02/03/2014

A 8 años del crimen de Paulina, la verdad parece un privilegio

tapa-18.pngSe realizó el miércoles 26 de febrero una nueva edición de la «Jornada de lucha contra la impunidad”, donde Alberto Lebbos es uno de los principales organizadores. Cada año se suman más víctimas por las que se exige justicia; esa justicia que aún no ha llegado al caso de Paulina; en el que hay escasos avances, más oscuros que claros y demasiada impunidad. Por Contrapunto – RNMA


El crimen de Paulina Lebbos, desaparecida el 26 de febrero de 2006 y hallada sin vida en marzo de ese mismo año, resonó en la sociedad tucumana de tal manera que el gobierno de Alperovich tomo decisiones políticas que debían generar mayor control y seguridad para los ciudadanos. Debían.

En lo concreto, se modificó la ley del tope horario nocturno, conocida como «4 am” «“actualmente revocada – que afectó principalmente a pubs, bares y boliches. Sin embargo las casas de juego y casinos funcionaron normalmente durante este período. Además, nunca logró regularizarse el recorrido de las líneas de ómnibus a partir de las 4 am, sino que continuaron funcionando a partir de las 5.30 am, por lo que era común que centenares de jóvenes deambularan por el centro en las madrugadas de los fines de semana esperando por el servicio de transporte.

Por otro lado, el Poder Ejecutivo provincial, mediante la ordenanza Nº 3.714 mandó a crear el SUTRAPPA (Sistema Único de Transporte Público de Pasajeros de Automóvil ) en el 2006, que finalmente resultó ser una entidad municipal más en donde el negociado ilegal reina. Si bien el objetivo principal fue unificar el servicio de taxis y remises, la entidad se hizo popular por las denuncias de venta de licencias truchas, licencias «mellizas” y escasos controles a autos ilegales. Incluso dos de sus titulares, Adrián Mansilla y José Abregú, renunciaron bajo sospecha de ser responsables de las irregularidades.

En el ex abasto «“uno de los últimos lugares donde fue vista Paulina- los controles a los bares y boliches se endurecieron tras el crimen hasta llegar a la clausura total e incluso exigencia de cierre en los meses previos a la instalación de un hotel internacional y a la creación «“municipal- de un shopping y casino en la antigua central.

Mucho ruido, pocas nueces

Los cambios no trajeron mayor seguridad, incluso abrieron nuevas vetas por donde la corrupción del poder ejecutivo y judicial lograron filtrarse. De igual manera la causa de Paulina tampoco logró avances. En ocho años, tres fiscales estuvieron a cargo de la investigación (Alejandro Noguera, Carlos Albaca y Diego López Ávila). Las hipótesis que vinculan en el crimen a un hijo de Alperovich y al hijo de su secretario, Alberto Kaleñuk, trascendieron cada vez más, sin embargo las únicas condenas son las que actualmente cumplen los ex policías Enrique Antonio García, Manuel Exequiel Yapura y Roberto Oscar Lencina, quienes cumplían funciones en la comisaría de Raco y fueron acusados por encubrimiento y falsificación de actas.

La investigación sobre estos tres policías, determinó las imputaciones de Héctor Brito, comisario de Raco al momento de la desaparición de Paulina, junto a Hugo Sánchez y Nicolás Barrera, entonces Jefe Sub Jefe de policía, por estar involucrados en el accionar de los tres condenados. El ex secretario de Seguridad Eduardo Di Lella también está siendo investigado por el actual fiscal de la causa, López Ávila.

Hasta ahora las hipótesis sobre cómo murió Paulina son múltiples; reconstruir la noche en la que desapareció parece ser una tarea imposible para el poder judicial local. Sus familiares, amigos y otras personas víctimas de la impunidad esta noche poblarán nuevamente, como todos los martes, la plaza Independencia; donde volverán a señalar que los responsables de mantener un sistema judicial corrupto se resguardan en la casa de gobierno.

CONTRAPUNTO| Prensa Alternativa

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