24/04/2006

Rápido y voraz

last_days_328x0.jpg
Durante 12 días la ciudad de Buenos Aires se disfrazó de alternativa y nos abrió la jaula para que podamos asistir a la octava edición del Festival Internacional de Cine Independiente. Un evento que, año tras año, se propone acercarnos a las realidades más lejanas y diversas del mundo. Eso sí: el consumo debe ser rápido y voraz, porque tenemos muy poco tiempo para deglutir las 477 películas que la programación ofrece. Luego, la mayoría de ellas, se evaporan para siempre. No deben quedar rastros ni huellas que nos permitan llegar a reflexionar o a cuestionar sobre nuestra propia existencia.


Fin. La fiesta terminó y la pantalla ya se apagó. Y con ella, la posibilidad de acercarse a curiosear distintas maneras de vivir y de sentir, algunas lejanas y exóticas; otras, más locales y próximas, pero todas factibles de ser contempladas. En cada una de esas vivencias se esconde una multiplicidad de sentidos que espera poder ser descubierta.

The_Wild_Blue_Yonder_328x0.jpg «Hasta la próxima» nos dicen y, a continuación, se suceden los discursos, las entregas de premios, los aplausos y, finalmente, la vuelta al encierro. Porque sabemos que después de esa triunfante despedida, le sigue, al instante y en la mayoría de los casos, una tenebrosa y deslucida cartelera cinematográfica. Pero también la puesta del cerrojo a auténticas obras de arte que quedarán definitivamente bajo el sarcófago.

permament_328x0.jpg
Fueron 12 días a puro espejismo en donde apenas pudimos rozar algunas de las 477 películas que pasaron por la 8° Edición del Festival Internacional de Cine Independiente (BAFICI). Horarios absurdos, largas colas y la dificultad de conseguir entradas atentaron contra la materialización de una apabullante oferta que la programación brindaba.

porno_328x0.jpg
Desde el privilegio de reencontrarnos con ese clásico fundamental llamado «El acorazado Potemkin», en copia restaurada y con música en vivo desde el Teatro Colón, hasta la oportunidad de asistir a la primera retrospectiva en una muestra latina de Abbas Kiarostamim, sin olvidarnos del paso de las obras de los directores básicos del cine independiente: Kitano, Van Sant, Jarmusch, Herzog y tantos otros menos conocidos, pero de igual talento.

the_forsaken_land_328x0.jpg
Aunque también, hay que decirlo, la exhibición de una variada cantidad de bodrios inclasificables aún para los cinéfilos más eruditos. Estos que, a su vez, conformaban un simpático contraste con aquellas personas que corrían desesperadas por las boleterías en busca de una butaca para un film del cual desconocían su nombre, origen, temática y director. Datos, todos, sin la menor importancia, dado que la cuestión era no quedarse afuera de una movida que resultaba toda una verdadera exposición de largometrajes al por mayor.

detras_328x0.jpg
Un recreo efímero. Un inabarcable surtido de golosinas que de tan rápido que se devoran terminan por empachar. Eso representa el BAFICI: un colorido escenario que pretende subsanar en poco más de una semana la falta de políticas concretas en favor de que el cine
independiente, tanto nacional, como internacional, pueda encontrar un lugar fijo y perdurable donde ser exhibido y que aquella película que lo logre, no termine en salas deplorables de ser habitadas.

titicut_328x0.jpgY eso no conviene. Nunca conviene que el espectador se ponga a reflexionar, a cuestionar y a debatir la cercanía de lo que vislumbra en ese aparente mundo ficticio que en verdad le devuelve una imagen mucho más real y compleja que la realidad misma. Esa que tanto las empresas extrajeras (que manejan la mayoría de las salas/complejos) y el Estado tratan de ocultar mediante lo inverosímil, la chatarra y el absurdo que suele dominar la cartelera.

Pero a no quejarse, porque que, una vez al año, abren la jaula y nos sacan de paseo mostrándonos las zonas más inhóspitas del planeta y de nuestro propio país. Luego, nos vuelven a encerrar hasta la temporada que viene en donde el tour cultural se vuelve a contratar. Eso sí, rapidito y fugaz. No vaya a ser cuestión de acostumbrarse a pensar demasiado.

Mariano Minasso



0 comentarios

1000/1000
Los comentarios publicados y las posibles consecuencias derivadas son de exclusiva responsabilidad de sus autores. Está prohibido la publicación de comentarios discriminatorios, difamatorios, calumniosos, injuriosos o amenazantes. Está prohibida la publicación de datos personales o de contacto propios o de terceros, con o sin autorización. Está prohibida la utilización de los comentarios con fines de promoción comercial o la realización de cualquier acto lucrativo a través de los mismos. Sin perjuicio de lo indicado ANRed se reserva el derecho a publicar o remover los comentarios más allá de lo establecido por estas condiciones sin que se pueda considerar un aval de lo publicado o un acto de censura. Enviar un comentario implica la aceptación de estas condiciones.
Tu dirección de correo electrónico no será publicada.

Ir arriba