos dependen del individuo, pero existen otros tipos de razonamientos frente a esta situación. No tengo mucho que decirle a esta chica, que tiene su forma de pensar, y tengo la sensación de que no quiere confrontarla.

 ANRed: ¿Qué diferencias, positivas y negativas, encontrás entre la educación pública de gestión estatal y la experiencia del bachi popular?

 Yo creo que todas las escuelas públicas tendrían que ser un bachillerato popular. Porque distintas costumbres o procedimientos que se aplican en el bachillerato popular tendrían que ser utilizados en la educación pública también. El bachillerato popular no es una marginalidad, debería contar con recursos públicos para sostenerse. Creo que estamos en una época de transformación de la educación y que este tipo de educación (por eso me pareció muy interesante) me parece que puede ser el rumbo que debe tomarse. Venimos de una educación que nos preparaban para la formalización, participar de un ejército, ser empleados, mano de obra calificada sin cuestionamiento al sistema»¦ Y creo que esta nueva educación nos prepara para ser ciudadanos críticos y poder transformar la realidad en lo que deseen. Según los deseos del momento, creo que es una educación muy potente.

– ANRed: ¿A qué tipo de público apunta el documental?

 Yo construí como espectador al taxista, la abuela que pasa caminando, la tía»¦ Apunté para ese lado no sé si lo logré por completo, pero creo que estoy en ese camino. Por eso te decía que respeto al espectador, si segmento demasiado el público ya no me queda más nada. Hacer una película para docentes solamente sería como acotar el público de la película y quitarle valor. Creo que los documentales tienen que ser dirigidos a todo público por eso tiene que tener esa narrativa hollywoodense y creo que los temas no hay que sacrificarlos, hay que exponerlos como por ejemplo las asambleas, los trabajos cooperativos que expongo en el documental están puestos de manera que puedan ser entendidos y resulte interesante para el común de la gente.

 ANRed: ¿Hasta cuándo vamos a poder disfrutar de la película en el cine?

 Es un problema fundamental el de la exibición, esta película tranquilamente se podría estar dando en cualquier multicine, al lado de las películas que ganaron el oscar. Creo que no tiene ningún aspecto que pueda ser peyorativo con respecto de estas películas hollywoodenses. Esta convivencia entre películas nacionales y extranjeras creo que podría ser muy sano para la sociedad. Por eso digo que es un problema grave el de la distrubición, porque estamos en una sóla sala con 2 funciones y en las 2 primeras semanas hemos tenido más de 1000 espectadores, que en promedio nos dá una buena cantidad de espectadores. Estamos peleando para llegar al mes con 2 funciones en una sóla sala, que es un logro para nosotros poder llegar a eso. Sabemos que la pelea es desigual pero estamos haciendo todo lo posible para que lo vea la mayor cantidad de gente.

 ANRed: ¿Estás trabajando en algún nuevo documental actualmente?

 Mucho antes de terminar «De Trapito a Bachiller» ya venía pensando en otros proyectos que no se han dado por ahora, pero que sí se van a dar, yo descanso laburando. Disfruté mucho la experiencia de este film porque me causó mucha alegría la repercusión que tuvo en el público, que me hizo confirmar que no estaba equivocado y que si a esto le sumo el disfrute que me produjo, fue una experiencia extraordinaria. En un futuro, espero corregir errores y mejorar las virtudes que tuvo esta película para llegar a más público, mostrarle al común de la gente una mirada sobre algo que desconoce.

Finalmente, el director dejó su invitación a los lectores a ir al cine a ver la película: «Yo realmente los invito, de una manera militante, comprometida a ir al cine, el único registro que tenemos por ahora de que la película fue un éxito es la taquilla. Vamos a hacer exhibiciones en centros culturales y demás, pero esta cantidad de espectadores que podemos llegar a lograr es un indicador importante para medir el éxito de la película. Los invito no solamente a que vayan sino que también la recomienden el film (que está en el cine Gaumont en Av. Rivadavia 1635, en frente de la plaza del Congreso), es un cine renovado, cómodo y popular, sale 8 pesos la entrada. Este jueves va a cambiar el horario, asi que entren a consultarlo por internet antes de ir. No se olviden de recomendarla y de darle beneficio a alguien que se entere de esta película porque seguramente se sorprenderá y se lo va agradecer.



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